Los centros de acogida en el bloque se abrirán en países que estén de acuerdo en hacerlo de modo voluntario. Desde estos centros los migrantes serían repartidos nuevamente a naciones que los acepten voluntariamente. De momento se desconoce qué países serían.
Los miembros de la UE también apuntan a que haya centros de acogida en países norafricanos. Sin embargo, hasta ahora las naciones involucradas lo han rechazado.
El acuerdo es considerado una victoria para Italia, liderada por el nuevo primer ministro Giuseppe Conte.
"Este Consejo Europeo es el nacimiento de una Europa más responsable y solidaria", dijo Conte en el marco de su primera cumbre oficial de la UE. "Italia ya no está sola", añadió.
Por la noche, Roma había amenazado con bloquear las decisiones de la cumbre y había reclamado concesiones de los otros miembros.
Debido a su posición geográfica junto al Mediterráneo, Italia es el primer puerto de escala para decenas de miles de migrantes y se suele sentir dejado de lado por sus socios europeos. Sin embargo, Alemania es el país que más refugiados recibe en la UE.
La disputa migratoria se reactivó en las últimas semanas, después de que el nuevo Gobierno italiano, integrado por la ultraderechista Liga y el populista Movimiento Cinco Estrellas (M5S), comenzase a negar la entrada a sus puertos a barcos de ONG que rescatan a migrantes en el Mediterráneo.
La canciller alemana, Angela Merkel, saludó el acuerdo alcanzado en la cumbre. Es un "buen mensaje" que los jefes de Estado y Gobierno hayan aprobado un texto consensuado al respecto, sostuvo la canciller.
De todas maneras, aún queda mucho trabajo por delante en materia del sistema de asilo común, advirtió. "Pero soy optimista tras el día de hoy de que realmente podemos seguir trabajando", señaló Merkel.
La canciller alemana se encuentra bajo intensa presión de Horst Seehofer, el ministro de Interior y líder de la Unión Social Cristiana (CSU) socia de la Unión Democristiana (CDU) de Merkel. Seehofer le ha dado de plazo a la canciller hasta fines de junio para lograr una solución europea para gestionar la llegada de refugiados al país.
Esa solución debe evitar que los inmigrantes registrados previamente en un Estado de la UE puedan solicitar asilo en otro país de la UE, lo que permitiría que muchos que entraron por Grecia o Italia pidieran asilo en Alemania.
En caso contrario, Seehofer ha anunciado que ordenará un rechazo nacional unilateral en las fronteras de todos los refugiados previamente registrados en otros países, contra la voluntad de Merkel, un paso que podría llevar a la ruptura de la alianza conservadora y, por tanto, de la coalición de Gobierno.
Pôr su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, saludó el acuerdo como una "solución europea" y el "fruto del trabajo conjunto". Dijo que esto es mejor que soluciones nacionales individuales, que de todas maneras no se habrían logrado.
En tanto, el canciller austríaco, Sebastian Kurz, también valoró las decisiones de la UE en materia de política de asilo. "Estamos muy contentos de que finalmente haya un foco en las fronteras exteriores", comentó. El acuerdo es un "paso importante en la dirección correcta", añadió el canciller de Austria.
Los países de la UE además se pusieron de acuerdo en asistir a naciones africanas con un adicional de 500 millones de euros (unos 582 millones de dólares).
Por otra parte, Turquía recibirá otros 3.000 millones de euros (unos 3.500 millones de dólares) de la UE para atender a los refugiados procedentes de Siria.
Tras meses de discusiones, los jefes de Estado y Gobierno de la UE llegaron este viernes a un acuerdo sobre su financiamiento durante la cumbre de la UE en Bruselas.
Según lo convenido, 2.000 millones de euros fluirán del presupuesto comunitario, mientras que los restantes 1.000 millones provendrán de los presupuestos nacionales.
La UE ya pagó un primer paquete de ayuda a Turquía por 3.000 millones de euros, pero le había prometido hasta 6.000 millones en el marco de la crisis de los refugiados.
Por otra parte, los jefes de Estado y Gobierno de la UE acordaron que las sanciones económicas europeas impuestas a Rusia por el conflicto en Ucrania serán nuevamente prolongadas debido a la falta de avances en el proceso de paz.
Pese a las pérdidas millonarias que suponen también para las empresas europeas, la Unión Europea prorrogó el pasado invierno las medidas punitivas hasta el 31 de julio de 2018. Ahora estarán vigentes durante otros seis meses.
En el verano de 2016 se decidió no levantar las restricciones al comercio y la inversión hasta que las disposiciones del plan de paz de Minsk para el conflicto ucraniano se cumplieran plenamente, lo que aún no ocurrió.
Los miembros de la UE también apuntan a que haya centros de acogida en países norafricanos. Sin embargo, hasta ahora las naciones involucradas lo han rechazado.
El acuerdo es considerado una victoria para Italia, liderada por el nuevo primer ministro Giuseppe Conte.
"Este Consejo Europeo es el nacimiento de una Europa más responsable y solidaria", dijo Conte en el marco de su primera cumbre oficial de la UE. "Italia ya no está sola", añadió.
Por la noche, Roma había amenazado con bloquear las decisiones de la cumbre y había reclamado concesiones de los otros miembros.
Debido a su posición geográfica junto al Mediterráneo, Italia es el primer puerto de escala para decenas de miles de migrantes y se suele sentir dejado de lado por sus socios europeos. Sin embargo, Alemania es el país que más refugiados recibe en la UE.
La disputa migratoria se reactivó en las últimas semanas, después de que el nuevo Gobierno italiano, integrado por la ultraderechista Liga y el populista Movimiento Cinco Estrellas (M5S), comenzase a negar la entrada a sus puertos a barcos de ONG que rescatan a migrantes en el Mediterráneo.
La canciller alemana, Angela Merkel, saludó el acuerdo alcanzado en la cumbre. Es un "buen mensaje" que los jefes de Estado y Gobierno hayan aprobado un texto consensuado al respecto, sostuvo la canciller.
De todas maneras, aún queda mucho trabajo por delante en materia del sistema de asilo común, advirtió. "Pero soy optimista tras el día de hoy de que realmente podemos seguir trabajando", señaló Merkel.
La canciller alemana se encuentra bajo intensa presión de Horst Seehofer, el ministro de Interior y líder de la Unión Social Cristiana (CSU) socia de la Unión Democristiana (CDU) de Merkel. Seehofer le ha dado de plazo a la canciller hasta fines de junio para lograr una solución europea para gestionar la llegada de refugiados al país.
Esa solución debe evitar que los inmigrantes registrados previamente en un Estado de la UE puedan solicitar asilo en otro país de la UE, lo que permitiría que muchos que entraron por Grecia o Italia pidieran asilo en Alemania.
En caso contrario, Seehofer ha anunciado que ordenará un rechazo nacional unilateral en las fronteras de todos los refugiados previamente registrados en otros países, contra la voluntad de Merkel, un paso que podría llevar a la ruptura de la alianza conservadora y, por tanto, de la coalición de Gobierno.
Pôr su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, saludó el acuerdo como una "solución europea" y el "fruto del trabajo conjunto". Dijo que esto es mejor que soluciones nacionales individuales, que de todas maneras no se habrían logrado.
En tanto, el canciller austríaco, Sebastian Kurz, también valoró las decisiones de la UE en materia de política de asilo. "Estamos muy contentos de que finalmente haya un foco en las fronteras exteriores", comentó. El acuerdo es un "paso importante en la dirección correcta", añadió el canciller de Austria.
Los países de la UE además se pusieron de acuerdo en asistir a naciones africanas con un adicional de 500 millones de euros (unos 582 millones de dólares).
Por otra parte, Turquía recibirá otros 3.000 millones de euros (unos 3.500 millones de dólares) de la UE para atender a los refugiados procedentes de Siria.
Tras meses de discusiones, los jefes de Estado y Gobierno de la UE llegaron este viernes a un acuerdo sobre su financiamiento durante la cumbre de la UE en Bruselas.
Según lo convenido, 2.000 millones de euros fluirán del presupuesto comunitario, mientras que los restantes 1.000 millones provendrán de los presupuestos nacionales.
La UE ya pagó un primer paquete de ayuda a Turquía por 3.000 millones de euros, pero le había prometido hasta 6.000 millones en el marco de la crisis de los refugiados.
Por otra parte, los jefes de Estado y Gobierno de la UE acordaron que las sanciones económicas europeas impuestas a Rusia por el conflicto en Ucrania serán nuevamente prolongadas debido a la falta de avances en el proceso de paz.
Pese a las pérdidas millonarias que suponen también para las empresas europeas, la Unión Europea prorrogó el pasado invierno las medidas punitivas hasta el 31 de julio de 2018. Ahora estarán vigentes durante otros seis meses.
En el verano de 2016 se decidió no levantar las restricciones al comercio y la inversión hasta que las disposiciones del plan de paz de Minsk para el conflicto ucraniano se cumplieran plenamente, lo que aún no ocurrió.