Según declaró Navarrete a Milenio TV, las autoridades mexicanas habían llegado a un pacto con los migrantes para que entraran a México de manera "ordenada" en grupos de entre 50 y 100 personas para ser revisados y permitir su entrada de manera "documentada", pero la caravana "incumplió" el acuerdo.
"Ellos lo aceptaron pero hace unos minutos, de manera violenta, un grupo de cientos de personas hondureñas trataron de entrar a México por la fuerza y han lastimado a policías mexicanos", denunció Navarrete, después de que la caravana atravesara la valla fronteriza.
La consigna que más corean algunos de los migrantes es "tenemos que pasar".
El ministro aseveró que la entrada a México estuvo organizada por "grupos específicos" que pusieron por delante a mujeres embarazadas y niños, lo que definió como "un acto atroz".
"Desde luego la policía jamás violentará a niños o a mujeres embarazadas", añadió.
Los migrantes de la caravana, que partió el pasado sábado del norte de Honduras, lograron forzar la valla de la frontera de Guatemala y entrar en México, muchos de ellos corriendo, mostrando gestos eufóricos y saludando con los brazos abiertos.
RUPTURA DE ACUERDO
Señaló que esto ha supuesto una "ruptura del acuerdo" que habían adoptado con el Gobierno mexicano que, según Navarrete, ha velado por ellos y se ha "enfrentado a cualquier amenaza o presión de países distintos, especialmente Estados Unidos", país que amenazó con cerrar su frontera con México para impedir el acceso de los migrantes.
Por ello, el secretario pidió "por favor" a los migrantes que "regresen al diálogo que habíamos tenido" para que el Gobierno pueda "respaldar la caravana" bajos sus leyes migratorias.
Pidió que se presenten ante las autoridades migratorias mexicanas para que estas puedan tomar su documentación y evitar que los migrantes "estén sujetos a irregularidades".
FUERZAN VALLA
El río de migrantes ingresó al país desde la guatemalteca ciudad de Tecún Umán, después de forzar la valla fronteriza que divide ambos países.
La valla se quedó abierta durante aproximadamente media hora hasta que fue cerrada por las autoridades guatemaltecas, si bien aceptaron las peticiones de varios integrantes de la caravana que quedaban dispersos después de que pasara el grueso de los migrantes.
POLICÍA HONDUREÑA
La Policía de Honduras también trató de impedir que centenares de migrantes de este país cruzaran hacia Guatemala, con la idea en su mayoría de llegar a Estados Unidos, como parte de un mayor control migratorio en el punto fronterizo de Agua Caliente.
Los migrantes que cruzaron la frontera están molestos porque no se les permite llegar hasta el punto de registro migratorio de su país, junto al que también funciona el de Guatemala, que ayer lo volvió a cerrar, lo que sus autoridades también hicieron el martes y miércoles.
Los policías antimotines hicieron uso de sus escudos, bastones de madera y lanzaron un gas en aerosol, distinto al de las bombas lacrimógenas, de las que también disponen, para dispersar a los migrantes, entre los que hay muchos niños y mujeres.
Los migrantes en el sector de Agua Caliente dicen proceder de diferentes regiones de Honduras y que se están marchando por la inseguridad, la falta de empleo, y en muchos casos por salarios muy bajos.
CONTROL MIGRATORIO
El subdirector del Instituto Nacional de Migración, Carlos Cordero, dijo a EFE que Honduras no le ha cerrado el paso a los migrantes, pero que el control migratorio es más estricto porque muchos quieren hacerlo de manera ilegal, entre ellos los que llevan niños, quienes necesitan de un pasaporte y aval de sus padres.
En la mayoría de los casos de niños, muchos en edad entre los uno y cinco años, incluso adolescentes, están viajando solo con uno de sus progenitores.
Cordero subrayó que tampoco se puede permitir el paso sin control, porque Guatemala ha vuelto a cerrar su punto de registro migratorio, no así el de sus ciudadanos y el transporte de carga.