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Michael Haneke
"Con Mozart uno está condenado al fracaso. La cuestión es a qué nivel", dijo Haneke, que desde principios de enero trabaja en la capital española en la obra de su famoso compatriota.
"Cosí fan tutte" es la segunda incursión de este veterano director de cine en la ópera, tras el éxito que cosechó en París con "Don Giovanni" también de Mozart, y probablemente será la última.
"En principio, se queda como la última que voy a hacer", dijo Haneke, quien después quiere "volver a escribir guiones, volver a mi profesión, al cine".
En el momento de escoger una obra lírica para dirigirla, Haneke reconoció que la "emoción y la poesía" juegan su papel, pero lo más importante es "creer que lo puedo hacer bien".
"Después de 'Don Giovanni' recibí como unas 15 ofertas para dirigir ópera, pero las rechacé todas porque no me veía como la persona adecuada para hacerlas", aseguró Haneke, de 69 años, que se enfrenta con "Cosí fan tutte" a una de las óperas más difíciles del genio de Salzburgo.
"Fue escrita en un momento de depresión de Mozart. En un momento muy difícil de su vida", afirmó el director artístico del Teatro Real, el belga Gérard Mortier.
"Es el Mozart más profundo, el más difícil con unas arias de una dificultad extraordinaria", añadió Mortier, afirmando que las audiciones para encontrar a los protagonistas fueron laboriosas.
Haneke aseguró que no le gusta mucho hablar de su trabajo como director de ópera porque se ve más como director de cine, pero consideró que una cosa importante a la hora de dirigir ópera es "tener en cuenta la época en la que vive uno y la época en que se escribió la obra, como fundir nuestra época con la de Mozart".
"El historicismo puro es una ilusión. Uno no sabe exactamente cómo era la ópera a finales del siglo XVIII. Solo hay documentos visuales de los últimos 70 o 80 años. Es un deber poder traer al presente la obra", concluyó.
"Cosí fan tutte" es la segunda incursión de este veterano director de cine en la ópera, tras el éxito que cosechó en París con "Don Giovanni" también de Mozart, y probablemente será la última.
"En principio, se queda como la última que voy a hacer", dijo Haneke, quien después quiere "volver a escribir guiones, volver a mi profesión, al cine".
En el momento de escoger una obra lírica para dirigirla, Haneke reconoció que la "emoción y la poesía" juegan su papel, pero lo más importante es "creer que lo puedo hacer bien".
"Después de 'Don Giovanni' recibí como unas 15 ofertas para dirigir ópera, pero las rechacé todas porque no me veía como la persona adecuada para hacerlas", aseguró Haneke, de 69 años, que se enfrenta con "Cosí fan tutte" a una de las óperas más difíciles del genio de Salzburgo.
"Fue escrita en un momento de depresión de Mozart. En un momento muy difícil de su vida", afirmó el director artístico del Teatro Real, el belga Gérard Mortier.
"Es el Mozart más profundo, el más difícil con unas arias de una dificultad extraordinaria", añadió Mortier, afirmando que las audiciones para encontrar a los protagonistas fueron laboriosas.
Haneke aseguró que no le gusta mucho hablar de su trabajo como director de ópera porque se ve más como director de cine, pero consideró que una cosa importante a la hora de dirigir ópera es "tener en cuenta la época en la que vive uno y la época en que se escribió la obra, como fundir nuestra época con la de Mozart".
"El historicismo puro es una ilusión. Uno no sabe exactamente cómo era la ópera a finales del siglo XVIII. Solo hay documentos visuales de los últimos 70 o 80 años. Es un deber poder traer al presente la obra", concluyó.
