Citado por la agencia Petra, Mahmud al Momani, portavoz del gobierno y ministro de Estado de Información, precisó que los 15 condenados fueron ejecutados en la prisión de Suaga, a 70 kilómetros al sur de Ammán.
Diez de los ajusticiados fueron declarados culpables de "ser miembros de una célula terrorista" responsable de varios ataques, entre ellos "contra las oficinas de los servicios de inteligencia en Jordania, agentes de las fuerzas de seguridad y la embajada de Jordania en Bagdad en 2003", agregó.
El portavoz se refirió a un ataque en 2006 contra turistas en un anfiteatro romano de Ammán, en el que murió un británico, al de junio pasado contra los servicios de inteligencia en el norte de la capital (5 muertos) y al asesinato en septiembre ante un tribunal de la ciudad del escritor cristiano Nahed Hattar, que estaba siendo juzgado por una caricatura considerada ofensiva para el islam.
Los cinco restantes fueron condenados por "crímenes horribles, incluidas violaciones".
El fiscal general del distrito de Ammán, Ziad al-Dmour, explicó que las ejecuciones representaban "un mensaje claro para cualquiera que intente atentar contra la seguridad de la nación".
"La dimensión horrorosa y el secretismo en torno a estas ejecuciones es estremecedor" reaccionó el vicedirector de Amnistía Internacional en la oficina regional de Beirut, Samah Hadid.
Según fuentes judiciales, 94 personas condenadas a la pena capital, la mayoría por crímenes o violación, esperan su hora en los corredores de la muerte.
Jordania es miembro de la coalición internacional liderada por Estados Unidos que lleva a cabo ataques aéreos contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria e Irak.
El reino hachemita, que teme desde hace años un contagio de la amenaza yihadista en su territorio, sufrió cuatro ataques sangrientos en 2016, algunos de ellos reivindicados por el EI.
Miles de jordanos son sospechosos de ser partidarios del EI y de Al Qaida.
El último atentado en Jordania se cometió en diciembre cerca del turístico castillo de Karak, unos 120 kilómetros al sur de Ammán. El ataque, reivindicado por el EI, dejó 10 muertos, entre ellos siete policías jordanos y una visitante canadiense, y 34 heridos.
Las autoridades jordanas afirmaron haber frustrado en 2016 otros ataques del EI en el país.
La reanudación de las ejecuciones en Jordania tras una moratoria informal vigente de 2006 a 2014 fue denunciada por organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.
Antes de los ahorcamientos de este sábado, Jordania había ejecutado en febrero de 2015 a dos yihadistas iraquíes, entre ellos una mujer, condenados a muerte desde hacía años.
Fueron ajusticiados en represalia por la ejecución de un piloto militar quemado vivo por el Estado Islámico tras el derribo de su avión y su captura en Siria.
Diez de los ajusticiados fueron declarados culpables de "ser miembros de una célula terrorista" responsable de varios ataques, entre ellos "contra las oficinas de los servicios de inteligencia en Jordania, agentes de las fuerzas de seguridad y la embajada de Jordania en Bagdad en 2003", agregó.
El portavoz se refirió a un ataque en 2006 contra turistas en un anfiteatro romano de Ammán, en el que murió un británico, al de junio pasado contra los servicios de inteligencia en el norte de la capital (5 muertos) y al asesinato en septiembre ante un tribunal de la ciudad del escritor cristiano Nahed Hattar, que estaba siendo juzgado por una caricatura considerada ofensiva para el islam.
Los cinco restantes fueron condenados por "crímenes horribles, incluidas violaciones".
El fiscal general del distrito de Ammán, Ziad al-Dmour, explicó que las ejecuciones representaban "un mensaje claro para cualquiera que intente atentar contra la seguridad de la nación".
"La dimensión horrorosa y el secretismo en torno a estas ejecuciones es estremecedor" reaccionó el vicedirector de Amnistía Internacional en la oficina regional de Beirut, Samah Hadid.
Según fuentes judiciales, 94 personas condenadas a la pena capital, la mayoría por crímenes o violación, esperan su hora en los corredores de la muerte.
Jordania es miembro de la coalición internacional liderada por Estados Unidos que lleva a cabo ataques aéreos contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria e Irak.
El reino hachemita, que teme desde hace años un contagio de la amenaza yihadista en su territorio, sufrió cuatro ataques sangrientos en 2016, algunos de ellos reivindicados por el EI.
Miles de jordanos son sospechosos de ser partidarios del EI y de Al Qaida.
El último atentado en Jordania se cometió en diciembre cerca del turístico castillo de Karak, unos 120 kilómetros al sur de Ammán. El ataque, reivindicado por el EI, dejó 10 muertos, entre ellos siete policías jordanos y una visitante canadiense, y 34 heridos.
Las autoridades jordanas afirmaron haber frustrado en 2016 otros ataques del EI en el país.
La reanudación de las ejecuciones en Jordania tras una moratoria informal vigente de 2006 a 2014 fue denunciada por organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.
Antes de los ahorcamientos de este sábado, Jordania había ejecutado en febrero de 2015 a dos yihadistas iraquíes, entre ellos una mujer, condenados a muerte desde hacía años.
Fueron ajusticiados en represalia por la ejecución de un piloto militar quemado vivo por el Estado Islámico tras el derribo de su avión y su captura en Siria.