En Washington, el Pentágono afirmó que las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos mataron el martes a Adnani en un ataque aéreo en la provincia de Alepo, norte de Siria, pero no confirmó inmediatamente su muerte.
Asimismo, un militar ruso había dicho que uno de sus ataques aéreos mató a Adnani, durante un bombardeo el martes, que abatió a unos 40 yihadistas. Esta reivindicación es desestimada por las autoridades estadounidenses, que la consideran "una broma".
Sin embargo, el ministerio de Defensa ruso, afirmó que "entre los terroristas liquidados se hallaba, según informaciones confirmadas por varios canales, el jefe de guerra Abu Mohamed al Adnani, más conocido como el portavoz del grupo terrorista Estado Islámico", en un comunicado.
Independientemente de quién haya sido el autor, los analistas afirman que su muerte significa un durísimo golpe para el EI, que ha sufrido una serie de reveses este año, incluyendo la pérdida de territorios que controlaba en Siria e Irak, así como la muerte de otras figuras principales del grupo.
Adnani era "el líder más visceral y agresivo del ISIS (acrónimo del EI en inglés) a ojos del público", opinó Charles Lister, investigador principal del Instituto de Oriente Medio.
"Sin su voz explosiva, para el ISIS puede resultar difícil poder inspirar a los niveles de violencia que había logrado alcanzar en los últimos tiempos", añadió.
El gran propagandista de los atentados en Occidente, cuyo verdadero nombre era Taha Sobhi Falaha, fue abatido con 39 años de edad (había nacido en 1977).
Su muerte, anunciada el martes por la noche por el EI, es la tercera en cinco meses de un yihadista importante y aísla todavía más al jefe del grupo, el autoproclamado "califa" Abu Bakr al Baghdadi, en paradero desconocido.
"El asesinato de Al Adnani es una señal de que el EI no puede proteger a sus líderes más importantes", afirmó a la AFP Hisham al Hashemi, especialista de movimientos yihadistas en Siria e Irak.
"Estados Unidos puede estar muy cerca de eliminar a Al Baghdadi la próxima vez (...). A su lado sólo quedan dos de los fundadores del EI: el iraquí Abu Abdel Rahman Iyad al Ubeidi y el saudí Abu Mohamed al Shemali", según el experto.
"Está muy claro que el EI está infiltrado a nivel de sus dirigentes y que los servicios de inteligencia conocen la mayoría de sus desplazamientos", estima Hashemi.
En Washington, el portavoz del Pentágono, Peter Cook, estimó que la desaparición de Al Adnani es un "nuevo golpe importante contra el EI" porque era el "principal arquitecto de las operaciones exteriores del EI y portavoz en jefe" del grupo.
Según Cook, Al Adnani "coordinó los movimientos de combatientes del EI, instando de manera directa los ataques de lobos solitarios contra civiles y miembros de las fuerzas armadas, y reclutó de manera activa nuevos combatientes".
Para Aymenn Jawad al Tamimi, otro experto en movimientos yihadistas, la desaparición de Al Adnani es "simbólicamente importante y, de manera más general, un indicio del declive del Estado Islámico".
El EI indicó que su portavoz murió "mientras controlaba las operaciones para rechazar las campañas militares contra Alepo", informó la agencia Amaq, vinculada al grupo.
"Al Adnani se movía sobre todo entre Bukamal y Deir Ezzor (en el este de Siria) pero parece que la importancia de la batalla de Alepo le obligó a supervisar personalmente el combate", precisa Hashemi.
En agosto, el EI sufrió duros golpes en esta provincia: fue expulsado por las fuerzas antiyihadistas, apoyadas por Washington, de la ciudad de Manbij y perdió la localidad de Jarablos frente a las fuerzas turcas.
Al Adnani exhortó a los partidarios del EI a pasar a la acción en sus países de origen utilizando cualquier arma disponible, cuchillos, piedras o vehículos, contra los ciudadanos de los países miembros de la coalición antiyihadista, en un llamado que al parecer inspiró varios atentados, especialmente en Europa.
Un alto mando estadounidense dijo que estuvo involucrado en ataques importantes, como los atentados de París, de Bruselas y la operación contra el aeropuerto de Estambul, en la acción contra un café en Bangladés y en el derribo de un avión ruso en el Sinaí. Estos ataques causaron, según esta fuente, más de 1.800 muertos y cerca de 4.000 heridos.
Asimismo, un militar ruso había dicho que uno de sus ataques aéreos mató a Adnani, durante un bombardeo el martes, que abatió a unos 40 yihadistas. Esta reivindicación es desestimada por las autoridades estadounidenses, que la consideran "una broma".
Sin embargo, el ministerio de Defensa ruso, afirmó que "entre los terroristas liquidados se hallaba, según informaciones confirmadas por varios canales, el jefe de guerra Abu Mohamed al Adnani, más conocido como el portavoz del grupo terrorista Estado Islámico", en un comunicado.
Independientemente de quién haya sido el autor, los analistas afirman que su muerte significa un durísimo golpe para el EI, que ha sufrido una serie de reveses este año, incluyendo la pérdida de territorios que controlaba en Siria e Irak, así como la muerte de otras figuras principales del grupo.
- 'Arquitecto' de los atentados -
Adnani era "el líder más visceral y agresivo del ISIS (acrónimo del EI en inglés) a ojos del público", opinó Charles Lister, investigador principal del Instituto de Oriente Medio.
"Sin su voz explosiva, para el ISIS puede resultar difícil poder inspirar a los niveles de violencia que había logrado alcanzar en los últimos tiempos", añadió.
El gran propagandista de los atentados en Occidente, cuyo verdadero nombre era Taha Sobhi Falaha, fue abatido con 39 años de edad (había nacido en 1977).
Su muerte, anunciada el martes por la noche por el EI, es la tercera en cinco meses de un yihadista importante y aísla todavía más al jefe del grupo, el autoproclamado "califa" Abu Bakr al Baghdadi, en paradero desconocido.
"El asesinato de Al Adnani es una señal de que el EI no puede proteger a sus líderes más importantes", afirmó a la AFP Hisham al Hashemi, especialista de movimientos yihadistas en Siria e Irak.
"Estados Unidos puede estar muy cerca de eliminar a Al Baghdadi la próxima vez (...). A su lado sólo quedan dos de los fundadores del EI: el iraquí Abu Abdel Rahman Iyad al Ubeidi y el saudí Abu Mohamed al Shemali", según el experto.
"Está muy claro que el EI está infiltrado a nivel de sus dirigentes y que los servicios de inteligencia conocen la mayoría de sus desplazamientos", estima Hashemi.
En Washington, el portavoz del Pentágono, Peter Cook, estimó que la desaparición de Al Adnani es un "nuevo golpe importante contra el EI" porque era el "principal arquitecto de las operaciones exteriores del EI y portavoz en jefe" del grupo.
Según Cook, Al Adnani "coordinó los movimientos de combatientes del EI, instando de manera directa los ataques de lobos solitarios contra civiles y miembros de las fuerzas armadas, y reclutó de manera activa nuevos combatientes".
- ¿Declive del EI? -
Para Aymenn Jawad al Tamimi, otro experto en movimientos yihadistas, la desaparición de Al Adnani es "simbólicamente importante y, de manera más general, un indicio del declive del Estado Islámico".
El EI indicó que su portavoz murió "mientras controlaba las operaciones para rechazar las campañas militares contra Alepo", informó la agencia Amaq, vinculada al grupo.
"Al Adnani se movía sobre todo entre Bukamal y Deir Ezzor (en el este de Siria) pero parece que la importancia de la batalla de Alepo le obligó a supervisar personalmente el combate", precisa Hashemi.
En agosto, el EI sufrió duros golpes en esta provincia: fue expulsado por las fuerzas antiyihadistas, apoyadas por Washington, de la ciudad de Manbij y perdió la localidad de Jarablos frente a las fuerzas turcas.
Al Adnani exhortó a los partidarios del EI a pasar a la acción en sus países de origen utilizando cualquier arma disponible, cuchillos, piedras o vehículos, contra los ciudadanos de los países miembros de la coalición antiyihadista, en un llamado que al parecer inspiró varios atentados, especialmente en Europa.
Un alto mando estadounidense dijo que estuvo involucrado en ataques importantes, como los atentados de París, de Bruselas y la operación contra el aeropuerto de Estambul, en la acción contra un café en Bangladés y en el derribo de un avión ruso en el Sinaí. Estos ataques causaron, según esta fuente, más de 1.800 muertos y cerca de 4.000 heridos.