"No es sensato que se pretenda mostrar a la insurgencia como la parte del diálogo que frena los ritmos para el avance del proceso" de paz, declaró a la prensa el jefe negociador de las FARC, Iván Márquez.
"En este cierre de ciclo el país debe tener clara una gran verdad: hemos trabajado a fondo cada día; no ha habido jornada en la que no presentemos propuestas y soluciones; no ha habido día en el que no propiciemos un avance", agregó.
Las partes no divulgaron un comunicado conjunto al cierre de este decimoquinto ciclo -a diferencia de los anteriores- ni informaron la fecha en que reanudarán las negociaciones, iniciadas en noviembre de 2012 para acabar un conflicto armado de casi medio siglo.
La delegación del gobierno no formuló declaraciones a la prensa este domingo, pero el sábado acusó a la guerrilla de dilatar el proceso de paz y de "confundir" al pueblo colombiano.
"Los colombianos oyen a diario decenas de propuestas" de la guerrilla que "no hacen parte de la agenda pactada" y "tampoco ha sido favorable el hecho de que las FARC hablen todos los días por los micrófonos", declaró el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle.
"Los colombianos quieren avances, esperan compromisos, exigen acuerdos. No conciben conversaciones interminables", añadió De la Calle.
Hasta ahora ambas partes solo han consensuado el primer punto de la agenda, el tema agrario, causa del conflicto que condujo en 1964 a la creación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la mayor guerrilla de ese país, con unos 8.000 combatientes.
Participación política
Las dos delegaciones vienen discutiendo desde junio el tema de la participación política, el segundo de los cinco puntos de la agenda.
Pero desde agosto enfrentan fuertes desacuerdos sobre dos iniciativas cruciales del presidente colombiano Juan Manuel Santos: el "marco jurídico para la paz" que da luz verde a la participación política de los guerrilleros una vez que se desmovilicen, y un referendo que valide un eventual acuerdo de paz.
Las FARC afirman que ambas propuestas de Santos son "unilaterales" y no fruto de un consenso en la mesa de negociaciones.
"No es realista pretender que admitamos que haga carrera la unilateralidad en las determinaciones sobre temas cruciales, como el marco jurídico para la paz y el asunto del referendo, respecto a los cuales existía el compromiso de convenirlos en la mesa de conversaciones", dijo Márquez.
"¿Quién coloca entonces los obstáculos, si de lo que se trata es que el diálogo sea expedito, es decir, sin estorbos?", se preguntó.
Márquez manifestó, sin embargo, su confianza en que ambas partes cerrarán "pronto" un acuerdo sobre la participación política. "Estamos redoblando nuestros esfuerzos para que podamos dar pronto la buena nueva de un informe satisfactorio sobre el punto de participación política", dijo.
Los demás temas pendientes de la agenda son drogas, víctimas y abandono de las armas, además de un mecanismo para refrendar un eventual acuerdo de paz.
Santos propone que un eventual acuerdo sea validado por un referendo en 2014, mientras que las FARC quieren que lo haga una asamblea constituyente.
Márquez dijo que "todos sabemos que la paz no es el silencio de los fusiles (...). La razón impone que antes de rubricar el acuerdo final, es necesario convenir el contenido de las reformas institucionales, que el mismo gobierno reconoce deben ser implementadas" en Colombia.
Marcos Calarcá, otro miembro del equipo negociador de las FARC, también negó este domingo que la guerrilla sea la que traba las conversaciones.
"La pregunta (de un periodista colombiano) insinúa que el diálogo está trabado por responsabilidad de las FARC, lo cual no es cierto", dijo Calarcá a la prensa.
"Es tal la voluntad de paz de la organización (guerrillera), que hemos avanzado en lo posible", agregó, destacando que "resolver un conflicto que lleva más de 50 años, no es sencillo".
Las partes no informaron el día que volverán a la mesa de negociaciones, pero los anteriores recesos han durado unos 10 días.