"Esto nos da esperanzas de que en algún lugar allí afuera, alrededor de una estrella similar a nuestro sol, podamos eventualmente descubrir otra Tierra", dijo Ellen Stofan, científica jefa de la sede de la NASA en Washington.
Los astrónomos tienen un 99% de certeza de que estos 1.284 cuerpos son planetas y no otra clase de objeto celeste.
Kepler además confirmó 1.327 otros candidatos a la categoría de planetas que requieren análisis adicionales.
"De los cerca de 5.000 candidatos a exoplanetas encontrados hasta ahora, más de 3.200 han sido confirmados, y 2.325 de ellos fueron descubiertos por Kepler", dijo la agencia espacial estadounidense en un comunicado.
Del nuevo hallazgo de 1.284 planetas, cerca de 550 podrían ser planetas rocosos como la Tierra, de acuerdo con sus dimensiones, agregó la agencia.
"Nueve de ellos orbitan en zonas habitables, que es la distancia alrededor de una estrella donde giran planetas que pueden tener temperaturas superficiales que permiten almacenar agua en estado líquido".
Con estos nuevos nueve exoplanetas, son ya 21 que, de acuerdo con lo que se sabe en la actualidad, están girando en la zona habitable de sus estrellas y pueden albergar vida.
Sin embargo, Kepler es una "misión estadística", dijeron los científicos de la NASA, y no está diseñado para ahondar en las condiciones de los planetas que existen en zonas habitables.
Esto significa que incluso los telescopios espaciales más avanzados construidos hasta el momento, entre ellos el James Webb, pueden no ser capaces de ofrecer más luz sobre el tipo de vida que podría existir en alguno de estos exoplanetas.
"Antes del lanzamiento de Kepler no sabíamos si los exoplanetas eran escasos o abundantes y ahora parece que podría haber más planetas que estrellas", reveló Paul Hertz, director de la división de astrofísica de la NASA. "Estas informaciones guiarán las futuras misiones para saber si estamos solos o no en el Universo", agregó.
El último hallazgo de planetas fue confirmado por un nuevo método estadístico, en lugar del proceso de observación de uno por uno utilizado anteriormente.
Este método de análisis estadístico puede aplicarse a muchos candidatos a planetas al mismo tiempo, de acuerdo con Timothy Morton, investigador asociado en la Universidad de Princeton y autor principal de un artículo que describe los hallazgos en la revista The Astrophysical Journal.
El observatorio espacial no tripulado Kepler, que fue lanzado en 2009, ha escaneado 150.000 estrellas en busca de señales de cuerpos orbitales, particularmente de aquellos que se encuentran en zonas habitables.
Kepler sobrevivió a una emergencia el mes pasado, cuando algún tipo de "evento transitorio (...) desencadenó un aluvión de falsas alarmas que saturó el sistema", explicó la NASA.
El telescopio espacial sufrió otra crisis en 2013, esa vez relacionada con un problema con las ruedas de reacción, un tipo de rueda utilizado en vehículos espaciales para cambiar su momento angular.
La NASA lo reparó y lo puso en una nueva misión llamada K2, para estudiar supernovas, cúmulos de estrellas y galaxias lejanas.
La última falla, de la que la NASA dijo que dejó a la nave espacial en un "estado de coma intensivo", fue descubierta el 8 de abril.
Los ingenieros desde la Tierra pudieron rescatarlo y restaurar su capacidad de recopilar información el 22 de abril.
Los astrónomos tienen un 99% de certeza de que estos 1.284 cuerpos son planetas y no otra clase de objeto celeste.
Kepler además confirmó 1.327 otros candidatos a la categoría de planetas que requieren análisis adicionales.
"De los cerca de 5.000 candidatos a exoplanetas encontrados hasta ahora, más de 3.200 han sido confirmados, y 2.325 de ellos fueron descubiertos por Kepler", dijo la agencia espacial estadounidense en un comunicado.
Del nuevo hallazgo de 1.284 planetas, cerca de 550 podrían ser planetas rocosos como la Tierra, de acuerdo con sus dimensiones, agregó la agencia.
"Nueve de ellos orbitan en zonas habitables, que es la distancia alrededor de una estrella donde giran planetas que pueden tener temperaturas superficiales que permiten almacenar agua en estado líquido".
- Zona habitable -
Con estos nuevos nueve exoplanetas, son ya 21 que, de acuerdo con lo que se sabe en la actualidad, están girando en la zona habitable de sus estrellas y pueden albergar vida.
Sin embargo, Kepler es una "misión estadística", dijeron los científicos de la NASA, y no está diseñado para ahondar en las condiciones de los planetas que existen en zonas habitables.
Esto significa que incluso los telescopios espaciales más avanzados construidos hasta el momento, entre ellos el James Webb, pueden no ser capaces de ofrecer más luz sobre el tipo de vida que podría existir en alguno de estos exoplanetas.
"Antes del lanzamiento de Kepler no sabíamos si los exoplanetas eran escasos o abundantes y ahora parece que podría haber más planetas que estrellas", reveló Paul Hertz, director de la división de astrofísica de la NASA. "Estas informaciones guiarán las futuras misiones para saber si estamos solos o no en el Universo", agregó.
El último hallazgo de planetas fue confirmado por un nuevo método estadístico, en lugar del proceso de observación de uno por uno utilizado anteriormente.
Este método de análisis estadístico puede aplicarse a muchos candidatos a planetas al mismo tiempo, de acuerdo con Timothy Morton, investigador asociado en la Universidad de Princeton y autor principal de un artículo que describe los hallazgos en la revista The Astrophysical Journal.
- Emergencias -
El observatorio espacial no tripulado Kepler, que fue lanzado en 2009, ha escaneado 150.000 estrellas en busca de señales de cuerpos orbitales, particularmente de aquellos que se encuentran en zonas habitables.
Kepler sobrevivió a una emergencia el mes pasado, cuando algún tipo de "evento transitorio (...) desencadenó un aluvión de falsas alarmas que saturó el sistema", explicó la NASA.
El telescopio espacial sufrió otra crisis en 2013, esa vez relacionada con un problema con las ruedas de reacción, un tipo de rueda utilizado en vehículos espaciales para cambiar su momento angular.
La NASA lo reparó y lo puso en una nueva misión llamada K2, para estudiar supernovas, cúmulos de estrellas y galaxias lejanas.
La última falla, de la que la NASA dijo que dejó a la nave espacial en un "estado de coma intensivo", fue descubierta el 8 de abril.
Los ingenieros desde la Tierra pudieron rescatarlo y restaurar su capacidad de recopilar información el 22 de abril.