El ejército y la policía superan ampliamente a los combatientes del grupo Estado Islámico (EI) en número y potencia de fuego.
Pero los yihadistas, que ocupan Mosul desde junio de 2014, tienen esta gran metrópolis a su disposición para emboscar fácilmente a las tropas del gobierno, colocar bombas y ralentizar su avance.
Desde el inicio de la batalla el 17 de octubre, las tropas iraquíes retomaron buena parte del este de la segunda ciudad del país, pero el Estado Islámico resiste y todavía controla totalmente el oeste.
Tras dos semanas de pausa, las fuerzas iraquíes relanzaron el jueves su ofensiva. En el segundo día de esta nueva fase concentrada en el sureste de Mosul, una pequeña explosión resuena detrás de la línea del frente. Un miembro de la fuerza de intervención rápida del ministerio del Interior se desploma. Resulta herido en las piernas por esquirlas.
De repente, sus camaradas apuntan sus armas hacia el cielo y disparan. Su objetivo es un pequeño dron blanco que acaba de largar una carga explosiva.
Los yihadistas "hacen volar un aparato de observación sobre el cual colocan bombas o granadas", explica el teniente coronel Hisham Abdelkazem, al mando de un regimiento de las fuerzas de intervención rápida. "Cuando (el dron) ve las tropas, larga" su carga.
El combatiente herido está estirado sobre una camilla, estoico. Sus camaradas le vendan una pierna.
Unos minutos más tarde, un dron vuelve a aparecer en el cielo de Mosul.
"¡No permanezcan en grupo!", advierte un miembro de la policía federal.
Las fuerzas de intervención rápida tienen su propio dron para inspeccionar el terreno.
Pero para las tropas iraquíes, hay algo peor que los drones del EI: los kamikazes que se abalanzan contra ellos al volante de vehículos cargados de explosivos.
Uno de ellos se acerca peligrosamente. Los soldados corren como nunca para atrincherarse detrás de una loma de tierra. Un Humvee equipado de misiles antitanque se prepara para abrir fuego.
"Un coche bomba ha tratado de acercarse. Hemos ordenado a las unidades que se replegaran del frente para que el Kornet (el misil, NDLR), pueda neutralizarlo", explica el teniente coronel Abdelkazem.
Contra todo pronóstico, el kamikaze da media vuelta.
"Dividimos el espacio en cuadrados", explica el militar. Los edificios arrebatados a los yihadistas primero son "limpiados", luego los francotiradores toman sus posiciones y se despliega el armamento adecuado para hacer frente a los coches bomba.
Una excavadora avanza lentamente por las calles amontonando tierra para crear los montículos detrás de los cuales los soldados se atrincheran para protegerse.
Una vez "limpiada" la zona, la excavadora allana la loma y repite la operación un poco más lejos.
Este sistema ralentiza la progresión de las tropas en la ciudad, pero garantiza una mejor protección.
Las fuerzas iraquíes en tierra están apoyadas por los bombardeos de la coalición internacional dirigida por Estados Unidos y por los de la aviación del país.
La artillería iraquí recurre a cohetes lanzados desde la parte trasera de los camiones.
"Cuando los terroristas se reúnen en alguna parte, se nos informa de ello", explica Jasem Abas, un miembro de las fuerzas de seguridad. "Utilizamos las coordenadas y los bombardeamos", indica.
Pero los yihadistas, que ocupan Mosul desde junio de 2014, tienen esta gran metrópolis a su disposición para emboscar fácilmente a las tropas del gobierno, colocar bombas y ralentizar su avance.
Desde el inicio de la batalla el 17 de octubre, las tropas iraquíes retomaron buena parte del este de la segunda ciudad del país, pero el Estado Islámico resiste y todavía controla totalmente el oeste.
Tras dos semanas de pausa, las fuerzas iraquíes relanzaron el jueves su ofensiva. En el segundo día de esta nueva fase concentrada en el sureste de Mosul, una pequeña explosión resuena detrás de la línea del frente. Un miembro de la fuerza de intervención rápida del ministerio del Interior se desploma. Resulta herido en las piernas por esquirlas.
De repente, sus camaradas apuntan sus armas hacia el cielo y disparan. Su objetivo es un pequeño dron blanco que acaba de largar una carga explosiva.
- "¡No permanezcan en grupo!" -
Los yihadistas "hacen volar un aparato de observación sobre el cual colocan bombas o granadas", explica el teniente coronel Hisham Abdelkazem, al mando de un regimiento de las fuerzas de intervención rápida. "Cuando (el dron) ve las tropas, larga" su carga.
El combatiente herido está estirado sobre una camilla, estoico. Sus camaradas le vendan una pierna.
Unos minutos más tarde, un dron vuelve a aparecer en el cielo de Mosul.
"¡No permanezcan en grupo!", advierte un miembro de la policía federal.
Las fuerzas de intervención rápida tienen su propio dron para inspeccionar el terreno.
Pero para las tropas iraquíes, hay algo peor que los drones del EI: los kamikazes que se abalanzan contra ellos al volante de vehículos cargados de explosivos.
Uno de ellos se acerca peligrosamente. Los soldados corren como nunca para atrincherarse detrás de una loma de tierra. Un Humvee equipado de misiles antitanque se prepara para abrir fuego.
"Un coche bomba ha tratado de acercarse. Hemos ordenado a las unidades que se replegaran del frente para que el Kornet (el misil, NDLR), pueda neutralizarlo", explica el teniente coronel Abdelkazem.
Contra todo pronóstico, el kamikaze da media vuelta.
- Excavadoras y cohetes -
"Dividimos el espacio en cuadrados", explica el militar. Los edificios arrebatados a los yihadistas primero son "limpiados", luego los francotiradores toman sus posiciones y se despliega el armamento adecuado para hacer frente a los coches bomba.
Una excavadora avanza lentamente por las calles amontonando tierra para crear los montículos detrás de los cuales los soldados se atrincheran para protegerse.
Una vez "limpiada" la zona, la excavadora allana la loma y repite la operación un poco más lejos.
Este sistema ralentiza la progresión de las tropas en la ciudad, pero garantiza una mejor protección.
Las fuerzas iraquíes en tierra están apoyadas por los bombardeos de la coalición internacional dirigida por Estados Unidos y por los de la aviación del país.
La artillería iraquí recurre a cohetes lanzados desde la parte trasera de los camiones.
"Cuando los terroristas se reúnen en alguna parte, se nos informa de ello", explica Jasem Abas, un miembro de las fuerzas de seguridad. "Utilizamos las coordenadas y los bombardeamos", indica.