Italia vista por los italianos en original filme colectivo de Salvatores


VENECIA. - El realizador italiano Oscar Gabriele Salvatores, ganador de un Oscar, presentó este miércoles en Venecia un original filme colectivo con miles de vídeos realizados durante un solo día donde se muestra el optimismo de los italianos pese a la crisis.



Una escena de Un giorno da italiani
Una escena de Un giorno da italiani

"Es una Italia que sufre, atraviesa una fase difícil, pero es capaz de abrirse a la vida e imaginar un futuro. En vez de sentir rabia transmiten optimismo", explicó Salvatores, cuyo filme, titulado "Un giorno da italiani", presentado fuera de concurso, conmovió al público.

Generosamente aplaudida en todas las proyecciones, elogiada por la crítica, la película de Salvatores fue realizada con material seleccionado tras haber recibido 44.000 videos enviados por italianos que respondieron a la solicitud de la televisión pública italiana (RAI) para que contaran con imágenes la propia jornada del 26 de octubre del 2013.

De los 632 videos escogidos por el director de "Mediterráneo" y montados con gran sabiduría, buena parte de ellos suscitan lágrimas, risas, pesar y sonrisas.

"Me gustaría que los políticos vean la película para que entiendan cómo estamos, qué pensamos, para dónde vamos", dice el cineasta.

"Descubrí un país con deseo de vivir", sostiene, después de haber pasado horas y horas en la sala de montaje conectado con el corazón de una Italia sencilla, discreta, afable, solidaria que transforma su indignación en reflexión.

Ancianos, enfermos, madres, niños, abuelos, inmigrantes, detenidos cuentan momentos de su jordana desde Milán a Irak, desde las montañas alpinas a los atardeceres en un buque de carga.

Resultan bellísimas las imágenes enviadas por el astronauta italiano Luca Parmisano, quien se encontraba en órbita ese día y que dado que viaja a 28.000 kilómetros por hora logra vivir 16 amaneceres en un solo día.

Más que un relato de la jornada es un diario emotivo de los italianos, de sus esperanzas y miedos, de sus pensamientos e ilusiones.

La falta de trabajo para los jóvenes, la soledad del anciano, la inutilidad del pensionado, el nacimiento de un hijo, la mujer que decide quitarse la peluca después de la quimioterapia, el hombre que vive blindado dentro de su casa por amenazas de la mafia, el médico que opera niños en Irak, revelan "un país herido que no se rinde", escribió el diario Il Corriere della Sera.

"Ha sido una sesión de psicoanálisis colectivo", reconoció Salvatores, quien se inspiró en una idea del director Ridley Scott, el cual realizó el mismo proyecto en Inglaterra y Japón y está programando también uno para Israel, Alemania y Francia.

Gracias a las nuevas tecnologías, que facilitan su realización con teléfonos móviles o cámaras familiares, va a ser más fácil medir la temperatura del planeta.

Si bien el cineasta italiano no recibió imágenes de personalidades ricas ni famosas, todo parece indicar que la gente anónima, el joven común y corriente, siente la necesidad de compartir sus temores y sentimientos con los demás, como una sana terapia. "Se sienten todos en el mismo barco", resume Salvatores.

 

- Guerra, canibalismo y violencia -

 

El japonés Shinya Tsukamoto horrorizó en cambio al público de la Mostra de Venecia con el filme "Nobi" (Fires on the Plain) al describir la agonía de un soldado con escenas de canibalismo, sangre y degollamientos, una película que escandalizó tanto como "Sivas", del turco Kaan Mujdeci, con crueles peleas de perros.

La 71ª edición del festival veneciano, que se clausura el próximo sábado, ha estado marcada por películas fuertes, que quieren sacudir las conciencias, mostrando sin tapujos el horror de la guerra, la crueldad de los hombres, con imágenes violentas, descarnadas, en las que dominan sangre y alucinaciones.

La desesperación del ejército japonés tras la derrota en Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial ha sido el pretexto del cineasta japonés, conocido como el maestro del cine 'ciberpunk', para intentar dejar una huella imborrable en la memoria de todos sobre lo que significa vivir la guerra en carne propia. El protagonista se come un pedazo de su propio cuerpo.

El cineasta rompe de esa manera el tabú del canibalismo, en una referencia histórica a los horrores vividos en la guerra asiática.

"Mostrando la locura de la guerra, me pregunto por qué se decide entrar en guerra", confesó el director, cuyo filme dividió a la crítica por su inhumana violencia.

Jueves, 4 de Septiembre 2014
AFP (Agencia France-Presse)
           


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