A continuación, los interrogantes alrededor de esta cuenta, la primera cuestión que Londres y los 27 abordarán en las negociaciones.
"Cuando un país abandona la Unión no hay castigos, no hay un precio a pagar por marcharse. Pero debemos saldar las cuentas, ni más ni menos", dijo la semana pasada el negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier.
El compromiso principal corresponde al "saldo de pagos pendientes" por parte de Reino Unido en el marco de los presupuestos anuales de la UE, pero todavía sin abonar.
Un aspecto más delicado será la voluntad de la UE de que Londres cumpla también con sus compromisos que todavía no se han presupuestado, como en el caso de los "fondos estructurales" destinados a los países menos desarrollados de la Unión.
La negociación sobre la factura incluirá también la cuestión de las jubilaciones de los funcionarios europeos. "No se trata de la jubilación de los funcionarios británicos, sino de la parte de Reino Unido en las jubilaciones de todos los funcionarios de la UE", explica una fuente diplomática.
Aunque no se han publicado cifras oficiales, Bruselas podría reclamar a los británicos entre 55.000 y 60.000 millones de euros (64.000 millones de dólares) correspondientes a los compromisos ya asumidos por Londres.
"Es más o menos eso", pero "debemos calcularlo científicamente", aseguró hace unos días el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Responsables británicos calculan en cambio que la cifra real rondaría los 20.000 millones de euros.
La negociación no debería comenzar con una guerra de cifras, sino estableciendo los "principios" y la "metodología" que ambas partes deberán adoptar de manera consensuada, asegura una fuente bruselense próxima al dosier.
Si lo consiguen, se podrían abrir otros capítulos de negociación sin haber cerrado necesariamente el tema de la factura como la compleja situación de la frontera entre Irlanda y la británica Irlanda del Norte o la cuestión de los derechos de los británicos en la UE y de los europeos en Reino Unido.
Según una comisión de la Cámara de los Lores, Reino Unido podría legalmente abandonar la UE sin abonar la factura de salida, aunque eso afecte al resto de aspectos de la negociación. "Nosotros somos una nación que cumple con sus obligaciones", afirmó no obstante el ministro de Finanzas británico, Philip Hammond.
Para reducir el monto de la cuenta, los británicos deberían poner de manifiesto que una parte de los bienes de la UE les pertenece, como los edificios de las instituciones.
"Cuando tu abandonas un club de golf, no pides una parte del valor del edificio. No es así como esto funciona", advierte no obstante una fuente diplomática.
Bruselas, por su parte, tiene las cosas claras: "Si no hay un acuerdo sobre la 'factura de salida', no hay ningún acuerdo de salida en general", asegura un alto responsable europeo.
Reino Unido forma parte de los "contribuyentes netos" al presupuesto de la UE, es decir, aporta más dinero al bloque del que recibe. En concreto, aporta "de media un 14%" en los presupuestos y programas europeos, estima Barnier.
Según un estudio reciente del Instituto Jacques Delors, el Brexit representaría un "impacto" para el presupuesto comunitario con un déficit "de 5.000 a 17.000 millones de euros anuales", en función de si los 27 deciden aumentar sus contribuciones, reducir sus gastos o combinar ambas políticas. El instituto augura unas conversaciones "complicadas" al respecto.
"¿Va a provocar esto polémicas entre los 27? Supongo que pasará exactamente lo mismo que ha ocurrido desde que la UE ha comenzado su andadura (...) Todo el mundo quiere aportar lo menos posible y recibir lo más posible", reconoció en marzo el presidente del gobierno español, el europeísta Mariano Rajoy, para quien finalmente todo el mundo deberá "poner más dinero".
- ¿Qué contiene la factura? -
"Cuando un país abandona la Unión no hay castigos, no hay un precio a pagar por marcharse. Pero debemos saldar las cuentas, ni más ni menos", dijo la semana pasada el negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier.
El compromiso principal corresponde al "saldo de pagos pendientes" por parte de Reino Unido en el marco de los presupuestos anuales de la UE, pero todavía sin abonar.
Un aspecto más delicado será la voluntad de la UE de que Londres cumpla también con sus compromisos que todavía no se han presupuestado, como en el caso de los "fondos estructurales" destinados a los países menos desarrollados de la Unión.
La negociación sobre la factura incluirá también la cuestión de las jubilaciones de los funcionarios europeos. "No se trata de la jubilación de los funcionarios británicos, sino de la parte de Reino Unido en las jubilaciones de todos los funcionarios de la UE", explica una fuente diplomática.
- ¿Cuánto? -
Aunque no se han publicado cifras oficiales, Bruselas podría reclamar a los británicos entre 55.000 y 60.000 millones de euros (64.000 millones de dólares) correspondientes a los compromisos ya asumidos por Londres.
"Es más o menos eso", pero "debemos calcularlo científicamente", aseguró hace unos días el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Responsables británicos calculan en cambio que la cifra real rondaría los 20.000 millones de euros.
La negociación no debería comenzar con una guerra de cifras, sino estableciendo los "principios" y la "metodología" que ambas partes deberán adoptar de manera consensuada, asegura una fuente bruselense próxima al dosier.
Si lo consiguen, se podrían abrir otros capítulos de negociación sin haber cerrado necesariamente el tema de la factura como la compleja situación de la frontera entre Irlanda y la británica Irlanda del Norte o la cuestión de los derechos de los británicos en la UE y de los europeos en Reino Unido.
- ¿Está Londres obligado a pagar? -
Según una comisión de la Cámara de los Lores, Reino Unido podría legalmente abandonar la UE sin abonar la factura de salida, aunque eso afecte al resto de aspectos de la negociación. "Nosotros somos una nación que cumple con sus obligaciones", afirmó no obstante el ministro de Finanzas británico, Philip Hammond.
Para reducir el monto de la cuenta, los británicos deberían poner de manifiesto que una parte de los bienes de la UE les pertenece, como los edificios de las instituciones.
"Cuando tu abandonas un club de golf, no pides una parte del valor del edificio. No es así como esto funciona", advierte no obstante una fuente diplomática.
Bruselas, por su parte, tiene las cosas claras: "Si no hay un acuerdo sobre la 'factura de salida', no hay ningún acuerdo de salida en general", asegura un alto responsable europeo.
- ¿Qué consecuencias para el presupuesto de la UE? -
Reino Unido forma parte de los "contribuyentes netos" al presupuesto de la UE, es decir, aporta más dinero al bloque del que recibe. En concreto, aporta "de media un 14%" en los presupuestos y programas europeos, estima Barnier.
Según un estudio reciente del Instituto Jacques Delors, el Brexit representaría un "impacto" para el presupuesto comunitario con un déficit "de 5.000 a 17.000 millones de euros anuales", en función de si los 27 deciden aumentar sus contribuciones, reducir sus gastos o combinar ambas políticas. El instituto augura unas conversaciones "complicadas" al respecto.
"¿Va a provocar esto polémicas entre los 27? Supongo que pasará exactamente lo mismo que ha ocurrido desde que la UE ha comenzado su andadura (...) Todo el mundo quiere aportar lo menos posible y recibir lo más posible", reconoció en marzo el presidente del gobierno español, el europeísta Mariano Rajoy, para quien finalmente todo el mundo deberá "poner más dinero".