La decisión excepcional adoptada por el Consejo de Ministros reunido hoy en Madrid a propuesta del ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, marca un nuevo pico en la tensión diplomática que viene caracterizando las relaciones entre el Gobierno español de Mariano Rajoy y el venezolano de Nicolás Maduro.
"El Gobierno español lamenta la decision del Gobierno de Venezuela de declarar persona 'non grata' al embajador", explicó el portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo. "El Gobierno responde de forma proporcional y en estricto cumplimiento del principio de reciprocidad".
El propio Dastis había sugerido el jueves la posibilidad de expulsar a Isea al anunciar que Madrid respondería con "medidas de reciprocidad proporcionadas" a la declaración de persona "non grata" y expulsión de Venezuela del embajador español Jesús Silva Fernández.
"Es evidente que vamos a tratar de actuar con proporcionalidad, pero tenemos que aplicar el principio de reciprocidad, que es muy útil en las relaciones diplomáticas", señaló Dastis, que rechazó las acusaciones de "injerencia" usadas por el Gobierno de Nicolás Maduro para justificar la expulsión del diplomático español.
"Lo único que hemos intentado desde el principio es ayudar al proceso", señaló Dastis. "Hemos liderado en la Unión Europea (UE) el intento por buscar medios de presión efectivos para que hubiera una negociación efectiva (en Venezuela), algo que han decidido por unanimidad los 28 (miembros de la UE)".
El comunicado de la Cancillería venezolana justificó el jueves la expulsión de Silva Fernández por las "continuas agresiones y recurrentes actos de injerencia en los asuntos internos" de Venezuela por parte del Gobierno español.
El Gobierno de Maduro acusa a Rajoy de haber incitado las sanciones impuestas por la UE esta semana a dirigentes venezolanos, incluyendo a Diosdado Cabello, "número dos" de Maduro, al considerar que participaron en violaciones de los derechos humanos.
El comunicado asegura que Rajoy recibió "infames instrucciones" del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la reunión que ambos mantuvieron el 26 de septiembre en Washington.
La expulsión del embajador español marca un nuevo pico en las tensiones que vienen caracterizando las relaciones entre Madrid y Caracas desde la llegada del chavismo al poder en 1999.
"El Gobierno español lamenta la decision del Gobierno de Venezuela de declarar persona 'non grata' al embajador", explicó el portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo. "El Gobierno responde de forma proporcional y en estricto cumplimiento del principio de reciprocidad".
El propio Dastis había sugerido el jueves la posibilidad de expulsar a Isea al anunciar que Madrid respondería con "medidas de reciprocidad proporcionadas" a la declaración de persona "non grata" y expulsión de Venezuela del embajador español Jesús Silva Fernández.
"Es evidente que vamos a tratar de actuar con proporcionalidad, pero tenemos que aplicar el principio de reciprocidad, que es muy útil en las relaciones diplomáticas", señaló Dastis, que rechazó las acusaciones de "injerencia" usadas por el Gobierno de Nicolás Maduro para justificar la expulsión del diplomático español.
"Lo único que hemos intentado desde el principio es ayudar al proceso", señaló Dastis. "Hemos liderado en la Unión Europea (UE) el intento por buscar medios de presión efectivos para que hubiera una negociación efectiva (en Venezuela), algo que han decidido por unanimidad los 28 (miembros de la UE)".
El comunicado de la Cancillería venezolana justificó el jueves la expulsión de Silva Fernández por las "continuas agresiones y recurrentes actos de injerencia en los asuntos internos" de Venezuela por parte del Gobierno español.
El Gobierno de Maduro acusa a Rajoy de haber incitado las sanciones impuestas por la UE esta semana a dirigentes venezolanos, incluyendo a Diosdado Cabello, "número dos" de Maduro, al considerar que participaron en violaciones de los derechos humanos.
El comunicado asegura que Rajoy recibió "infames instrucciones" del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la reunión que ambos mantuvieron el 26 de septiembre en Washington.
La expulsión del embajador español marca un nuevo pico en las tensiones que vienen caracterizando las relaciones entre Madrid y Caracas desde la llegada del chavismo al poder en 1999.