A continuación los principales elementos de esta ofensiva iniciada el 17 de octubre pasado.
Las Unidades de Movilización Popular (UMP, Hashd as Shaabi en árabe), milicias, entraron en acción al oeste de Mosul.
Todas esas fuerzas reciben el apoyo de la aviación y de la artillería de la coalición internacional liderada por Estados Unidos y de Irán.
En los últimos días las UMP entraron en acción en el frente oeste, situándose entre Mosul y la frontera siria con el objetivo de cortar las líneas de reabastecimiento y evitar la huida de los milicianos del EI hacia Siria.
En las dos primeras semanas, las tropas iraquíes y aliadas retomaron el control de decenas de localidades en los tres principales frentes.
El lunes, las CTS llegaron a los suburbios de Mosul y el martes, por primera vez desde 2014, entraron en el este de la ciudad, en el barrio de Judaidat Al-Mufti, en la orilla izquierda del Tigris, el río que corta la ciudad en dos.
La entrada en Mosul señala "el comienzo de la verdadera liberación de Mosul", afirmó un comandante iraquí.
Las informaciones sobre los movimientos de los combatientes del Estado Islámico son contradictorias.
Algunas fuentes señalan una retirada hacia Siria, otras en cambio la llegada de refuerzos desde el territorio sirio.
Según un general estadounidense, 900 combatientes murieron en la primera fase de la ofensiva.
Por otra parte, la ONU señala que el EI ejecutó a más de 250 exmilitares iraquíes y desplaza población civil para utilizarla como escudo humano.
Hasta el martes, más de 17.900 personas había abandonado sus hogares desde el inicio de la ofensiva, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La ONU, que estima que 1,5 millones de personas viven en Mosul, considera que a medida que se intensifiquen los combates el flujo de desplazados va a aumentar, pudiendo llegar a un millón de personas y provocar una catástrofe humanitaria.
¿Cuáles son las fuerzas irquíes implicadas?
El Comando Antiterrorista Iraquí (CTS), fuerzas de élite del ejército, y las fuerzas de intervención rápida, tropas de élite del ministerio del Interior, combaten junto a las Fuerzas Armadas y la policía iraquíes y los Peshmergas, fuerzas de seguridad de la región autónoma del Kurdistán iraquí.Las Unidades de Movilización Popular (UMP, Hashd as Shaabi en árabe), milicias, entraron en acción al oeste de Mosul.
Todas esas fuerzas reciben el apoyo de la aviación y de la artillería de la coalición internacional liderada por Estados Unidos y de Irán.
¿Cuál es la estrategia?
La ofensiva contra Mosul comenzó en tres frentes, norte, este y sur, para cercar la ciudad.En los últimos días las UMP entraron en acción en el frente oeste, situándose entre Mosul y la frontera siria con el objetivo de cortar las líneas de reabastecimiento y evitar la huida de los milicianos del EI hacia Siria.
En las dos primeras semanas, las tropas iraquíes y aliadas retomaron el control de decenas de localidades en los tres principales frentes.
El lunes, las CTS llegaron a los suburbios de Mosul y el martes, por primera vez desde 2014, entraron en el este de la ciudad, en el barrio de Judaidat Al-Mufti, en la orilla izquierda del Tigris, el río que corta la ciudad en dos.
La entrada en Mosul señala "el comienzo de la verdadera liberación de Mosul", afirmó un comandante iraquí.
¿Cómo reaccionan los yihadistas?
Los yihadistas respondieron al avance gubernamental con decenas de atentados suicidas con coches bomba y disparos de artillería.Las informaciones sobre los movimientos de los combatientes del Estado Islámico son contradictorias.
Algunas fuentes señalan una retirada hacia Siria, otras en cambio la llegada de refuerzos desde el territorio sirio.
Según un general estadounidense, 900 combatientes murieron en la primera fase de la ofensiva.
Por otra parte, la ONU señala que el EI ejecutó a más de 250 exmilitares iraquíes y desplaza población civil para utilizarla como escudo humano.
¿Qué pasa con los civiles?
Miles de civiles huyen de las zonas controladas por el Estado Islámico a medida que avanza la ofensiva.Hasta el martes, más de 17.900 personas había abandonado sus hogares desde el inicio de la ofensiva, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La ONU, que estima que 1,5 millones de personas viven en Mosul, considera que a medida que se intensifiquen los combates el flujo de desplazados va a aumentar, pudiendo llegar a un millón de personas y provocar una catástrofe humanitaria.