Estas cinco potencias mundiales poseen, a diferencia de los diez miembros no permanentes, derecho a veto desde la creación del Consejo, hace unos 70 años.
Desde entonces se suceden discusiones interminables y esfuerzos por reformar este órgano, ya que varias naciones y regiones se sienten injustamente representadas.
Los cinco miembros permanentes reflejaban quizás el reparto de poder posterior a la Segunda Guerra Mundial, pero esto ha quedado superado hace rato, argumentan. Entre otras naciones, Brasil, Alemania, India y Japón se consideran hace tiempo candidatos para ocupar un asiento permanente.
Pero hasta ahora todas las propuestas para introducir cambios, así como para restringir el derecho de veto, han naufragado por una razón muy simple: los miembros permanentes deberían aceptar el recorte a su poder o, al menos, no interponer su veto.
Desde entonces se suceden discusiones interminables y esfuerzos por reformar este órgano, ya que varias naciones y regiones se sienten injustamente representadas.
Los cinco miembros permanentes reflejaban quizás el reparto de poder posterior a la Segunda Guerra Mundial, pero esto ha quedado superado hace rato, argumentan. Entre otras naciones, Brasil, Alemania, India y Japón se consideran hace tiempo candidatos para ocupar un asiento permanente.
Pero hasta ahora todas las propuestas para introducir cambios, así como para restringir el derecho de veto, han naufragado por una razón muy simple: los miembros permanentes deberían aceptar el recorte a su poder o, al menos, no interponer su veto.