"Este fin de semana se logró finalizar el proceso (de unión) luego de casi un año. Por primera vez, pudimos observar científicamente a través de este nuevo instrumento, y podemos decir que ya se puede utilizar" para futuras observaciones, señaló a la AFP Jean-Philippe Berger, astrónomo a cargo del proceso.
En Cerro Paranal, a 2.635 metros de altura sobre el nivel del mar, en pleno Desierto de Atacama, se alzan cuatro grandes telescopios ópticos de unos 30 metros de altura y espejos de 8 metros de diámetro cada uno, que conforman el Very Large Telescope (VLT).
Los astrónomos lograron unir las señales recibidas por esos cuatro telescopios gracias a la técnica de la interferometría, que combina la luz de los cuatro logrando una imagen de mayor resolución.
A partir de ahora, los científicos podrán utilizar cuando lo necesiten esta nueva modalidad de observación, que de una forma virtual permitirá contar con un espejo equivalente de 130 metros de diámetro y que, según Berger, mejorará la resolución y la capacidad de "zoom" de los aparatos.
"Podremos ver la superficie de las estrellas, incluso objetos que nunca se habían observado antes, como estrellas muy jóvenes o algunas galaxias", explicó el astrónomo.
El Observatorio de Paranal cuenta con dos redes de telescopios ópticos: los primeros tienen espejos de 8 metros de diámetro, y los segundos, más pequeños, espejos de 1,8 metros, que ya fueron unidos mediante la interferometría en octubre del 2010.
La luz combinada proveniente de estos siete instrumentos ópticos forma el llamado VLT Interferómetro, el más potente telescopio óptico hasta ahora instalado.
Según Berger, es "muy difícil construir telescopios ópticos muy grandes, por lo que se recurrió a la interferometría" para lograr una mejor visión.
"Hace mucho tiempo que estábamos trabajando para esto y estamos muy contentos de poder empezar a hacer ciencia" con ello, dijo Berger.
El VLT del Observatorio de Cerro Paranal, ubicado a unos 1.100 km de Santiago, cerca de la árida ciudad chilena de Antofagasta, se considera el instrumento óptico más avanzado del mundo.
Es operado por el Observatorio Europeo Austral (ESO en inglés), una organización creada en 1962 que integran 11 países: Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Italia, Portugal, Suecia y Suiza.
La construcción del Observatorio de Cerro Paranal se inició en 1991, luego de siete años de prospección. Cerca de 350.000 metros cúbicos de roca y tierra fueron removidos desde la cumbre para crear una plataforma de 20.000 m2, donde se alzan los telescopios y el Laboratorio de Interferometría.
Por sus buenas condiciones geográficas y climáticas, Chile albergará también a partir del 2018 el E-ELT (European Extremely Large Telescope), que tendrá un espejo de 42 metros de diámetro y que llevará siete años en construir, y cuyo coste se estima en 1.000 millones de euros.
En Cerro Paranal, a 2.635 metros de altura sobre el nivel del mar, en pleno Desierto de Atacama, se alzan cuatro grandes telescopios ópticos de unos 30 metros de altura y espejos de 8 metros de diámetro cada uno, que conforman el Very Large Telescope (VLT).
Los astrónomos lograron unir las señales recibidas por esos cuatro telescopios gracias a la técnica de la interferometría, que combina la luz de los cuatro logrando una imagen de mayor resolución.
A partir de ahora, los científicos podrán utilizar cuando lo necesiten esta nueva modalidad de observación, que de una forma virtual permitirá contar con un espejo equivalente de 130 metros de diámetro y que, según Berger, mejorará la resolución y la capacidad de "zoom" de los aparatos.
"Podremos ver la superficie de las estrellas, incluso objetos que nunca se habían observado antes, como estrellas muy jóvenes o algunas galaxias", explicó el astrónomo.
El Observatorio de Paranal cuenta con dos redes de telescopios ópticos: los primeros tienen espejos de 8 metros de diámetro, y los segundos, más pequeños, espejos de 1,8 metros, que ya fueron unidos mediante la interferometría en octubre del 2010.
La luz combinada proveniente de estos siete instrumentos ópticos forma el llamado VLT Interferómetro, el más potente telescopio óptico hasta ahora instalado.
Según Berger, es "muy difícil construir telescopios ópticos muy grandes, por lo que se recurrió a la interferometría" para lograr una mejor visión.
"Hace mucho tiempo que estábamos trabajando para esto y estamos muy contentos de poder empezar a hacer ciencia" con ello, dijo Berger.
El VLT del Observatorio de Cerro Paranal, ubicado a unos 1.100 km de Santiago, cerca de la árida ciudad chilena de Antofagasta, se considera el instrumento óptico más avanzado del mundo.
Es operado por el Observatorio Europeo Austral (ESO en inglés), una organización creada en 1962 que integran 11 países: Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Italia, Portugal, Suecia y Suiza.
La construcción del Observatorio de Cerro Paranal se inició en 1991, luego de siete años de prospección. Cerca de 350.000 metros cúbicos de roca y tierra fueron removidos desde la cumbre para crear una plataforma de 20.000 m2, donde se alzan los telescopios y el Laboratorio de Interferometría.
Por sus buenas condiciones geográficas y climáticas, Chile albergará también a partir del 2018 el E-ELT (European Extremely Large Telescope), que tendrá un espejo de 42 metros de diámetro y que llevará siete años en construir, y cuyo coste se estima en 1.000 millones de euros.