Sin buscarlo entré en un proceso donde descubrí lo importante que es mi naturaleza afro y me obsesioné con hacer algo para recuperar todo eso transmitiendo su valor a la generación venidera.
Me convertí en una líder de mi comunidad y, con la ayuda de mi fe en Dios, logré encontrar la inspiración para crear el proyecto ‘Belleza negra Teens’. Hice de lo que parecía un negocio de peinados afro un espacio para fortalecer el tema cultural en el corregimiento de Villa Paz, ubicado a 20 minutos de Jamundí, Valle del Cauca.
Convertimos nuestro tiempo de lecciones de peinados en la oportunidad de contar historias y de empezar a trabajar otras temáticas como el empoderamiento cultural, el autoreconocimiento, la construcción de proyectos de vida y la pedagogía sobre las rutas de atención frente a casos de maltrato o abuso.
Nos encontramos en una etapa crucial donde estamos renaciendo y quiero reivindicar ese proceso de descubrirnos y amarnos libremente a través de nuestra cabellera.
Por eso, quiero a través de este escrito explicarles qué es eso que hace de un peinado afro algo más que una expresión de la estética, que sea una declaración artística poderosa capaz de rescatar las raíces culturales de toda una comunidad.
De trenzas, rulos y tropas
Con el paso de los años fui entendiendo la razón por la que la historia de mis antepasados y sus peinados tienen significados muy importantes para la sociedad colombiana, pese a que muchos no los conozcan o no les den la importancia que se merece.
Crecí escuchando cómo a través de las tropas de nuestra cabellera se articulaban mapas para planear las huidas de las mujeres esclavas y estrucutrar la creación de los acentamientos palenques que nos trazaron el camino a la libertad.
Las trenzas y rulos fueron la mejor forma para que aquellas mujeres guardaran semillas de frutos que hicieron que en la actualidad podamos disfrutar de ciertos alimentos. Por eso, el que las trenzas desaparezcan no puede ser una opción.
Para hacer las trenzas hay que dividir el cabello en tres partes y cruzarlas alternadamente entre sí. Los rulos o crespos se trabajan en dos y las tropas son aquellas que quedan pegadas a la cabeza. Su elaboración es mucho más compleja, pues están integradas por figuras fascinantes.
Usando estas técnicas y la simbología tras el arte de peinar decidí crear dos peinados capaces de dejar un mensaje contundente hebra a hebra. El primero fue uno que le hice a mi hermana menor que catalogué ‘Trascendencia negra’.
Con él, a través de tropas intenté sintetizar la forma en la que llegaron los afrodescendientes a Colombia. De ahí que el cono tenga un extremo estrecho, que refleja el periodo de esclavitud, que va creciendo hasta expandirse como símbolo del espacio que poco a poco hemos conquistado en la sociedad.
El amarillo que se puede ver en la imagen refleja la esperanza que tenemos de que cada vez serán más los afro que se capacitarán y educarán en nuestro territorio para conquistar las diferentes ramas de la educación.
El segundo lo elaboré en la cabellera de mi prima, se llama ‘Afro’, palabra que escribí con su cabellera acompañada de aretes y bolsos hechos también en trenza. Fue un peinado que hice para mostrar que así como con las trenzas se pueden hacer muchas cosas, nosotros además de ser personas hábiles para el deporte o la cultura, también somos capaces de tener habilidades para brillar en muchos otros escenarios.
Ser peinadora de profesión
Aunque estamos en una época de libertades, aún en ocasiones nos hacen creer y sentir que las mujeres afro no encajamos en los estándares de belleza de la sociedad, Por eso mi intención fue desde el principio empezar a empoderar a niñas entre los 12 y 17 años para que se sientan orgullosas de sus raíces.
Lejos de desear generar polémica o judicializar a quienes no han optado por este camino, quiero reivindicar el derecho que tenemos como mujeres de lucir como somos y amarnos tal cual somos.
Los peinados son una forma de mostrar resistencia y de lograr que la cultura permanezca en el tiempo, porque un pueblo que pierde su cultura está destinado a desaparecer.
Nuestros peinados hacen parte de la tradición, siempre hay peinadoras en los pueblos, es como una primera profesión que heredamos. De ahí que hayan mujeres peinadoras e ingenieras, peinadoras y médicas, entre otras ocupaciones que alternamos con esta actividad.
El peinado se vuelve en un compromiso donde como mujeres aportamos para que nuestro legado permanezca a través de las generaciones y las niñas crezcan sintiéndose y reconociéndose: ¡Orgullosamente afro!
MARÍA ELENA GONZÁLEZ
CREADORA DE BELLEZA NEGRA