"En esta reunión se trató no sólo el alto el fuego sino también la paz. Vamos a seguir trabajando", se congratuló el ministro de Inmigración, Jin Yi.
El portavoz de la KNU, David Htaw, saludó por su parte un primer acuerdo "basado en la confianza", añadiendo que un representante oficial de la rebelión sería nombrado antes de 45 días para proseguir las discusiones.
"Nuestra tarea acaba de comenzar", añadió, recalcando "la auténtica buena voluntad" del gobierno.
Desde hace varios meses, el nuevo régimen birmano ha dado muestras de su voluntad de dialogar con las rebeliones étnicas, al tiempo que multiplicaba las reformas políticas que le distinguen del inmovilismo autocrático de la junta en el mes de marzo pasado.
De esta forma renace la esperanza de que el país acabe con los focos de guerra civil que persisten desde 1948. "El presidente (Thein Sein) dijo que los hermanos habían estado en cólera unos contra otros desde hace 63 años, y nos ha pedido dar a la KNU lo que ella deseaba", insistió el ministro.
Numerosos grupos minoritarios, que representan una tercera parte de los 60 millones de habitantes de Birmania, jamás han estado en paz con el gobierno central desde la independencia, en 1948.
Los militares, al mando en Birmania desde hace más de medio siglo, han justificado su permanencia en la cumbre del Estado por la necesidad de garantizar la unidad de la Nación ante las tentaciones autonómicas de algunos.
El portavoz de la KNU, David Htaw, saludó por su parte un primer acuerdo "basado en la confianza", añadiendo que un representante oficial de la rebelión sería nombrado antes de 45 días para proseguir las discusiones.
"Nuestra tarea acaba de comenzar", añadió, recalcando "la auténtica buena voluntad" del gobierno.
Desde hace varios meses, el nuevo régimen birmano ha dado muestras de su voluntad de dialogar con las rebeliones étnicas, al tiempo que multiplicaba las reformas políticas que le distinguen del inmovilismo autocrático de la junta en el mes de marzo pasado.
De esta forma renace la esperanza de que el país acabe con los focos de guerra civil que persisten desde 1948. "El presidente (Thein Sein) dijo que los hermanos habían estado en cólera unos contra otros desde hace 63 años, y nos ha pedido dar a la KNU lo que ella deseaba", insistió el ministro.
Numerosos grupos minoritarios, que representan una tercera parte de los 60 millones de habitantes de Birmania, jamás han estado en paz con el gobierno central desde la independencia, en 1948.
Los militares, al mando en Birmania desde hace más de medio siglo, han justificado su permanencia en la cumbre del Estado por la necesidad de garantizar la unidad de la Nación ante las tentaciones autonómicas de algunos.