Más de 150 ingenieros y técnicos trabajan en el grupo aeroespacial Airbus en el módulo de servicio europeo (ESM), que junto con la cápsula de astronautas conformará la futura nave espacial estadounidense "Orion".
Está previsto que la nave espacial, una cooperación entre la agencia estadounidense NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), salga al espacio a finales de 2019 y dé una vuelta alrededor de a la Luna. Mientras, el primer vuelo tripulado tendrá lugar en 2021.
"La seguridad de los astronautas está en primer lugar", declara el ingeniero jefe Matthias Gronowski, responsable de la construcción del módulo de servicio europeo. Se cumplen cinco tareas a la vez: propulsión, regulación de la temperatura dentro de la cápsula, suministro de electricidad, agua y aire para respirar.
La misión de la nave es volar hasta 64.000 kilómetros por detrás de la Luna. "Allí no ha llegado aún ninguna persona", indica Gronowski. Para los ingenieros esto supone un desafío especial ya que al volar en esta parte la nave estará tapada por la sombra de la Luna y deberá hacer frente a temperaturas extremadamente bajas.
Está previsto que la nave espacial, una cooperación entre la agencia estadounidense NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), salga al espacio a finales de 2019 y dé una vuelta alrededor de a la Luna. Mientras, el primer vuelo tripulado tendrá lugar en 2021.
"La seguridad de los astronautas está en primer lugar", declara el ingeniero jefe Matthias Gronowski, responsable de la construcción del módulo de servicio europeo. Se cumplen cinco tareas a la vez: propulsión, regulación de la temperatura dentro de la cápsula, suministro de electricidad, agua y aire para respirar.
La misión de la nave es volar hasta 64.000 kilómetros por detrás de la Luna. "Allí no ha llegado aún ninguna persona", indica Gronowski. Para los ingenieros esto supone un desafío especial ya que al volar en esta parte la nave estará tapada por la sombra de la Luna y deberá hacer frente a temperaturas extremadamente bajas.