Gilberto Gil
Gil, que cumplirá 69 años en junio, se presentará con el compositor, director de orquesta y violoncelista Jacques Morelbaum, otra gran estrella de la música brasileña, y con su hijo, el guitarrista y percusionista Bem Gil, en el Teatro Chatelet, uno de los templos de la música parisina.
El músico originario de Salvador de Bahía (noreste de Brasil) y que lleva más de 40 años de carrera a cuestas, confesó en la entrevista con la AFP que esa nueva orientación en su música tiene que ver con "el paso del tiempo, que deja marcas".
El concierto será un viaje en una "música más íntima, más tierna e introspectiva. Y eso tiene que ver con el paso del tiempo", reconoció Gil, que luchó en los años '60 contra la dictadura militar en Brasil, que lo arrestó y envió al exilio en 1969.
"El tiempo deja marcas, y éstas se reflejan en mi música", reafirmó el que fuera ministro de Cultura del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva desde enero del 2003 hasta julio de 2008, cuando renunció, para consagrarse a la música.
El artista, que fue uno de los fundadores con Caetano Veloso del tropicalismo, un movimiento artístico vanguardista que renovó e impulsó la música brasileña en el mundo, dice que ahora quiere hacer una música más apartada de conceptos, de ideologías, "una música más personal, que deje más espacio a la ternura".
"Yo ya hice todo eso de propulsar la música brasileña. Antes había una ideología, que era ayudar a dar a conocer esa música nuestra en el mundo. El movimiento tropicalia fue eso. Ahora quiero volver a cosas más puras, libres, sin compromisos", explicó.
"El cuerpo y el alma me piden una música más íntima, más interior", reconoció el músico, que fue operado de las cuerdas vocales en octubre del 2007.
Gil, que se convirtió en una estrella mundial desde mediados de la década del 60 y lleva 56 discos sobre sus espaldas, dice que ahora se da "permiso" para sentirse "libre, despegado de cualquier concepto central", para regresar a la música del noreste brasileña, la música de su infancia.
"El concierto será también una visita a los orígenes de mi música nordestina. Me gusta revisitar la música inicial de mi vida, que está infiltrada en mi corazón", señaló.
"Es un asunto de amor profundo", dijo Gil, que adelantó que las canciones que ofrecerá en el concierto en París -que forma parte de una gira por varios países europeos, tras la que realizó en América del Norte en noviembre- "se adaptan bien a la guitarra, al violoncelo".
"El ambiente acústico ayuda a conservar la calidad vocal y permite también mostrar la calidad de mi ejecución, mi forma de tocar la guitarra", dijo Gil, agregando que interpretará canciones de distintas épocas, estilos y temas.
"Cantaré de amor, política y temas que revelan una introspección íntima", adelantó, destacando que son "canciones que utilizan la fuerte calidad rítmica que presenta la música brasileña, pero también baladas, canciones tiernas, muy personales", dijo.
Con gran sencillez, con humildad, Gil dijo que no reclama un lugar especial en la historia de la música brasileña, sino que se considera sólo como el heredero de grandes músicos, tales como Luiz Gonzaga, Dorival Caymmi y Joao Gilberto.
"No tengo ambición de convertirme en una referencia", afirmó Gil, ganador de dos Grammy latinos el año pasado por "Banda Dois", coronado como Mejor Album de Música Popular Brasileña, y por "Fé na festa" (Fe en la fiesta), Mejor Album inspirado en Música brasileña.
"Yo sólo hago lo que hago. Mi impulso creador nació de mi admiración por ellos, por Dorival, Luiz Gonzaga, Joao Gilberto, Jorge Bem. Yo soy su heredero, y no necesito un lugar especial. Sólo quiero ser parte de su herencia, parte de ellos", concluyó el músico.
El músico originario de Salvador de Bahía (noreste de Brasil) y que lleva más de 40 años de carrera a cuestas, confesó en la entrevista con la AFP que esa nueva orientación en su música tiene que ver con "el paso del tiempo, que deja marcas".
El concierto será un viaje en una "música más íntima, más tierna e introspectiva. Y eso tiene que ver con el paso del tiempo", reconoció Gil, que luchó en los años '60 contra la dictadura militar en Brasil, que lo arrestó y envió al exilio en 1969.
"El tiempo deja marcas, y éstas se reflejan en mi música", reafirmó el que fuera ministro de Cultura del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva desde enero del 2003 hasta julio de 2008, cuando renunció, para consagrarse a la música.
El artista, que fue uno de los fundadores con Caetano Veloso del tropicalismo, un movimiento artístico vanguardista que renovó e impulsó la música brasileña en el mundo, dice que ahora quiere hacer una música más apartada de conceptos, de ideologías, "una música más personal, que deje más espacio a la ternura".
"Yo ya hice todo eso de propulsar la música brasileña. Antes había una ideología, que era ayudar a dar a conocer esa música nuestra en el mundo. El movimiento tropicalia fue eso. Ahora quiero volver a cosas más puras, libres, sin compromisos", explicó.
"El cuerpo y el alma me piden una música más íntima, más interior", reconoció el músico, que fue operado de las cuerdas vocales en octubre del 2007.
Gil, que se convirtió en una estrella mundial desde mediados de la década del 60 y lleva 56 discos sobre sus espaldas, dice que ahora se da "permiso" para sentirse "libre, despegado de cualquier concepto central", para regresar a la música del noreste brasileña, la música de su infancia.
"El concierto será también una visita a los orígenes de mi música nordestina. Me gusta revisitar la música inicial de mi vida, que está infiltrada en mi corazón", señaló.
"Es un asunto de amor profundo", dijo Gil, que adelantó que las canciones que ofrecerá en el concierto en París -que forma parte de una gira por varios países europeos, tras la que realizó en América del Norte en noviembre- "se adaptan bien a la guitarra, al violoncelo".
"El ambiente acústico ayuda a conservar la calidad vocal y permite también mostrar la calidad de mi ejecución, mi forma de tocar la guitarra", dijo Gil, agregando que interpretará canciones de distintas épocas, estilos y temas.
"Cantaré de amor, política y temas que revelan una introspección íntima", adelantó, destacando que son "canciones que utilizan la fuerte calidad rítmica que presenta la música brasileña, pero también baladas, canciones tiernas, muy personales", dijo.
Con gran sencillez, con humildad, Gil dijo que no reclama un lugar especial en la historia de la música brasileña, sino que se considera sólo como el heredero de grandes músicos, tales como Luiz Gonzaga, Dorival Caymmi y Joao Gilberto.
"No tengo ambición de convertirme en una referencia", afirmó Gil, ganador de dos Grammy latinos el año pasado por "Banda Dois", coronado como Mejor Album de Música Popular Brasileña, y por "Fé na festa" (Fe en la fiesta), Mejor Album inspirado en Música brasileña.
"Yo sólo hago lo que hago. Mi impulso creador nació de mi admiración por ellos, por Dorival, Luiz Gonzaga, Joao Gilberto, Jorge Bem. Yo soy su heredero, y no necesito un lugar especial. Sólo quiero ser parte de su herencia, parte de ellos", concluyó el músico.