Hosni Mubarak, en una camilla, en el juicio.
Mubarak, de 83 años, está acusado de implicación en la muerte de manifestantes durante la revuelta contra su régimen el año pasado y de corrupción. La fiscalía pidió la pena capital.
La sentencia será emitida el 2 de junio, declaró este miércoles el presidente de la corte penal, Ahmad Refaat.
Las penas de los demás acusados también se anunciarán en esa fecha. Junto a Mubarak están inculpados su ex ministro del Interior Habib el Adly, y seis ex altos funcionarios de los servicios de seguridad.
Todos ellos podrían ser condenados a la pena de muerte por la represión de las manifestaciones contra el régimen.
Igualmente están inculpados los dos hijos de Hosni Mubarak, Alaa y Gamal, que podrían ser condenados a penas de cárcel por corrupción.
El ex jefe de Estado, cuyo proceso judicial comenzó el 3 de agosto, es el primer dirigente derrocado por las revoluciones árabes en comparecer ante la justicia.
La última audiencia del juicio se caracterizó por un alegato de defensa de hora y media de Adly, quien atribuyó la muerte de manifestantes durante el levantamiento a "extranjeros" y a una "conspiración" para desestabilizar a Egipto.
El ex ministro, una de las figuras más criticadas del antiguo régimen, defendió la acción de la policía en los acontecimientos, lo que desató aplausos de algunos policías que estaban al fondo de la sala.
Unas 850 personas murieron durante el levantamiento contra el régimen en enero y febrero de 2011, según cifras oficiales.
Decenas de manifestantes, partidarios y adversarios del ex presidente, estaban presentes en el exterior del tribunal, instalado en los locales de una escuela de policía de la periferia de El Cairo.
Ambos campos lanzaban consignas hostiles o favorables a Mubarak, y un hombre esgrimía una cuerda con un nudo para reclamar el ahorcamiento.
Los fiscales indicaron a la corte que había un servicio médico en la prisión de Tora, suburbio sur de El Cairo, para recibir al ex jefe de Estado, en detención preventiva en un hospital militar.
Hosni Mubarak, quien llegó al poder en 1981, renunció el 11 de febrero de 2011 luego de 18 días de revuelta sin precedente contra su régimen. Desde entonces, la dirección del país está en manos del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) y su jefe, el mariscal Husein Tantaui.
La apertura el año pasado del proceso de quien reinó sobre el país durante tres décadas, transmitida en directo por televisión, fue seguida apasionadamente por los egipcios.
El desarrollo de las audiencias a lo largo de los meses se caracterizó por una gran confusión, muchas polémicas y una interrupción de tres meses a fines del año pasado.
Los fiscales denunciaron una falta patente de cooperación de las nuevas autoridades para reunir el expediente.
La defensa por su parte consideró que las acusaciones fueron esencialmente retóricas y no se aportaron prueba decisivas. Además estima que toda condena podría ser objeto de apelación.
Mubarak, presuntamente aquejado de problemas cardiacos, compareció en las audiencias tumbado en una camilla.
Varias sesiones celebradas en el otoño (boreal) para incluir los testimonios de altas personalidades del Estado y del ejército, entre ellos el mariscal Tantaui, se llevaron a cabo a puerta cerrada.
La sentencia será emitida el 2 de junio, declaró este miércoles el presidente de la corte penal, Ahmad Refaat.
Las penas de los demás acusados también se anunciarán en esa fecha. Junto a Mubarak están inculpados su ex ministro del Interior Habib el Adly, y seis ex altos funcionarios de los servicios de seguridad.
Todos ellos podrían ser condenados a la pena de muerte por la represión de las manifestaciones contra el régimen.
Igualmente están inculpados los dos hijos de Hosni Mubarak, Alaa y Gamal, que podrían ser condenados a penas de cárcel por corrupción.
El ex jefe de Estado, cuyo proceso judicial comenzó el 3 de agosto, es el primer dirigente derrocado por las revoluciones árabes en comparecer ante la justicia.
La última audiencia del juicio se caracterizó por un alegato de defensa de hora y media de Adly, quien atribuyó la muerte de manifestantes durante el levantamiento a "extranjeros" y a una "conspiración" para desestabilizar a Egipto.
El ex ministro, una de las figuras más criticadas del antiguo régimen, defendió la acción de la policía en los acontecimientos, lo que desató aplausos de algunos policías que estaban al fondo de la sala.
Unas 850 personas murieron durante el levantamiento contra el régimen en enero y febrero de 2011, según cifras oficiales.
Decenas de manifestantes, partidarios y adversarios del ex presidente, estaban presentes en el exterior del tribunal, instalado en los locales de una escuela de policía de la periferia de El Cairo.
Ambos campos lanzaban consignas hostiles o favorables a Mubarak, y un hombre esgrimía una cuerda con un nudo para reclamar el ahorcamiento.
Los fiscales indicaron a la corte que había un servicio médico en la prisión de Tora, suburbio sur de El Cairo, para recibir al ex jefe de Estado, en detención preventiva en un hospital militar.
Hosni Mubarak, quien llegó al poder en 1981, renunció el 11 de febrero de 2011 luego de 18 días de revuelta sin precedente contra su régimen. Desde entonces, la dirección del país está en manos del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) y su jefe, el mariscal Husein Tantaui.
La apertura el año pasado del proceso de quien reinó sobre el país durante tres décadas, transmitida en directo por televisión, fue seguida apasionadamente por los egipcios.
El desarrollo de las audiencias a lo largo de los meses se caracterizó por una gran confusión, muchas polémicas y una interrupción de tres meses a fines del año pasado.
Los fiscales denunciaron una falta patente de cooperación de las nuevas autoridades para reunir el expediente.
La defensa por su parte consideró que las acusaciones fueron esencialmente retóricas y no se aportaron prueba decisivas. Además estima que toda condena podría ser objeto de apelación.
Mubarak, presuntamente aquejado de problemas cardiacos, compareció en las audiencias tumbado en una camilla.
Varias sesiones celebradas en el otoño (boreal) para incluir los testimonios de altas personalidades del Estado y del ejército, entre ellos el mariscal Tantaui, se llevaron a cabo a puerta cerrada.