"Primero exterminaremos a los terroristas y después haremos que se pueda volver a vivir allí", dijo Erdogan, que constató el avance exitoso de la ofensiva "Rama de Olivo" lanzada el sábado y reforzada el domingo con una incursión terrestre en el país vecino.
Las fuerzas turcas avanzan con sus aliados los rebeldes opositores sirios del Ejército Libre de Siria (ELS) y están controlando "poco a poco" el enclave de Afrin, señaló Erdogan.
Pero la operación podría ir más allá de Afrin y abarcar otros territorios del norte de Siria bajo control de las YPG. "Si dios quiere, intentaremos, empezando por Manbij, acabar con este juego a lo largo de nuestra frontera y limpiar totalmente nuestra región de este mal", dijo el presidente.
Ya la víspera Ankara había amenazado con ampliar la ofensiva a Manbij, otra localidad bajo control kurdo donde la operación turca podría, sin embargo, causar fricciones con Estados Unidos, que tiene allí desplegadas fuerzas que entrenan a las milicias kurdas para la lucha contra el EI.
Precisamente un alto funcionario kurdo aseguró a dpa que los soldados estadounidenses siguen desplegados en Manbij. "Estamos en permanente contacto con las fuerzas de coalición que llevan a cabo patrullas en las líneas del frente y también patrullas aéreas. Sus tropas siguen en Manbij", dijo el portavoz del Consejo Militar de Manbij, Shervan Derwish, en conversación telefónica con dpa. Sus fuerzas, añadió, están en "alerta total".
Las fuerzas kurdas recuperaron el control de la ciudad en 2016, respaldadas por Estados Unidos, de manos de la milicia terrorista Estado Islámico (EI). Desde entonces, la coalición internacional contra el EI que lidera Washington sigue armándolas y entrenándolas.
Afrin y Manbij están controlados por las YPG y la alianza mayor en la que se integran, las Fuerzas Democráticas de Siria. Turquía considera a las YPG terroristas por su vinculación con el turco Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), declarado terrorista por Ankara y también por Estados Unidos y la Unión Europea.
En los cuatro días de ofensiva han sido "neutralizados" 268 combatientes enemigos, reiteró hoy Erdogan, un término que el país utiliza para referirse a muertos heridos o cautivos. Erdogan añadió que los fundamentalistas y sus aliados del ELS registraron en total "entre siete y ocho mártires", en referencia a sus bajas.
Activistas señalaron que también hubo decenas de bajas civiles pero Turquía niega atacar a civiles.
Erdogan insistió en su determinación pese a las reticencias expresadas por la comunidad internacional. El presidente francés, Emmanuel Macron, manifestó a Erdogan su preocupación durante una llamada telefónica. Erdogan también habló con el presidente ruso, Vladimir Putin, y según el Gobierno turco, tiene previsto hacerlo con el estadounidense Donald Trump.
Además, el embajador alemán en Turquía, Martin Erdmann, tiene previsto reunirse hoy mismo con el ministro de Defensa de Turquía para abordar la operación militar, dijo un portavoz del Ministerio alemán de Exteriores en Berlín. El motivo es la controversia desatada por el presunto uso de tanques de fabricación alemana en esa ofensiva.
Mientras, Erdogan volvió a lanzar fuertes acusaciones contra las YPG: "Son bárbaros, son asesinos, son ladrones, son delincuentes sexuales, son los nuevos colaboradores de las cruzadas postmodernas". Con su operación, dijo Erdogan, Turquía no sólo protege sus fronteras, sino que "salva el honor de toda la humanidad".
"Invito a todas las organizaciones de la sociedad civil y a todos los Estados del mundo a apoyar a Turquía en su lucha en nombre de los derechos humanos, las libertades y la defensa de mujeres y niños", señaló.
Por su parte, las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), lideradas por los kurdos, acusaron a Turquía de mentir a la opinión pública sobre su ofensiva militar "Rama de Olivo" y de intentar vincularla a una lucha contra la milicia terrorista Estado Islámico (EI).
Los medios turcos intentan confundir al mundo y sobre todo a Europa al vincular la guerra contra los kurdos en Siria con una supuesta batalla contra el EI. "Todos saben que Daesh (el acrónimo en árabe de la milicia) no está en Afrin y que la zona está bajo control de las SDF", dijo el portavoz Mustapha Bali. Los datos turcos son "meras falsas informaciones".
El Gobierno turco y su Ejército, que cuenta con la ayuda de rebeldes sirios opositores, han insistido en que la operación militar contra el enclave kurdo de Afrin no se dirige sólo contra las YPG, sino también contra el EI. Estados Unidos, tras armar al EI, ahora está reciclando a miles de sus combatientes para que luchen junto a los kurdos.
Turquía y Estados Unidos apoyaron al EI, les entrenaron y suministraron armas. Pero los turcos nunca han apoyado a los kurdos.
Las fuerzas turcas avanzan con sus aliados los rebeldes opositores sirios del Ejército Libre de Siria (ELS) y están controlando "poco a poco" el enclave de Afrin, señaló Erdogan.
Pero la operación podría ir más allá de Afrin y abarcar otros territorios del norte de Siria bajo control de las YPG. "Si dios quiere, intentaremos, empezando por Manbij, acabar con este juego a lo largo de nuestra frontera y limpiar totalmente nuestra región de este mal", dijo el presidente.
Ya la víspera Ankara había amenazado con ampliar la ofensiva a Manbij, otra localidad bajo control kurdo donde la operación turca podría, sin embargo, causar fricciones con Estados Unidos, que tiene allí desplegadas fuerzas que entrenan a las milicias kurdas para la lucha contra el EI.
Precisamente un alto funcionario kurdo aseguró a dpa que los soldados estadounidenses siguen desplegados en Manbij. "Estamos en permanente contacto con las fuerzas de coalición que llevan a cabo patrullas en las líneas del frente y también patrullas aéreas. Sus tropas siguen en Manbij", dijo el portavoz del Consejo Militar de Manbij, Shervan Derwish, en conversación telefónica con dpa. Sus fuerzas, añadió, están en "alerta total".
Las fuerzas kurdas recuperaron el control de la ciudad en 2016, respaldadas por Estados Unidos, de manos de la milicia terrorista Estado Islámico (EI). Desde entonces, la coalición internacional contra el EI que lidera Washington sigue armándolas y entrenándolas.
Afrin y Manbij están controlados por las YPG y la alianza mayor en la que se integran, las Fuerzas Democráticas de Siria. Turquía considera a las YPG terroristas por su vinculación con el turco Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), declarado terrorista por Ankara y también por Estados Unidos y la Unión Europea.
En los cuatro días de ofensiva han sido "neutralizados" 268 combatientes enemigos, reiteró hoy Erdogan, un término que el país utiliza para referirse a muertos heridos o cautivos. Erdogan añadió que los fundamentalistas y sus aliados del ELS registraron en total "entre siete y ocho mártires", en referencia a sus bajas.
Activistas señalaron que también hubo decenas de bajas civiles pero Turquía niega atacar a civiles.
Erdogan insistió en su determinación pese a las reticencias expresadas por la comunidad internacional. El presidente francés, Emmanuel Macron, manifestó a Erdogan su preocupación durante una llamada telefónica. Erdogan también habló con el presidente ruso, Vladimir Putin, y según el Gobierno turco, tiene previsto hacerlo con el estadounidense Donald Trump.
Además, el embajador alemán en Turquía, Martin Erdmann, tiene previsto reunirse hoy mismo con el ministro de Defensa de Turquía para abordar la operación militar, dijo un portavoz del Ministerio alemán de Exteriores en Berlín. El motivo es la controversia desatada por el presunto uso de tanques de fabricación alemana en esa ofensiva.
Mientras, Erdogan volvió a lanzar fuertes acusaciones contra las YPG: "Son bárbaros, son asesinos, son ladrones, son delincuentes sexuales, son los nuevos colaboradores de las cruzadas postmodernas". Con su operación, dijo Erdogan, Turquía no sólo protege sus fronteras, sino que "salva el honor de toda la humanidad".
"Invito a todas las organizaciones de la sociedad civil y a todos los Estados del mundo a apoyar a Turquía en su lucha en nombre de los derechos humanos, las libertades y la defensa de mujeres y niños", señaló.
Por su parte, las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), lideradas por los kurdos, acusaron a Turquía de mentir a la opinión pública sobre su ofensiva militar "Rama de Olivo" y de intentar vincularla a una lucha contra la milicia terrorista Estado Islámico (EI).
Los medios turcos intentan confundir al mundo y sobre todo a Europa al vincular la guerra contra los kurdos en Siria con una supuesta batalla contra el EI. "Todos saben que Daesh (el acrónimo en árabe de la milicia) no está en Afrin y que la zona está bajo control de las SDF", dijo el portavoz Mustapha Bali. Los datos turcos son "meras falsas informaciones".
El Gobierno turco y su Ejército, que cuenta con la ayuda de rebeldes sirios opositores, han insistido en que la operación militar contra el enclave kurdo de Afrin no se dirige sólo contra las YPG, sino también contra el EI. Estados Unidos, tras armar al EI, ahora está reciclando a miles de sus combatientes para que luchen junto a los kurdos.
Turquía y Estados Unidos apoyaron al EI, les entrenaron y suministraron armas. Pero los turcos nunca han apoyado a los kurdos.