En el segundo día de la nueva ronda de negociaciones entre el régimen de Damasco y la oposición siria, las discusiones para abordar el fondo de la cuestión —la búsqueda de una solución pacífica— todavía no comenzaron.
Mientras, en Siria, la violencia seguía en pleno apogeo.
El viernes, el grupo Estado Islámico reivindicó el ataque suicida que mató a más de 50 personas, la mayoría civiles, cerca de la ciudad siria de Al Bab, que pocas horas antes los rebeldes y las tropas turcas habían retomado de manos de los yihadistas.
Por otra parte dos soldados turcos murieron este viernes en Al Bab en un atentado suicida separado.
Ambos atentados, cometidos según la oenegé Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) por los yihadistas —excluidos de las negociaciones— evidencian la fragilidad de la situación en un país devastado por seis años de guerra donde intervienen actores nacionales e internacionales con agendas muy distintas.
Por otro lado, una treintena de rebeldes murieron en bombardeos aéreos del régimen de Damasco contra rebeldes al oeste de la ciudad de Alepo, reconquistada hace dos meses por el ejército, indicó la misma fuente.
Además una familia de ocho personas, entre ellas seis niños, murió por ataques aéreos rusos o sirios en el pueblo de Al Hmeirat, en la provincia de Hama (centro), según el OSDH.
"El régimen quiere reforzar sus posiciones alrededor de Alepo y toma los disparos de cohetes de los rebeldes como pretexto para bombardear sus posiciones", indicó a la AFP Rami Abdel Rahman, director del OSDH.
Pese al alto el fuego concluido a finales de diciembre bajo los auspicios de Turquía, que apoya a los rebeldes, y Rusia, que apoya al régimen, la violencia nunca ha cesado.
En Ginebra, las conversaciones comenzaron oficialmente el jueves por la noche y fueron presentadas por la ONU como una "oportunidad histórica" para poner fin a una guerra que ha dejado más de 310.000 muertos desde 2011 y ha provocado el desplazamiento de 13 millones de personas.
Pero los beligerantes aún no se han encontrado y las discusiones por separado entre el emisario de la ONU Staffan de Mistura y los representantes del régimen y de la oposición parecían estancadas en cuestiones de procedimiento.
"Será un proceso largo y difícil", repitió el viernes por la noche Michael Contet, asistente de De Mistura
"Hemos hablado exclusivamente del formato de las próximas discusiones", declaró a media jornada el jefe de la delegación siria, Bashar al Jaafari, tras una reunión de dos horas con De Mistura.
"Nos ha dado un documento, estamos de acuerdo en estudiarlo y daremos nuestra respuesta por los canales diplomáticos habituales", añadió.
Según una fuente occidental cercana a las negociaciones, el "documento" incluye tres puntos: transición, constitución y elecciones.
"Vamos a hablar de procedimiento", dijo a la AFP un miembro de la delegación opositora, Asad Hana, antes de reunirse con De Mistura.
El Alto Comité de Negociaciones (ACN, oposición), reclama negociar de forma directa, mientras que el régimen aún no ha hecho pública su postura, pero rechaza la composición de la delegación de sus adversarios.
En la oposición tampoco hay acuerdo: entre los distintos grupos opositores, además del ACN, hay disidentes provenientes de El Cairo y Moscú, considerados más moderados frente al régimen de Damasco. La delegación del ACN se niega a que estos últimos tengan el mismo estatuto que ellos.
Pero el principal escollo sigue siendo el futuro político del presidente Bashar Al Asad. El ACN insiste en que su salida tiene que formar parte de la negociación, mientras que el régimen lo rechaza.
La "transición" política claramente no significa lo mismo para Damasco y sus aliados ruso e iraní, y para la oposición.
Por su parte Rusia anunció este viernes que usará su derecho a veto para bloquear un proyecto de resolución de la ONU que impone sanciones a Siria por el uso de armas químicas.
"Acabo de explicar muy claramente nuestra posición a nuestros aliados. Si se presenta (la moción), la vetaremos", declaró a periodistas Vladimir Safronkov tras una reunión a puertas cerradas del Consejo de Seguridad.
Mientras, en Siria, la violencia seguía en pleno apogeo.
El viernes, el grupo Estado Islámico reivindicó el ataque suicida que mató a más de 50 personas, la mayoría civiles, cerca de la ciudad siria de Al Bab, que pocas horas antes los rebeldes y las tropas turcas habían retomado de manos de los yihadistas.
Por otra parte dos soldados turcos murieron este viernes en Al Bab en un atentado suicida separado.
Ambos atentados, cometidos según la oenegé Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) por los yihadistas —excluidos de las negociaciones— evidencian la fragilidad de la situación en un país devastado por seis años de guerra donde intervienen actores nacionales e internacionales con agendas muy distintas.
Por otro lado, una treintena de rebeldes murieron en bombardeos aéreos del régimen de Damasco contra rebeldes al oeste de la ciudad de Alepo, reconquistada hace dos meses por el ejército, indicó la misma fuente.
Además una familia de ocho personas, entre ellas seis niños, murió por ataques aéreos rusos o sirios en el pueblo de Al Hmeirat, en la provincia de Hama (centro), según el OSDH.
"El régimen quiere reforzar sus posiciones alrededor de Alepo y toma los disparos de cohetes de los rebeldes como pretexto para bombardear sus posiciones", indicó a la AFP Rami Abdel Rahman, director del OSDH.
Pese al alto el fuego concluido a finales de diciembre bajo los auspicios de Turquía, que apoya a los rebeldes, y Rusia, que apoya al régimen, la violencia nunca ha cesado.
- Reuniones sin fin -
En Ginebra, las conversaciones comenzaron oficialmente el jueves por la noche y fueron presentadas por la ONU como una "oportunidad histórica" para poner fin a una guerra que ha dejado más de 310.000 muertos desde 2011 y ha provocado el desplazamiento de 13 millones de personas.
Pero los beligerantes aún no se han encontrado y las discusiones por separado entre el emisario de la ONU Staffan de Mistura y los representantes del régimen y de la oposición parecían estancadas en cuestiones de procedimiento.
"Será un proceso largo y difícil", repitió el viernes por la noche Michael Contet, asistente de De Mistura
"Hemos hablado exclusivamente del formato de las próximas discusiones", declaró a media jornada el jefe de la delegación siria, Bashar al Jaafari, tras una reunión de dos horas con De Mistura.
"Nos ha dado un documento, estamos de acuerdo en estudiarlo y daremos nuestra respuesta por los canales diplomáticos habituales", añadió.
Según una fuente occidental cercana a las negociaciones, el "documento" incluye tres puntos: transición, constitución y elecciones.
"Vamos a hablar de procedimiento", dijo a la AFP un miembro de la delegación opositora, Asad Hana, antes de reunirse con De Mistura.
El Alto Comité de Negociaciones (ACN, oposición), reclama negociar de forma directa, mientras que el régimen aún no ha hecho pública su postura, pero rechaza la composición de la delegación de sus adversarios.
En la oposición tampoco hay acuerdo: entre los distintos grupos opositores, además del ACN, hay disidentes provenientes de El Cairo y Moscú, considerados más moderados frente al régimen de Damasco. La delegación del ACN se niega a que estos últimos tengan el mismo estatuto que ellos.
Pero el principal escollo sigue siendo el futuro político del presidente Bashar Al Asad. El ACN insiste en que su salida tiene que formar parte de la negociación, mientras que el régimen lo rechaza.
La "transición" política claramente no significa lo mismo para Damasco y sus aliados ruso e iraní, y para la oposición.
Por su parte Rusia anunció este viernes que usará su derecho a veto para bloquear un proyecto de resolución de la ONU que impone sanciones a Siria por el uso de armas químicas.
"Acabo de explicar muy claramente nuestra posición a nuestros aliados. Si se presenta (la moción), la vetaremos", declaró a periodistas Vladimir Safronkov tras una reunión a puertas cerradas del Consejo de Seguridad.