Kushner dijo que no está seguro de que Abbas, de 83 años, "esté en condiciones o dispuesto a cerrar un acuerdo". Los palestinos se han mostrado muy escépticos respecto a las perspectivas de nuevas negociaciones de paz con Israel.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha adoptado una postura claramente proisraelí. Su decisión de trrasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén desató fuertes protestas en Palestina. Los palestinos rompieron los contactos oficiales con el Gobierno estadounidense, al que ya no consideran como un mediador imparcial.
Kushner, yerno de Trump, dijo al periódico palestino: "Si Abbas está dispuesto a volver a la mesa de negociaciones, estamos dispuestos a asumir nuestro compromiso. En caso contrario, probablemente presentemos el plan públicamente".
Según el enviado de Trump para Oriente Medio, el Gobierno palestino posiblemente tenga miedo de que la opinión pública palestina apruebe el plan de paz norteamericano.
Abbas siempre representa las mismas posiciones, que no han cambiado en 25 años, afirmó Kushner. "En este lapso no se cerró ningún acuerdo de paz. Para llegar a un acuerdo, las dos partes deben dar un salto y encontrarse en algún punto situado entre sus posiciones oficiales", señaló el asesor presidencial y marido de Ivanka Trump.
Kushner y el negociador estadounidense Jason Greenblatt se reunieron el pasado viernes con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Previamente habían visitado Jordania, Arabia Saudí, Qatar y Egipto. Según medios periodísticos, el Gobierno estadounidense intenta recabar el apoyo de los países árabes a su plan de paz.
Tanto Kushner como Greenblatt son judíos otrodoxos, además de ser defensores de Israel. La disolución de Palestina como país, entre Jordania e Israel, que es lo que propugnan, no puede aceptarlo ninguna organización palestina, por mucho que se les pague.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha adoptado una postura claramente proisraelí. Su decisión de trrasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén desató fuertes protestas en Palestina. Los palestinos rompieron los contactos oficiales con el Gobierno estadounidense, al que ya no consideran como un mediador imparcial.
Kushner, yerno de Trump, dijo al periódico palestino: "Si Abbas está dispuesto a volver a la mesa de negociaciones, estamos dispuestos a asumir nuestro compromiso. En caso contrario, probablemente presentemos el plan públicamente".
Según el enviado de Trump para Oriente Medio, el Gobierno palestino posiblemente tenga miedo de que la opinión pública palestina apruebe el plan de paz norteamericano.
Abbas siempre representa las mismas posiciones, que no han cambiado en 25 años, afirmó Kushner. "En este lapso no se cerró ningún acuerdo de paz. Para llegar a un acuerdo, las dos partes deben dar un salto y encontrarse en algún punto situado entre sus posiciones oficiales", señaló el asesor presidencial y marido de Ivanka Trump.
Kushner y el negociador estadounidense Jason Greenblatt se reunieron el pasado viernes con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Previamente habían visitado Jordania, Arabia Saudí, Qatar y Egipto. Según medios periodísticos, el Gobierno estadounidense intenta recabar el apoyo de los países árabes a su plan de paz.
Tanto Kushner como Greenblatt son judíos otrodoxos, además de ser defensores de Israel. La disolución de Palestina como país, entre Jordania e Israel, que es lo que propugnan, no puede aceptarlo ninguna organización palestina, por mucho que se les pague.