En el plano diplomático, los jefes de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, y estadounidense, John Kerry, conversaron de nuevo el sábado en dos ocasiones para tratar de rebajar la tensión entre ambas potencias, indicó Moscú.
Por su parte, el jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Stephen O'Brien, pidió el domingo "una acción urgente para poner fin al infierno en Tierra" que viven los 250.000 habitantes de los barrios asediados de Alepo, quienes enfrentan "un nivel de salvajería que ningún humano debería tener que soportar".
Diez días después del inicio de la operación del régimen para retomar totalmente Alepo, los combates continuaban en varios barrios periféricos del este de la ciudad, controlado por los rebeldes desde 2012.
Las tropas de Damasco se enfrentaban con los rebeldes en el barrio de Suleiman Al Halabi, situado en la línea de demarcación con la parte gubernamental de la ciudad, señaló el domingo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que no facilitó ningún balance de víctimas.
Las fuerzas gubernamentales progresaban también en el norte, en los barrios de Bustan Al Basha y Sajur. "Si los toman, las fuerzas rebeldes estarán confinadas en una pequeña parte del suroeste de Alepo", indicó Rami Abdel Rahman, director del OSDH.
La oenegé, con sede en Reino Unido y con una amplia red de informadores en Siria, precisó que "decenas de bombardeos aéreos rusos alcanzaron por la noche las zonas de combate de Alepo".
Un corresponsal de la AFP en el este de Alepo constató que hubo bombardeos que no cesaron durante la noche, a pesar de los llamados a todas las partes para que cesen los combates.
Por otro lado, crecía la indignación por el ataque, el sábado, al mayor hospital de los barrios rebeldes de Alepo, bombardeado por segunda vez en una semana.
Dos barriles explosivos impactaron en el centro, informó la Syrian American Medical Society (SAMS), uno de cuyos responsables, Adham Sahloul, dijo que "se habla de la utilización de una bomba de racimo".
Sólo quedan seis hospitales operativos en los barrios rebeldes de Alepo, según la SAMS. Desde que comenzara la ofensiva contra las zonas rebeldes, los bombardeos del régimen y de Rusia han matado, al menos, a 220 personas, según el OSDH.
El coordinador de los servicios de emergencia de la ONU instó a los beligerantes a permitir, al menos, la evacuación de cientos de civiles que necesitan cuidados urgentes.
Occidente acusa al régimen y a Rusia de utilizar contra las zonas civiles de Alepo armas normalmente destinadas a objetivos militares, como bombas antibúnker, incendiarias o de racimo.
Sin embargo, Moscú rechaza las acusaciones de "crímenes de guerra" y ha asegurado que proseguirá con la campaña militar de apoyo al régimen de Bashar Al Asad, iniciada hace un año.
A pesar de sus diferencias, el ministerio de Relaciones Exteriores ruso indicó el domingo que Lavrov y Kerry habían mantenido "una nueva" conversación telefónica el sábado por la noche, limitándose a explicar que "habían hablado sobre posibles acciones comunes para normalizar la situación en Alepo".
En una conversación anterior, Lavrov había tachado de "inaceptable" los "intentos de los opositores, dirigidos por Occidente, de tratar con indulgencia a Al Nusra y su bloqueo de las negociaciones para una solución política de la crisis", refiriéndose al Frente Al Sham, antiguo Frente Al Nusra, que cortó lazos con Al Qaida.
Por su parte, el jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Stephen O'Brien, pidió el domingo "una acción urgente para poner fin al infierno en Tierra" que viven los 250.000 habitantes de los barrios asediados de Alepo, quienes enfrentan "un nivel de salvajería que ningún humano debería tener que soportar".
Diez días después del inicio de la operación del régimen para retomar totalmente Alepo, los combates continuaban en varios barrios periféricos del este de la ciudad, controlado por los rebeldes desde 2012.
Las tropas de Damasco se enfrentaban con los rebeldes en el barrio de Suleiman Al Halabi, situado en la línea de demarcación con la parte gubernamental de la ciudad, señaló el domingo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que no facilitó ningún balance de víctimas.
Las fuerzas gubernamentales progresaban también en el norte, en los barrios de Bustan Al Basha y Sajur. "Si los toman, las fuerzas rebeldes estarán confinadas en una pequeña parte del suroeste de Alepo", indicó Rami Abdel Rahman, director del OSDH.
La oenegé, con sede en Reino Unido y con una amplia red de informadores en Siria, precisó que "decenas de bombardeos aéreos rusos alcanzaron por la noche las zonas de combate de Alepo".
Un corresponsal de la AFP en el este de Alepo constató que hubo bombardeos que no cesaron durante la noche, a pesar de los llamados a todas las partes para que cesen los combates.
- Hospital atacado -
Por otro lado, crecía la indignación por el ataque, el sábado, al mayor hospital de los barrios rebeldes de Alepo, bombardeado por segunda vez en una semana.
Dos barriles explosivos impactaron en el centro, informó la Syrian American Medical Society (SAMS), uno de cuyos responsables, Adham Sahloul, dijo que "se habla de la utilización de una bomba de racimo".
Sólo quedan seis hospitales operativos en los barrios rebeldes de Alepo, según la SAMS. Desde que comenzara la ofensiva contra las zonas rebeldes, los bombardeos del régimen y de Rusia han matado, al menos, a 220 personas, según el OSDH.
El coordinador de los servicios de emergencia de la ONU instó a los beligerantes a permitir, al menos, la evacuación de cientos de civiles que necesitan cuidados urgentes.
- Esfuerzos diplomáticos -
Occidente acusa al régimen y a Rusia de utilizar contra las zonas civiles de Alepo armas normalmente destinadas a objetivos militares, como bombas antibúnker, incendiarias o de racimo.
Sin embargo, Moscú rechaza las acusaciones de "crímenes de guerra" y ha asegurado que proseguirá con la campaña militar de apoyo al régimen de Bashar Al Asad, iniciada hace un año.
A pesar de sus diferencias, el ministerio de Relaciones Exteriores ruso indicó el domingo que Lavrov y Kerry habían mantenido "una nueva" conversación telefónica el sábado por la noche, limitándose a explicar que "habían hablado sobre posibles acciones comunes para normalizar la situación en Alepo".
En una conversación anterior, Lavrov había tachado de "inaceptable" los "intentos de los opositores, dirigidos por Occidente, de tratar con indulgencia a Al Nusra y su bloqueo de las negociaciones para una solución política de la crisis", refiriéndose al Frente Al Sham, antiguo Frente Al Nusra, que cortó lazos con Al Qaida.