Hermanos Taviani sorprenden en Berlinale con "Cesare deve morire"


BERLÍN. - Los célebres cineastas italianos Paolo y Vittorio Taviani sorprendieron este sábado al público de la Berlinale con su intenso "Cesare deve morire", una adaptación de la obra "Julio César", de Shakespeare, interpretada por reclusos de la cárcel de alta seguridad de Rebibbia.



Paolo y Vittorio Taviani
Paolo y Vittorio Taviani
La obra de Shakespeare, que cuenta la conspiración para matar al dictador romano Julio César en 44 a. C, permite a los presos, algunos de ellos condenados a cadena perpetua por homicidio, expresarse sobre los temas del poder, la muerte y la traición con un gran realismo y energía.
Los hermanos Taviani, de 83 y 85 años de edad, insistieron en que esta película documental, que concursa por el Oso de Oro, es "el relato del descubrimiento del poder del arte por hombres que viven una tragedia, no sólo por los delitos que cometieron sino por lo dura que es la vida en la cárcel".
"Ha sido una gran experiencia volver a descubrir con ellos la obra de Shakespeare, de la que teníamos recuerdos de lecturas en el colegio. La hemos desmembrado y también reconstruido, en nombre de un espectáculo. Pensamos que a Shakespeare le habría gustado ver esta representación en una cárcel", declaró Vittorio Taviani.
"La suerte, el azar, juega un papel importante en nuestras vidas. Alguien nos preguntó si deseábamos ir a un teatro donde se llora. Esto nos llamó la atención, ya que casi no hay salas de teatro adonde uno pueda ir a llorar. Se trataba del teatro de la cárcel modelo de Rebibbia, donde hay gente condenada por haber sido miembros de la mafia, la camorra, la ndrangheta", explicó Paolo Taviani.
"Esa obra que hacía llorar al público era 'El infierno' de Dante, y en especial el episodio de Francisca y Paolo, un amor imposible. Los presos nos hicieron sentir como nunca la imposibilidad de ese amor", añadió el cineasta.
"Cuando llegamos por primera vez a la cárcel, un lugar donde la gente sufre, nos parecía que no teníamos derecho a verlos sufrir, pero luego nos dimos cuenta que ellos tratan de expresarse también, y que pueden llegar a sentir amistad y afecto aunque hayan cometido terribles delitos", añadió.
"Cesare debe morire", interpretada por los presidiarios en sus propios dialectos -calabrés, siciliano, napolitano o romano- comienza con la selección del elenco y la atribución de los papeles por un verdadero director de teatro, Fabio Cavalli, quien desde hace 10 años ha llevado la dramaturgia a las prisiones italianas.
Cavalli contó que ya había montado en la cárcel de Rebibbia "El infierno", de Dante, "La tempestad" de Shahespeare y "Candelaio", de Giordano Bruno.
"El teatro de Rebibbia no es ya únicamente el teatro de la cárcel sino una sala que depende de la alcaldía de Roma y a la que regularmente van los estudiantes de bachillerato a ver nuestras puestas en escena", añadió Cavalli.
Vittorio Taviani insistió en que "atribuir a la práctica del teatro en la cárcel una función terapéutica es algo limitante. Hacer que los presos descubran el poder del arte les abre otra dimensión del cerebro, de las relaciones humanas. Así comprenden mejor lo que han perdido al perder la libertad y algunos pueden aspirar a reconstruirse".
Por una gran casualidad el único actor ex presidiario presente en la Berlinale era Salvatore Striano, quien interpreta en el filme a Bruto, el personaje más relevante de la tragedia de Shakespeare, y de quien se decía que era hijo de Julio César.
"Striano estaba condenado a una pena no muy larga, y gracias a una amnistía pudo salir antes de la cárcel, donde descubrió su vocación de actor. Desde que salió se ha integrado a una compañía de teatro", dijo Paolo Taviani.
Sábado, 11 de Febrero 2012
AFP (Agencia France-Presse)
           


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