El ex deportista profesional, esposo de la infanta Cristina, ingresó a primera hora de la mañana en la cárcel de Brieva, en Ávila, situada a poco más de 100 kilómetros de Madrid. Según fuentes penitenciarias, se trata de un centro de mujeres que tiene un módulo para hombres.
Urdangarin es el primer familiar del rey español que entra en prisión y lo hace a raíz del llamado "caso Nóos", un escándalo de corrupción que lo llevó al banquillo de los acusados en 2016 junto a la infanta Cristina, quien fue absuelta por el tribunal.
Hoy concluía el plazo que la Justicia española dio al cuñado del rey para entrar en prisión tras la sentencia firme del Tribunal Supremo que lo condenó la semana pasada a cinco años y 10 meses de prisión por delitos de malversación, fraude y prevaricación, entre otros.
Urdangarin escogió una cárcel cercana a Madrid y a su aeropuerto, de lo que se deduce que su esposa y sus cuatro hijos seguirán residiendo en Ginebra (Suiza), ciudad a la que se mudó toda la familia en 2013 para evitar el foco mediático tras el estallido del "caso Nóos".
En España, los condenados pueden elegir el centro penitenciario cuando ingresan de forma voluntaria tras recibir su pena, aunque Instituciones Penitenciarias, órgano dependiente del Ministerio de Interior, puede permitir que el reo permanezca en la cárcel elegida o puede trasladarlo a otra, si así lo considera pertinente.
Tal y como establece el protocolo penitenciario, Urdangarin será examinado en las primeras 24 horas en prisión por un médico, así como entrevistado por un equipo de psicólogos y trabajadores sociales. A partir de entonces se abre un plazo máximo de dos meses para que la prisión decida su situación penitenciaria.
En paralelo a su ingreso en prisión, el condenado puede solicitar un indulto, una medida que en España concede el rey a petición del Gobierno, o recurrir ante el Tribunal Constitucional si considera que alguno de sus derechos fundamentales ha sido vulnerado.
La entrada de Urdangarin en la cárcel coincide con el viaje de los reyes de España a Estados Unidos, donde el martes serán recibidos por primera vez por el presidente Donald Trump en la Casa Blanca.
La casa real española ha guardado silencio en los últimos meses sobre la situación del marido de la infanta Cristina y solo expresó su "absoluto respeto a la independencia" judicial tras la condena firme.
El "caso Nóos" supuso a partir de 2010 un golpe para el entonces rey Juan Carlos I, quien abdicó cuatro años después en su hijo Felipe. Con la llegada del nuevo monarca, tanto Cristina como su hermana Elena quedaron fuera del núcleo de la familia real española.
En 2016, Urdangarin y Cristina fueron juzgados por un tribunal junto a otros 15 acusados en la isla española de Mallorca, en un proceso judicial que fue seguido con interés por medios de todo el mundo.
En febrero de 2017, la Justicia absolvió a la infanta de dos delitos fiscales y condenó a seis años y tres meses de prisión a su marido. La semana pasada, el Tribunal Supremo rebajó en cinco meses esa pena, aunque eso no evitó que Urdangarin entrara en prisión.
La sentencia del alto tribunal español sostiene que "está acreditado" que Urdangarin, gracias a "la situación de privilegio que disfrutaba como consecuencia de su matrimonio con una hija de quien era entonces jefe del Estado, consiguió mover la voluntad" de dirigentes públicos para sus negocios en el Instituto Nóos, una entidad a través de la cual desvió fondos públicos junto a su entonces socio, Diego Torres.
Tanto Diego Torres como otro de los condenados por "Nóos", el ex ministro español y ex presidente del Gobierno regional de Baleares Jaume Matas, ingresaron en los últimos días en prisión.
Urdangarin es el primer familiar del rey español que entra en prisión y lo hace a raíz del llamado "caso Nóos", un escándalo de corrupción que lo llevó al banquillo de los acusados en 2016 junto a la infanta Cristina, quien fue absuelta por el tribunal.
Hoy concluía el plazo que la Justicia española dio al cuñado del rey para entrar en prisión tras la sentencia firme del Tribunal Supremo que lo condenó la semana pasada a cinco años y 10 meses de prisión por delitos de malversación, fraude y prevaricación, entre otros.
Urdangarin escogió una cárcel cercana a Madrid y a su aeropuerto, de lo que se deduce que su esposa y sus cuatro hijos seguirán residiendo en Ginebra (Suiza), ciudad a la que se mudó toda la familia en 2013 para evitar el foco mediático tras el estallido del "caso Nóos".
En España, los condenados pueden elegir el centro penitenciario cuando ingresan de forma voluntaria tras recibir su pena, aunque Instituciones Penitenciarias, órgano dependiente del Ministerio de Interior, puede permitir que el reo permanezca en la cárcel elegida o puede trasladarlo a otra, si así lo considera pertinente.
Tal y como establece el protocolo penitenciario, Urdangarin será examinado en las primeras 24 horas en prisión por un médico, así como entrevistado por un equipo de psicólogos y trabajadores sociales. A partir de entonces se abre un plazo máximo de dos meses para que la prisión decida su situación penitenciaria.
En paralelo a su ingreso en prisión, el condenado puede solicitar un indulto, una medida que en España concede el rey a petición del Gobierno, o recurrir ante el Tribunal Constitucional si considera que alguno de sus derechos fundamentales ha sido vulnerado.
La entrada de Urdangarin en la cárcel coincide con el viaje de los reyes de España a Estados Unidos, donde el martes serán recibidos por primera vez por el presidente Donald Trump en la Casa Blanca.
La casa real española ha guardado silencio en los últimos meses sobre la situación del marido de la infanta Cristina y solo expresó su "absoluto respeto a la independencia" judicial tras la condena firme.
El "caso Nóos" supuso a partir de 2010 un golpe para el entonces rey Juan Carlos I, quien abdicó cuatro años después en su hijo Felipe. Con la llegada del nuevo monarca, tanto Cristina como su hermana Elena quedaron fuera del núcleo de la familia real española.
En 2016, Urdangarin y Cristina fueron juzgados por un tribunal junto a otros 15 acusados en la isla española de Mallorca, en un proceso judicial que fue seguido con interés por medios de todo el mundo.
En febrero de 2017, la Justicia absolvió a la infanta de dos delitos fiscales y condenó a seis años y tres meses de prisión a su marido. La semana pasada, el Tribunal Supremo rebajó en cinco meses esa pena, aunque eso no evitó que Urdangarin entrara en prisión.
La sentencia del alto tribunal español sostiene que "está acreditado" que Urdangarin, gracias a "la situación de privilegio que disfrutaba como consecuencia de su matrimonio con una hija de quien era entonces jefe del Estado, consiguió mover la voluntad" de dirigentes públicos para sus negocios en el Instituto Nóos, una entidad a través de la cual desvió fondos públicos junto a su entonces socio, Diego Torres.
Tanto Diego Torres como otro de los condenados por "Nóos", el ex ministro español y ex presidente del Gobierno regional de Baleares Jaume Matas, ingresaron en los últimos días en prisión.