Betina González
De vuelta a México para promocionar la novela por la que recibió el premio Tusquets 2012, González aseguró el martes en una entrevista con la AFP que, con esta historia sobre quinceañeras rebeldes en busca de su identidad, trató de suplir "un vacío" de la literatura hispana sobre el tema.
"No sé por qué había este vacío. Creo que es porque la adolescente es un personaje difícil, complejo, y es fácil caer en los estereotipos", manifestó esta granbonaerense de 41 años, que recibió el galardón durante la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara (oeste de México) celebrada entre el 24 de noviembre y el 2 de diciembre de 2012.
En "Las poseídas", la escritora ubica al lector en un colegio religioso para chicas de Buenos Aires tras la caída de la última dictadura militar (1976-83) narrando una historia iniciática, mezcla de realismo con toques sobrenaturales, a través de la mirada de María Cruz López, una adolescente introspectiva que no sigue los patrones de sus compañeras.
Fascinada por el carácter excéntrico y misterioso que envuelve a una nueva alumna llegada de Londres, López entablará amistad con esta chica que parece poseída por personas de su entorno, mientras en el colegio transcurren leyendas escabrosas, todo envuelto en un ambiente oscuro y rígido.
"Lo que traté de hacer en esta novela es burlarme de los estereotipos que provienen siempre de la mirada masculina: en un extremo, la Lolita; en el otro, la puta que va a la escuela católica y se hace la santa", explica la autora de "Arte menor", su ópera prima con la que obtuvo el premio Clarín de Novela 2006 en su país.
Pasajes como la primera experiencia sexual de la protagonista, "cruda y oscura, como es el sexo en realidad", o la descripción descarnada de la competencia y crueldad entre las adolescentes, conforman la parte realista del libro que se combina con guiños a la novela fantástica y a la de terror o gótica.
"Para ciertas experiencias el realismo es insuficiente. Para transmitir por ejemplo la adolescencia, el realismo no alcanza. Ser chica y tener 16 años puede ser algo terrible y algo maravilloso, el realismo no alcanza a decir eso", expone González.
Premiada también por sus "Juegos de playa" o "La conspiración de la forma", la escritora y también investigadora de la Universidad de Buenos Aires confiesa estar "muy cómoda" dentro de su generación literaria en Argentina, que describe como "más libre y lúdica" y que se liberó del peso de la tradición literaria en el país.
Recién terminado un libro de cuentos situado en un "sitio imaginario de Estados Unidos que nunca se menciona", González prepara ahora una novela también ubicada en ese país, donde ha vivido por nueve años.
La escritora dice que se ha inspirado en una recopilación de "noticias raras" de Estados Unidos que muestran "esos rasgos raros de esa sociedad, que es un país muy complejo con historias casi fantásticas, de degradación, crímenes y algunas casi ridículas".
"No sé por qué había este vacío. Creo que es porque la adolescente es un personaje difícil, complejo, y es fácil caer en los estereotipos", manifestó esta granbonaerense de 41 años, que recibió el galardón durante la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara (oeste de México) celebrada entre el 24 de noviembre y el 2 de diciembre de 2012.
En "Las poseídas", la escritora ubica al lector en un colegio religioso para chicas de Buenos Aires tras la caída de la última dictadura militar (1976-83) narrando una historia iniciática, mezcla de realismo con toques sobrenaturales, a través de la mirada de María Cruz López, una adolescente introspectiva que no sigue los patrones de sus compañeras.
Fascinada por el carácter excéntrico y misterioso que envuelve a una nueva alumna llegada de Londres, López entablará amistad con esta chica que parece poseída por personas de su entorno, mientras en el colegio transcurren leyendas escabrosas, todo envuelto en un ambiente oscuro y rígido.
"Lo que traté de hacer en esta novela es burlarme de los estereotipos que provienen siempre de la mirada masculina: en un extremo, la Lolita; en el otro, la puta que va a la escuela católica y se hace la santa", explica la autora de "Arte menor", su ópera prima con la que obtuvo el premio Clarín de Novela 2006 en su país.
Pasajes como la primera experiencia sexual de la protagonista, "cruda y oscura, como es el sexo en realidad", o la descripción descarnada de la competencia y crueldad entre las adolescentes, conforman la parte realista del libro que se combina con guiños a la novela fantástica y a la de terror o gótica.
"Para ciertas experiencias el realismo es insuficiente. Para transmitir por ejemplo la adolescencia, el realismo no alcanza. Ser chica y tener 16 años puede ser algo terrible y algo maravilloso, el realismo no alcanza a decir eso", expone González.
Premiada también por sus "Juegos de playa" o "La conspiración de la forma", la escritora y también investigadora de la Universidad de Buenos Aires confiesa estar "muy cómoda" dentro de su generación literaria en Argentina, que describe como "más libre y lúdica" y que se liberó del peso de la tradición literaria en el país.
Recién terminado un libro de cuentos situado en un "sitio imaginario de Estados Unidos que nunca se menciona", González prepara ahora una novela también ubicada en ese país, donde ha vivido por nueve años.
La escritora dice que se ha inspirado en una recopilación de "noticias raras" de Estados Unidos que muestran "esos rasgos raros de esa sociedad, que es un país muy complejo con historias casi fantásticas, de degradación, crímenes y algunas casi ridículas".