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La muestra es un hito en sí misma. Nunca tantas obras salieron de los fondos de la Fundació Gala-Salvador Dalí. En total, suman casi 300 piezas: 30 óleos, 114 dibujos, 111 grabados y 12 litografías, además de diversos documentos gráficos y material complementario.
El espectador que se acerca hasta el palacete que alberga tanto material daliniano encuentra parte, y muy importante, de la ingente obra que creó el artista en su vida. Casi todos los estilos que fue cultivando a lo largo de los años están representados. Y ése no es el único atractivo de la muestra. El recorrido se detiene en las obras más conocidas, pero el viaje se completa con paradas en las estaciones menos frecuentadas (dibujos y obra gráfica, entre grabados y litografías).
Hay retratos de la familia del pintor, de la casa de Cadaqués y del paisaje mediterráneo en el que residió la mayor parte de su vida. En la muestra se documenta a través de fotografías y cartas su intensa amistad con el poeta Federico García Lorca. En su obra pictórica se aprecia su interés por estilos como el cubismo o composiciones que implican cierto retorno a la nueva objetividad, así como la influencia que recibió y el interés que sintió por los pintores metafísicos italianos y por revistas como Valori Plastici.
Su relación con América está ampliamente documentada a través de fotografías y de los trabajos que realizó para la escena. Tampoco faltan en la retrospectiva de Estambul devaneos literarios del artista, como las ilustraciones que realizó para La divina comedia de Dante o El Quijote de Cervantes.
El espectador que se acerca hasta el palacete que alberga tanto material daliniano encuentra parte, y muy importante, de la ingente obra que creó el artista en su vida. Casi todos los estilos que fue cultivando a lo largo de los años están representados. Y ése no es el único atractivo de la muestra. El recorrido se detiene en las obras más conocidas, pero el viaje se completa con paradas en las estaciones menos frecuentadas (dibujos y obra gráfica, entre grabados y litografías).
Hay retratos de la familia del pintor, de la casa de Cadaqués y del paisaje mediterráneo en el que residió la mayor parte de su vida. En la muestra se documenta a través de fotografías y cartas su intensa amistad con el poeta Federico García Lorca. En su obra pictórica se aprecia su interés por estilos como el cubismo o composiciones que implican cierto retorno a la nueva objetividad, así como la influencia que recibió y el interés que sintió por los pintores metafísicos italianos y por revistas como Valori Plastici.
Su relación con América está ampliamente documentada a través de fotografías y de los trabajos que realizó para la escena. Tampoco faltan en la retrospectiva de Estambul devaneos literarios del artista, como las ilustraciones que realizó para La divina comedia de Dante o El Quijote de Cervantes.
