Las brigadas Abdalá Azzam, que reivindicaron el ataque, tienen "un emir y es saudí, y estoy convencido de que (ese grupo) está relacionado con los servicios secretos saudíes, que dirigen grupos como ese en varias partes del mundo", afirmó Hasán Nasralá a la cadena libanesa OTV.
Mientras el Hezbolá y su aliado iraní apoyan el régimen del presidente sirio Bashar al Asad, Arabia Saudita apoya a los rebeldes que buscan derrocarlo.
Nasralá subrayó que el atentado está "relacionado con la furia de Arabia Saudita contra Irán por su fracaso" en Siria.
Las explosiones ocurrieron frente a la embajada de Irán, situada en un bastión del Hezbolá en el sur de Beirut, al mismo tiempo que el régimen sirio realizaba ofensivas mayores contra los insurgentes en varios frentes, en especial en la provincia de Damasco de Alepo (norte).