"Las dos partes han acordado abordar las modalidades de reanudación del diálogo de alto nivel", ha informado el ministerio de Unificación surcoreano en un comunicado.
Los responsables norcoreanos han transmitido la "disposición" de Pyongyang a reanudar oficialmente los contactos entre finales de octubre y principios de noviembre.
La última vez que lo hicieron fue en febrero, y ello permitió la reunión de familias separadas por la guerra (1950-53), pero el acuerdo se rompió a raíz del incremento de la tensión militar.
Desde entonces, Seúl pedía en vano la reanudación del diálogo con Pyongyang.
Los tres dirigentes norcoreanos llegaron a Corea del Sur oficialmente para asistir a la ceremonia de clausura de los Juegos Asiáticos en Incheon. Se trata del recién elegido vicepresidente de la comisión nacional de defensa, Hwang Pyong-So, considerado como el número dos del régimen, de Choe Ryong-Hae, un hombre cercano al dirigente norcoreano Kim Jong-un y de Kim Yang-Gon, otro dirigente del partido.
Se entrevistaron durante horas con el ministro surcoreano de la Unificación, Ryoo Kihl-Jae, y Kim Kwan-Jim, el consejero de seguridad de la presidenta, Park Geun-Hye, en el primer encuentro de tal magnitud entre las dos Coreas en los últimos años. Luego, antes de abandonar el país, se reunieron brevemente con el primer ministro surcoreano, Chung Hong-Won.
- Acabar con el aislamiento -
Choe, que encabeza la comisión norcoreana de deporte, agradeció a Corea del Sur el haber recibido a atletas de su país en los Juegos Asiáticos de Incheon. "Estoy orgulloso de comprobar que, en virtud de los esfuerzos realizados para la reunificación, el deporte muestra el camino", declaró.
"Hemos venido aquí con la esperanza de que esta sea la ocasión para el Norte y el Sur de reforzar sus relaciones", dijo Kim Yang-Gon.
Las dos Coreas, sumidas en un estado de confrontación casi permanente, siguen técnicamente en guerra, ya que no firmaron tratado de paz tras el armisticio del conflicto que las enfrentó (1950-1953). Hace años que la reunificación es un objetivo solemne de un lado y otro de la frontera, pero la opinión es cada vez más reticente en el Sur por el abismo económico que separa a ambos países.
Esta visita se produce en un momento en que crecen los rumores en Asia sobre la salud de Kim Jong-un, que no ha aparecido en público desde hace un mes.
Kim Jong-un, que llegó al poder tras la muerte de su padre Kim Jong-Il a finales de 2011, no asistió a una sesión de la Asamblea suprema del pueblo, que solo se reúne una o dos veces al año para aprobar las decisiones del partido único, de inspiración leninista.
Para la politóloga Yang Moo-Jin, "el Norte quiere mostrar al mundo que maniobra para mejorar las relaciones" intercoreanas.
Aislado, asfixiado por las sanciones internacionales, el régimen norcoreano quiere reanudar las negociaciones con Corea del Sur, Rusia, Japón, China y Estados Unidos, para obtener una ayuda económica internacional a cambio de la suspensión de su programa nuclear.