Los miembros de la 'subcomisión' conjunta para el fin del conflicto, encabezados por el general Javier Flórez y el comandante rebelde Carlos Antonio Lozada, sostienen desde el miércoles una reunión técnica de tres días que avanza con fluidez, según indicaron ambos bandos.
La subcomisión ha analizado la experiencia de otros conflictos, con visitas de expertos internacionales, incluidos el de Sudáfrica (que culminó en los años 90 con el final de la segregación racial y la llegada al poder de Nelson Mandela) y la cruenta guerra civil salvadoreña (1980-1992).
Estas experiencias deben servir para "diseñar un modelo propio" para acabar el conflicto colombiano de medio siglo, explicó una fuente del equipo del gobierno colombiano.
Mientras avanzan los debates técnicos en esta subcomisión, las negociaciones simultáneas sobre reparación de las víctimas parecen estancadas, reconocen ambas delegaciones.
El actual ciclo de diálogos, el trigésimo sexto, culminará este viernes. Se especulaba que las partes anunciarían ese día un acuerdo para iniciar el desminado, pero esto fue descartado por una fuente del gobierno.
La guerrilla afirmó este jueves que no se alcanzará la paz "si antes no se desmonta efectivamente el paramilitarismo", que según las FARC sigue activo aunque esas organizaciones de ultraderecha formalmente se desmovilizaron bajo el gobierno de Alvaro Uribe (2002-2010).
"En otras palabras, la paz con guerra sucia no será la paz", dijo a la prensa Erika Montero, una delegada de la guerrilla.
Por ahora parece "bastante lejano", según una fuente del gobierno, un acuerdo parcial sobre víctimas, que se debate desde hace nueve meses, tras haber logrado consenso sobre reforma rural (mayo 2013), participación política (noviembre 2013) y drogas ilícitas (mayo 2014).
El tema que frena las negociaciones en el punto sobre víctimas es el de la "justicia transicional", pues las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se niegan a sellar un acuerdo que implique cárcel para los guerrilleros, según las partes.
El conflicto colombiano ha dejado 220.000 muertos y 5,5 millones de desplazados, según cifras oficiales.
Este jueves se reintegró a los diálogos el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, quien tuvo que viajar a Colombia el lunes para atender una situación familiar.