En un discurso televisado, Hasan Nasralá afirmó que las fuerzas rebeldes apostadas en en el Qalamun, una región en la frontera, representa una amenaza inaceptable para la seguridad de Líbano.
"Este problema necesita una solución radical. Hablamos aquí de una real agresión", dijo. "El Estado libanés no está en condiciones de solucionar este problema", añadió.
La región de Qalamun, situada a ambas partes de la frontera sirio-libanesa, era un bastión de combatientes hostiles al régimen de Bashar al Asad hasta una operación de envergadura en 2014 apoyada por Hezbolá, aliado de Damasco.
Si bien la mayor parte de la región fue recuperada por el régimen, rebeldes y yihadistas se atrincheraron en la zona montañosa de la frontera, que es muy permeable.
El año pasado, yihadistas llegados de Siria tomaron brevemente la ciudad fronteriza de Arsal, tomando como rehenes a varias decenas de miembros de las fuerzas libanesas de seguridad.
Cuatro fueron ejecutados y otros 25 policías y soldados se encuentran aún en manos de los yihadistas del Frente al Nosra, rama de Al Qaida en Siria, y del grupo Estado Islámico (EI).
Al Nosra y grupos rebeldes islamistas aliados atacaron el lunes posiciones de las fuerzas del régimen y Hezbolá en el lado sirio de la frontera, afirmó la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).