La Mostra de Venecia rinde homenaje a las mujeres


VENECIA. - El festival de cine de Venecia rinde homenaje este jueves a las mujeres con una serie de cortos firmados por Zoe Cassavetes, Lucrecia Martel, Giada Colagrande y Massy Tadjedin, mientras se abre el desfile de candidatos al León de Oro con un filme ruso minimalista sobre el amor, la venganza y la traición.



Zoe Cassavetes
Zoe Cassavetes
A petición de la modista Mariuccia Prada, estas reconocidas directoras plasman su particular visión del universo femenino en pocos minutos y siguiendo su propia sensibilidad.
Los cortos abrieron la sección paralela "Jornadas de los Autores" en una sala concurrida y resultaron sobre todo una mirada entre mística, esotérica y propagandística a objetos fetiches para la mujer, como zapatos, trajes o perfumes.
El primer corto, dirigido por la estadounidense Zoe Cassavetes, explora el legendario tocador de señoras, mientras que el de la argentina Lucrecia Martel, de poco más de seis minutos, es una historia de suspense sobre la extraña metamorfosis del equipaje femenino de un elegante buque que navega en mares tropicales.
El corto de la iraní Massy Tadjedon tiene el clásico ritmo de la publicidad, lleno de imágenes de tacones altos y trajes hermosos, mientras que el de la italiana Giada Colagrande narra una suerte de ritual esotérico celebrado por unas brujas para transformar a una mujer en el objeto de sus sueños: un espectacular vestido de encajes rojo.
El homenaje a la mujer de la Mostra de Venecia responde de alguna manera a las críticas lanzadas en mayo por la ausencia de directoras en el festival de Cannes (Francia).
La Mostra terminó por invitar a 21 cineastas de un total de 60, entre ellas a la chilena Valeria Sarmiento.
"No fue una decisión calculada, nos dimos cuenta al final. Es un señal de que algo está cambiando en el cine", reconoció el director del festival, Alberto Barbera.
 
Adulterio en Rusia
 
La única película rusa que compite, "Izmena" (Traición), del talentoso director Kirill Serebrennikov, de 43 años, ganador en el 2006 del Festival de Roma con "Playing The victim", narra la historia de un hombre y una mujer que al descubrir por casualidad la infidelidad de sus respectivas parejas se ven obligados a escoger entre venganza o perdón.
El adulterio, narrado con pocas palabras, en un Rusia fría, moderna, sobria, ordenada y limpia, aborda casi en forma surreal uno de los dolores clásicos del amor: la infidelidad y sus ribetes trágicos.
Los protagonistas terminan por unirse para liberarse de los cónyuges infieles pero caerán en una atracción erótica que los llevará a la tragedia.
"Es un filme sobre las emociones y los pensamientos escondidos, pero sobre todo de lo que no funciona en el lenguaje del ser humano", explicó el cineasta.
Conocido director teatral en su país, exitoso publicista y hombre de televisión, Serebrennikov incursiona en el cine con un típico filme de autor, tanto por el tema como por su lenguaje cinematográfico.
Y es precisamente el cine de autor y experimental el que ha tomado la palabra en Venecia, con la llegada, tras 10 años de ausencia, del nuevo director de la Mostra.
Barbera, que fue director del Museo del Cine de Turín, apuesta por una Mostra sobria, con menos filmes en competición y sobre todo con menos estrellas caprichosas con trajes semi transparentes que atraen racimos de cazadores de autógrafos.
 
El tango belga
 
La sección "Horizontes", la más innovadora del festival, con 18 títulos en concurso, presentó el jueves el filme "Tango libre", una comedia divertida sobre el amor, el baile y las relaciones amorosas entrecruzadas, dirigida por Frederic Fonteyne y escrita en colaboración con Anne Paulicevich, la actriz protagonista.
El filme forma parte de la trilogía del cineasta sobre el amor junto con "Una relación pornográfica" y "La mujer de Gilles" y cuenta en el reparto con su actor fetiche, el talentoso español Sergi Lopez.
A través de los ojos de un guardia carcelario, JC, un tipo solitario con pasión por el tango, se narra la vida de una mujer curiosa, sin reglas, que ama al mismo tiempo a dos detenidos, amigos y cómplices en un robo, los cuales descubren que ella baila tango con el guardián en sus horas libres.
"El tango y el cine tienen algo en común: revelan aspectos del cuerpo que no se ven, revelan la torpeza tragicómica de los personajes y la belleza que constituye esa incapacidad", sostiene Fonteyne.
El original tango del cineasta belga, bailado como una lucha entre detenidos desconfiados -- que arrancó aplausos entre los espectadores-- se convierte en un arma de libertad, en una expresión de tolerancia, y sensualidad, en resumen en una metáfora de la vida.
Jueves, 30 de Agosto 2012
AFP (Agencia France-Presse)
           


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