Guillermo Martínez
El novelista y crítico literario Carlos Gamerro (Buenos Aires, 1962), autor del inquietante "El secreto y las voces", coincidió en señalar que escribir policiales en Argentina es más complicado que en otros países, porque "la institución policial argentina es criminal".
"Quería escribir sobre un crimen en un pequeño pueblo de la pampa, y me tuve que plantear qué cómo se escribe una novela policial en Argentina, después de la dictadura, cuando la policía, formada en la dictadura y que sigue operando, es básicamente una organización criminal", contó Gamerro a la AFP.
En ese libro, "El secreto y las voces" (editorial Norma), que va a ser publicado el año próximo en Francia, Gamerro pone de manifiesto los silencios y las subterráneas complicidades que existieron durante la dictadura, al narrar cómo el jefe de la policía del pueblo hace cómplice de un crimen, que le ha mandado cometer un poderoso del pueblo, a todos los habitantes.
En entrevista con la AFP, Guillermo Martínez, el escritor argentino más traducido a otros idiomas, señaló que otros autores de policiales argentinos, como Ernesto Mallo (La Plata, 1948), han puesto sobre el tapete la paradoja de escribir policiales en Argentina.
"En el género policial, quien usualmente investiga el crimen cometido es la policía, pero en Argentina, cuando se comete un crimen, es la policía la culpable. O sino son ex policías, o jefes de policías que quieren tapar el crimen para proteger a alguien", dijo, citando una serie de casos muy sonados en su país.
Por ejemplo, señaló, en la novela "Delincuente argentino", de Mallo, "el policía es el mismo asesino. Es la paradoja total", afirmó Martínez, una de las voces jóvenes que han participado en la Feria del Libro de Fráncfort, donde el país sudamericano y su "cultura en movimiento" fue el "invitado de honor".
"¿Qué se hace entonces, si uno quiere escribir novelas policiales?", preguntó Martínez, señalando que llegó a la conclusión que "una de las alternativas es cambiar de país".
"Yo lo hice", explicó el escritor, señalando que fue por eso que situó en Oxford, Inglaterra, su novela "Crímenes imperceptibles" (2002), ganadora del premio Planeta Argentina y llevada al cine por Alex de la Iglesia.
Otra alternativa es "cambiar de época, como lo hizo Jorge Luis Borges", dijo el escritor, un doctor en matemáticas que es el autor argentino más vendido en el extranjero.
"Y una tercera opción sería que el que investiga el crimen no sea la policía, sino un escritor", agregó el autor de "Acerca de Roderer" (1992), "La Mujer del maestro" y "La Muerte de Luciana B".
En "Infierno verde", uno de los primeros cuentos escritos por Martínez, se cuenta la búsqueda del cadáver de la víctima. "Pero en vez de hallar un cadáver, aparecieron una cantidad de cuerpos de desaparecidos. ¿Y que hizo la policía? Los volvió a enterrar, para sepultar la verdad".
"Este panorama pesimista para el relato policial se vuelve ideal para la novela negra, donde se asume que la policía tiene que ser corrupta, total o parcialmente. Así desaparece el problema del policial, y se vuelve novela negra", concluyó Martínez, cuyas novelas han sido traducidas a 35 idiomas.
La Feria del Libro de Fránkfurt termina el domingo, luego de que Argentina pase el relevo a Islandia, cuya literatura protagonizará la cita editorial más importante del mundo en 2011.
"Quería escribir sobre un crimen en un pequeño pueblo de la pampa, y me tuve que plantear qué cómo se escribe una novela policial en Argentina, después de la dictadura, cuando la policía, formada en la dictadura y que sigue operando, es básicamente una organización criminal", contó Gamerro a la AFP.
En ese libro, "El secreto y las voces" (editorial Norma), que va a ser publicado el año próximo en Francia, Gamerro pone de manifiesto los silencios y las subterráneas complicidades que existieron durante la dictadura, al narrar cómo el jefe de la policía del pueblo hace cómplice de un crimen, que le ha mandado cometer un poderoso del pueblo, a todos los habitantes.
En entrevista con la AFP, Guillermo Martínez, el escritor argentino más traducido a otros idiomas, señaló que otros autores de policiales argentinos, como Ernesto Mallo (La Plata, 1948), han puesto sobre el tapete la paradoja de escribir policiales en Argentina.
"En el género policial, quien usualmente investiga el crimen cometido es la policía, pero en Argentina, cuando se comete un crimen, es la policía la culpable. O sino son ex policías, o jefes de policías que quieren tapar el crimen para proteger a alguien", dijo, citando una serie de casos muy sonados en su país.
Por ejemplo, señaló, en la novela "Delincuente argentino", de Mallo, "el policía es el mismo asesino. Es la paradoja total", afirmó Martínez, una de las voces jóvenes que han participado en la Feria del Libro de Fráncfort, donde el país sudamericano y su "cultura en movimiento" fue el "invitado de honor".
"¿Qué se hace entonces, si uno quiere escribir novelas policiales?", preguntó Martínez, señalando que llegó a la conclusión que "una de las alternativas es cambiar de país".
"Yo lo hice", explicó el escritor, señalando que fue por eso que situó en Oxford, Inglaterra, su novela "Crímenes imperceptibles" (2002), ganadora del premio Planeta Argentina y llevada al cine por Alex de la Iglesia.
Otra alternativa es "cambiar de época, como lo hizo Jorge Luis Borges", dijo el escritor, un doctor en matemáticas que es el autor argentino más vendido en el extranjero.
"Y una tercera opción sería que el que investiga el crimen no sea la policía, sino un escritor", agregó el autor de "Acerca de Roderer" (1992), "La Mujer del maestro" y "La Muerte de Luciana B".
En "Infierno verde", uno de los primeros cuentos escritos por Martínez, se cuenta la búsqueda del cadáver de la víctima. "Pero en vez de hallar un cadáver, aparecieron una cantidad de cuerpos de desaparecidos. ¿Y que hizo la policía? Los volvió a enterrar, para sepultar la verdad".
"Este panorama pesimista para el relato policial se vuelve ideal para la novela negra, donde se asume que la policía tiene que ser corrupta, total o parcialmente. Así desaparece el problema del policial, y se vuelve novela negra", concluyó Martínez, cuyas novelas han sido traducidas a 35 idiomas.
La Feria del Libro de Fránkfurt termina el domingo, luego de que Argentina pase el relevo a Islandia, cuya literatura protagonizará la cita editorial más importante del mundo en 2011.