Según el estudio, en una superficie de unos 435.000 kilómetros cuadrados vivían entre 500.000 y un millón de personas.
"Existe la creencia errónea de que la zona del Amazonas es un paisaje virgen que sólo estuvo habitada por comunidades nómadas diseminadas", dice el autor principal, Jonas Gregorio de Souza, de la Universidad de Exeter. "Pero no es así".
Desde hace algunos años, los investigadores en la cuenca del Amazonas encuentran cada vez mas indicios de asentamientos de la época precolonial, como restos de terraplenes, criaderos de peces, fosas o caminos. La extensión total de los asentamientos es difícil de determinar porque las grandes extensiones de tierra están cubiertas por la selva.
Los investigadores ya habían documentado una explotación del terreno intensiva en el estado de Acre, en el oeste de Brasil, y más al este, en las cuencas altas del Xingú, en el estado de Mato Grosso. Pero hasta ahora no estaba claro si existía una conexión entre estas zonas.
Pero ahora el equipo de Jonas Gregorio de Souza señala que sí, basándose en los hallazgos en las cuencas altas del río Tapajós, uno de los mayores afluentes del Amazonas. Allí encontraron con imágenes aéreas y en excavaciones 81 asentamientos fortificados desconocidos hasta el momento. La mayoría de ellos estaban rodeados de zanjas de entre uno y tres metros, redondas, con cuatro o con seis lados.
Estos geoglifos, es decir dibujos en la tierra, tenían un diámetro de entre 11 y 390 metros. Dentro del perímetro se encontraban acumulaciones de tierra y caminos. Estos asentamientos no se encontraban cerca de ríos, sino a menudo en pequeños altiplanos desde los que se podía controlar el paisaje.
En estos lugares los investigadores también encontraron cerámica y tierra oscura, que apunta a una larga explotación agrícola. Muchos de los asentamientos de mayor tamaño tienen una estructura hexagonal, lo que los investigadores consideran un indicio de que su construcción estaba planeada y era uniforme.
El asentamiento "Mt-07-Boa Vista", especialmente grande, tiene un diámetro de 390 metros. En su interior se encuentran once montones de tierra alrededor de una plaza central, que se cree que podría tener un uso ceremonial.
También es interesante la distribución de los asentamientos entre sí: los grandes parecen haber sido establecidos sistemáticamente a una distancia de unos 85 kilómetros de media, mientras que los más pequeños, que constituyen apenas un tercio del total, son satélites de los grandes, según los expertos.
"El hallazgo muestra que en un territorio de 1.800 kilómetros de extensión de este a oeste, no había ninguna interrupción en la distribución" de los asentamientos, escribió el equipo. La actividad en la región alcanzó según ellos su máximo esplendor entre los años 1250 y 1500, es decir, poco antes de la llegada de los españoles.
Los investigadores calculan que entonces en la margen sur de la cuenca del Amazonas había al menos 435.000 kilómetros cuadrados habitados. Allí se estima que vivían entre 500.000 y un millón de personas en entre 1.000 y 1.500 asentamientos.
Antiguos cronistas europeos habían mencionado anteriormente algunas zonas con muchos menos habitantes, posiblemente porque la mayoría de la población ya había muerto por las enfermedades traídas por los europeos.
En total, según los autores, la población en todo el Amazonas podría ser mucho mayor de lo que se pensaba hasta ahora, pues la margen sur de la cuenca solo constituye un siete por ciento de todo el territorio del Amazonas.
"Existe la creencia errónea de que la zona del Amazonas es un paisaje virgen que sólo estuvo habitada por comunidades nómadas diseminadas", dice el autor principal, Jonas Gregorio de Souza, de la Universidad de Exeter. "Pero no es así".
Desde hace algunos años, los investigadores en la cuenca del Amazonas encuentran cada vez mas indicios de asentamientos de la época precolonial, como restos de terraplenes, criaderos de peces, fosas o caminos. La extensión total de los asentamientos es difícil de determinar porque las grandes extensiones de tierra están cubiertas por la selva.
Los investigadores ya habían documentado una explotación del terreno intensiva en el estado de Acre, en el oeste de Brasil, y más al este, en las cuencas altas del Xingú, en el estado de Mato Grosso. Pero hasta ahora no estaba claro si existía una conexión entre estas zonas.
Pero ahora el equipo de Jonas Gregorio de Souza señala que sí, basándose en los hallazgos en las cuencas altas del río Tapajós, uno de los mayores afluentes del Amazonas. Allí encontraron con imágenes aéreas y en excavaciones 81 asentamientos fortificados desconocidos hasta el momento. La mayoría de ellos estaban rodeados de zanjas de entre uno y tres metros, redondas, con cuatro o con seis lados.
Estos geoglifos, es decir dibujos en la tierra, tenían un diámetro de entre 11 y 390 metros. Dentro del perímetro se encontraban acumulaciones de tierra y caminos. Estos asentamientos no se encontraban cerca de ríos, sino a menudo en pequeños altiplanos desde los que se podía controlar el paisaje.
En estos lugares los investigadores también encontraron cerámica y tierra oscura, que apunta a una larga explotación agrícola. Muchos de los asentamientos de mayor tamaño tienen una estructura hexagonal, lo que los investigadores consideran un indicio de que su construcción estaba planeada y era uniforme.
El asentamiento "Mt-07-Boa Vista", especialmente grande, tiene un diámetro de 390 metros. En su interior se encuentran once montones de tierra alrededor de una plaza central, que se cree que podría tener un uso ceremonial.
También es interesante la distribución de los asentamientos entre sí: los grandes parecen haber sido establecidos sistemáticamente a una distancia de unos 85 kilómetros de media, mientras que los más pequeños, que constituyen apenas un tercio del total, son satélites de los grandes, según los expertos.
"El hallazgo muestra que en un territorio de 1.800 kilómetros de extensión de este a oeste, no había ninguna interrupción en la distribución" de los asentamientos, escribió el equipo. La actividad en la región alcanzó según ellos su máximo esplendor entre los años 1250 y 1500, es decir, poco antes de la llegada de los españoles.
Los investigadores calculan que entonces en la margen sur de la cuenca del Amazonas había al menos 435.000 kilómetros cuadrados habitados. Allí se estima que vivían entre 500.000 y un millón de personas en entre 1.000 y 1.500 asentamientos.
Antiguos cronistas europeos habían mencionado anteriormente algunas zonas con muchos menos habitantes, posiblemente porque la mayoría de la población ya había muerto por las enfermedades traídas por los europeos.
En total, según los autores, la población en todo el Amazonas podría ser mucho mayor de lo que se pensaba hasta ahora, pues la margen sur de la cuenca solo constituye un siete por ciento de todo el territorio del Amazonas.