Los sacerdotes Iván Añorve Jaimes, párroco de La Sagrada Familia, y Germaín Muñiz García, párroco de Mezcala, habían asistido ese día a una fiesta al aire libre a la que también acudieron "miembros de diversos grupos delictivos" de Guerrero y los vecinos Morelos y Estados de México, indicó un comunicado.
En el evento se desató una pelea que involucraba a integrantes de grupos delictivos, a los dos sacerdotes y a sus acompañantes, presuntamente porque creyeron que Muñiz pertenecía a una banda antagónica debido a unas fotografías suyas difundidas en redes sociales.
La fiscalía de Guerrero detalló que en esas fotos el sacerdote aparece "portando un arma de fuego de grueso calibre" y "en compañía de hombres fuertemente armados, pertenecientes a un grupo delictivo" que opera en varios municipios del estado.
El asesinato de Muñiz y Añorve ocurrió en un tramo carretero cuando regresaban de la fiesta junto a otras cuatro personas, quienes resultaron heridas en el incidente. Los atacantes interceptaron su vehículo, abrieron fuego y después se dieron a la fuga.
"Se logró determinar plenamente que los agresores de las hoy víctimas pertenecen y operan con un grupo de la delincuencia organizada del Estado de México", agrega el comunicado oficial.
Tanto la Archidiócesis de Acapulco como la Diócesis de Chilpancingo lamentaron el lunes el asesinato de los dos párrocos y pidieron resolver el caso y dar con los responsables. La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) también expresó sus condolencias.
De acuerdo con el Centro Católico Multimedial, un portal eclesiástico, México es el país con más asesinatos y ataques a sacerdotes y religiosos en el mundo, con base a estadísticas llevadas desde 1990. Según su último recuento, que incluye el caso de Guerrero, son 21 los sacerdotes asesinados desde 2012.
En el evento se desató una pelea que involucraba a integrantes de grupos delictivos, a los dos sacerdotes y a sus acompañantes, presuntamente porque creyeron que Muñiz pertenecía a una banda antagónica debido a unas fotografías suyas difundidas en redes sociales.
La fiscalía de Guerrero detalló que en esas fotos el sacerdote aparece "portando un arma de fuego de grueso calibre" y "en compañía de hombres fuertemente armados, pertenecientes a un grupo delictivo" que opera en varios municipios del estado.
El asesinato de Muñiz y Añorve ocurrió en un tramo carretero cuando regresaban de la fiesta junto a otras cuatro personas, quienes resultaron heridas en el incidente. Los atacantes interceptaron su vehículo, abrieron fuego y después se dieron a la fuga.
"Se logró determinar plenamente que los agresores de las hoy víctimas pertenecen y operan con un grupo de la delincuencia organizada del Estado de México", agrega el comunicado oficial.
Tanto la Archidiócesis de Acapulco como la Diócesis de Chilpancingo lamentaron el lunes el asesinato de los dos párrocos y pidieron resolver el caso y dar con los responsables. La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) también expresó sus condolencias.
De acuerdo con el Centro Católico Multimedial, un portal eclesiástico, México es el país con más asesinatos y ataques a sacerdotes y religiosos en el mundo, con base a estadísticas llevadas desde 1990. Según su último recuento, que incluye el caso de Guerrero, son 21 los sacerdotes asesinados desde 2012.