Los ministros, que se reunieron por tercera vez desde el encuentro que mantuvieron en Rabat en 2013, decidieron reforzar su coordinación en materia de flujos migratorios y de lucha contra el narcotráfico.
A ese respecto, el ministro marroquí Mohamed Hassad se refirió a un "control muy eficaz, en particular gracias a la cooperación con España", pero recalcó que "Marruecos no es el gendarme de Europa".
Estos cuatro países también "consideran esencial agotar las fuentes del extremismo violento inscribiendo sus acciones en el marco de un enfoque global", según la declaración común adoptada al término de una cumbre de los cuatro países mantenida en las afueras de Lisboa.
Esta estrategia debe basarse "a la vez en la lucha contra la radicalización, principalmente por internet, y en el refuerzo de los medios destinados a prevenir los desplazamientos de los combatientes extranjeros y controlar su retorno a sus países de origen y/o de residencia", precisaron.
Por su parte, el ministro francés de Interior, Bernard Cazeneuve, destacó la necesidad de que la Unión Europea cree un registro de pasajeros aéreos (PNR, por sus siglas en inglés) para poder seguir mejor la pista de los yihadistas que regresen de Siria o de Irak.
Por otra parte, Cazeneuve defendió "la puesta en marcha de controles coordinados y sistemáticos dentro del espacio Schengen".