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Política
Marielle Franco
En este panorama, algunos episodios destacan respecto a otros por su impacto, como el asesinato de la concejala y activista anti-violencia Marielle Franco, el 14 de marzo, o la intervención militar en la seguridad de Río de Janeiro, que rige desde febrero. La candidatura presidencial del ultraderechista Jair Bolsonaro, con un discurso que promete "mano dura" contra los criminales, supone un correlato electoral de la alarmante situación de seguridad en el país.
El sociólogo brasileño Ignacio Cano, coordinador del Laboratorio de Análisis de la Violencia de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ) y uno de los académicos que más entiende del tema, habló con la agencia dpa sobre esta crisis de seguridad.
dpa: Pasaron cinco meses del asesinato de Marielle y no hay arrestados. ¿A qué se debe tanta demora?
Cano: El crimen de Marielle fue cometido por profesionales: clonaron la placa, probablemente destruyeron el automóvil, a lo mejor clonaron más de una placa, la siguieron y la mataron en un lugar en el que no había cámaras. Es un crimen de un nivel de sofisticación muy superior a lo que estamos acostumbrados.
dpa: Orlando de Curicica, uno de los señalados como posible autor intelectual del crimen, está en la cárcel. ¿Por qué en Brasil la mayoría de criminales sigue ejerciendo su poder desde la prisión?
Cano: No sólo sucede en Brasil. No hemos conseguido aislar los jefes criminales de sus grupos. Pasa en todos lados. Es difícil conjugar el derecho a la libre defensa y el contacto de los presos con sus familiares con la ruptura de los canales de comando.
En Brasil, las facciones se estructuraron desde dentro de las prisiones hacia afuera y no hemos conseguido resolver el problema, a pesar de los bloqueadores de señal telefónica y de algunas medidas de control. La mejor prueba del fracaso es que varios países de la región están extraditando a sus presos.
Se los manda a Estados Unidos y allí sí, supuestamente, se rompe la cadena de comando. Pasó con el Chapo Guzmán, con algunos colombianos: el tema se plantea justamente ante la incapacidad de los sistemas de prisiones de América Latina de controlar a sus internos.
dpa: ¿Cómo llegan las armas para las milicias y el tráfico?
Cano: Por todos lados. En las fronteras secas y húmedas entran las armas y salen las drogas, o viceversa. Las armas de grueso calibre vienen desde Estados Unidos, pero vienen por el puerto de Santos, por el aeropuerto de Río de Janeiro. Una de las ironías es que, si se lee la prensa o se ven los debates públicos, hay un montón de gente pidiendo el cierre de las fronteras, cuando en verdad muchas armas entran por los aeropuertos.
dpa: Son muy frecuentes en Brasil las muertes por balas perdidas en enfrentamientos entre criminales y fuerzas públicas. ¿Por qué sucede? ¿Se puede cambiar?
Cano: Casi todos los policías trabajan también en seguridad privada: lo que hacen es protección de negocios o de personas. Cuando están haciendo ese trabajo y hay un asalto, la prioridad del policía es poner a salvo a la persona que está protegiendo y luego, si puede, atacar al criminal.
Sin embargo, cuando esos mismos policías trabajan en seguridad pública, desgraciadamente, las prioridades son otras. Entonces, van a capturar a alguien y si en el medio se muere gente, no importa. Es muy simple: lo que hay que hacer es cambiar la prioridad doctrinaria y preguntarle al policía: '¿Usted está para qué?'; 'Usted no está para combatir el mal, eso es una consecuencia: usted está para proteger y, por lo tanto, si va a entrar en un tiroteo en una región habitada, va a generar mayores males que los que está viniendo a combatir, entonces mejor no lo haga'.
dpa: De cara a las elecciones presidenciales de octubre, ¿cómo afectaría una potencial victoria del ulraderechista Jaír Bolsonaro a la seguridad pública en Brasil?
Cano: Una victoria de Bolsonaro sería equivalente a la de Donald Trump en términos de migración. Es decir, lo que para Trump es la migración, que se ha convertido en el chivo expiatorio y el elemento central de sus políticas represivas, para Bolsonaro es el narcotráfico y la seguridad pública.
Entonces veríamos una militarización mucho más profunda, mucha violencia, mucho armamento para la población civil y la intensificación de un conflicto del que no saldremos en mucho tiempo. Porque, además, en este tipo de circunstancias, lo que suelen decir las personas que defienden la "mano dura" es: 'Si no ha funcionado la medicina, denle tres dosis al paciente. Y si no, siete'. Hasta que funcione.
El discurso del miedo es muy fácil de vender y tiene la ventaja de que no precisa ser explicado. El que está siendo amenazado pide seguridad, es así.
SOBRE IGNACIO CANO: Es uno de los mayores especialistas del mundo en cuestiones de seguridad pública y la violencia urbana. Doctor en Sociología por la Universidad Compluetense de Madrid (1991), posee además posdoctorados en las universidades de Arizona, Michigan (EEUU) y Lancaster (Inglaterra). Actualmente coordina el Laboratorio de Análisis de la Violencia de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ).
El sociólogo brasileño Ignacio Cano, coordinador del Laboratorio de Análisis de la Violencia de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ) y uno de los académicos que más entiende del tema, habló con la agencia dpa sobre esta crisis de seguridad.
dpa: Pasaron cinco meses del asesinato de Marielle y no hay arrestados. ¿A qué se debe tanta demora?
Cano: El crimen de Marielle fue cometido por profesionales: clonaron la placa, probablemente destruyeron el automóvil, a lo mejor clonaron más de una placa, la siguieron y la mataron en un lugar en el que no había cámaras. Es un crimen de un nivel de sofisticación muy superior a lo que estamos acostumbrados.
dpa: Orlando de Curicica, uno de los señalados como posible autor intelectual del crimen, está en la cárcel. ¿Por qué en Brasil la mayoría de criminales sigue ejerciendo su poder desde la prisión?
Cano: No sólo sucede en Brasil. No hemos conseguido aislar los jefes criminales de sus grupos. Pasa en todos lados. Es difícil conjugar el derecho a la libre defensa y el contacto de los presos con sus familiares con la ruptura de los canales de comando.
En Brasil, las facciones se estructuraron desde dentro de las prisiones hacia afuera y no hemos conseguido resolver el problema, a pesar de los bloqueadores de señal telefónica y de algunas medidas de control. La mejor prueba del fracaso es que varios países de la región están extraditando a sus presos.
Se los manda a Estados Unidos y allí sí, supuestamente, se rompe la cadena de comando. Pasó con el Chapo Guzmán, con algunos colombianos: el tema se plantea justamente ante la incapacidad de los sistemas de prisiones de América Latina de controlar a sus internos.
dpa: ¿Cómo llegan las armas para las milicias y el tráfico?
Cano: Por todos lados. En las fronteras secas y húmedas entran las armas y salen las drogas, o viceversa. Las armas de grueso calibre vienen desde Estados Unidos, pero vienen por el puerto de Santos, por el aeropuerto de Río de Janeiro. Una de las ironías es que, si se lee la prensa o se ven los debates públicos, hay un montón de gente pidiendo el cierre de las fronteras, cuando en verdad muchas armas entran por los aeropuertos.
dpa: Son muy frecuentes en Brasil las muertes por balas perdidas en enfrentamientos entre criminales y fuerzas públicas. ¿Por qué sucede? ¿Se puede cambiar?
Cano: Casi todos los policías trabajan también en seguridad privada: lo que hacen es protección de negocios o de personas. Cuando están haciendo ese trabajo y hay un asalto, la prioridad del policía es poner a salvo a la persona que está protegiendo y luego, si puede, atacar al criminal.
Sin embargo, cuando esos mismos policías trabajan en seguridad pública, desgraciadamente, las prioridades son otras. Entonces, van a capturar a alguien y si en el medio se muere gente, no importa. Es muy simple: lo que hay que hacer es cambiar la prioridad doctrinaria y preguntarle al policía: '¿Usted está para qué?'; 'Usted no está para combatir el mal, eso es una consecuencia: usted está para proteger y, por lo tanto, si va a entrar en un tiroteo en una región habitada, va a generar mayores males que los que está viniendo a combatir, entonces mejor no lo haga'.
dpa: De cara a las elecciones presidenciales de octubre, ¿cómo afectaría una potencial victoria del ulraderechista Jaír Bolsonaro a la seguridad pública en Brasil?
Cano: Una victoria de Bolsonaro sería equivalente a la de Donald Trump en términos de migración. Es decir, lo que para Trump es la migración, que se ha convertido en el chivo expiatorio y el elemento central de sus políticas represivas, para Bolsonaro es el narcotráfico y la seguridad pública.
Entonces veríamos una militarización mucho más profunda, mucha violencia, mucho armamento para la población civil y la intensificación de un conflicto del que no saldremos en mucho tiempo. Porque, además, en este tipo de circunstancias, lo que suelen decir las personas que defienden la "mano dura" es: 'Si no ha funcionado la medicina, denle tres dosis al paciente. Y si no, siete'. Hasta que funcione.
El discurso del miedo es muy fácil de vender y tiene la ventaja de que no precisa ser explicado. El que está siendo amenazado pide seguridad, es así.
SOBRE IGNACIO CANO: Es uno de los mayores especialistas del mundo en cuestiones de seguridad pública y la violencia urbana. Doctor en Sociología por la Universidad Compluetense de Madrid (1991), posee además posdoctorados en las universidades de Arizona, Michigan (EEUU) y Lancaster (Inglaterra). Actualmente coordina el Laboratorio de Análisis de la Violencia de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ).
