Apoyadas por aviones y drones, las fuerzas iraquíes ingresaron en el recinto del aeródromo en desuso, hallando escasa resistencia, aunque rastreando la zona ante posibles francotiradores, constató la AFP.
El aeropuerto de Mosul es la puerta de entrada a la parte occidental de esta ciudad, aún en manos del EI.
"Hemos entrado en el aeropuerto y las unidades de ingenieros están despejando las carreteras" dijo a la AFP en el interior del aeropuerto Hisham Abdul Kadhem, comandante de la Fuerza de Intervención Rápida (FIR) del ministerio del Interior.
El asalto se produjo en el quinto día de la ofensiva para recuperar la totalidad de Mosul, segunda ciudad del país y último gran bastión del grupo extremista sunita en Irak.
La parte oriental de la ciudad fue "liberada" a fines de enero y reconquistada al EI tres meses después de la gran ofensiva militar lanzada el 17 de octubre para retomar la totalidad de Mosul.
Los combatientes iraquíes parecían sonrientes y confiados cuando salieron a bordo de camionetas de Al Buseif, localidad desde la que se domina el aeropuerto. A lo lejos se perciben también los primeros edificios del sur de Mosul.
La coalición internacional liderada por Estados Unidos desempeña un papel central de apoyo a las fuerzas iraquíes con bombardeos aéreos y asesores en el terreno. El jueves, vehículos blindados estadounidenses se dirigieron hacia el aeropuerto junto a las fuerzas iraquíes.
El coronel John Dorrian, portavoz de la coalición, indicó el miércoles que soldados estadounidenses "habían sido atacados a tiros en varias ocasiones". "Replicaron varias veces, en Mosul y en sus alrededores", dijo, sin precisar si hubo heridos.
Las fuerzas iraquíes controlan las partes sur y oeste del aeropuerto, indicó el comandante Kadhem, y añadió que los artificieros habían empezado a desactivar los artefactos explosivos dejados por los yihadistas.
Se ignora el número exacto de yihadistas presentes en el aeropuerto, pero según imágenes grabadas vía satélite habrían dañado la pista.
Según responsables estadounidenses, unos 2.000 combatientes siguen atrincherados en el oeste de Mosul. Su número estaba estimado en entre 5.000 y 7.000 hombres antes del inicio de la ofensiva contra la ciudad el 17 de octubre.
Desde el domingo, las fuerzas iraquíes habían reconquistado un importante puesto de control en la autopista que une Bagdad y Mosul por el sur, así como Al Buseif.
La batalla por el oeste de Mosul se anuncia muy dura, por lo que la ONU y las oenegés han mostrado su inquietud por las 750.000 personas que habitan en esa zona de la ciudad, de los cuales cerca de la mitad son niños. Sus condiciones de vida son cada vez más precarias en esa zona aislada del exterior y a la que no llegan aprovisionamientos.
El miércoles por la noche, un avión del ejército lanzó miles de cartas escritas por los habitantes de Mosul-Este destinadas a los civiles bloqueados en la ribera oeste del Tigris, el gran río que divide la ciudad.
"Sean pacientes y ayúdense unos a otros (...) El fin de la injusticia está cercano" se puede leer en una de ellas, firmada "Gente del lado este". "Permanezcan en sus casas, y cooperen con las fuerzas de seguridad. Son sus hermanos, han venido para liberarlos" se aconseja en otra carta.
Según fuentes médicas y habitantes de la ciudad, los más débiles empiezan a morir de desnutrición y por la falta de medicamentos.
El aeropuerto de Mosul es la puerta de entrada a la parte occidental de esta ciudad, aún en manos del EI.
"Hemos entrado en el aeropuerto y las unidades de ingenieros están despejando las carreteras" dijo a la AFP en el interior del aeropuerto Hisham Abdul Kadhem, comandante de la Fuerza de Intervención Rápida (FIR) del ministerio del Interior.
El asalto se produjo en el quinto día de la ofensiva para recuperar la totalidad de Mosul, segunda ciudad del país y último gran bastión del grupo extremista sunita en Irak.
La parte oriental de la ciudad fue "liberada" a fines de enero y reconquistada al EI tres meses después de la gran ofensiva militar lanzada el 17 de octubre para retomar la totalidad de Mosul.
- Sonrientes y confiados -
Los combatientes iraquíes parecían sonrientes y confiados cuando salieron a bordo de camionetas de Al Buseif, localidad desde la que se domina el aeropuerto. A lo lejos se perciben también los primeros edificios del sur de Mosul.
La coalición internacional liderada por Estados Unidos desempeña un papel central de apoyo a las fuerzas iraquíes con bombardeos aéreos y asesores en el terreno. El jueves, vehículos blindados estadounidenses se dirigieron hacia el aeropuerto junto a las fuerzas iraquíes.
El coronel John Dorrian, portavoz de la coalición, indicó el miércoles que soldados estadounidenses "habían sido atacados a tiros en varias ocasiones". "Replicaron varias veces, en Mosul y en sus alrededores", dijo, sin precisar si hubo heridos.
Las fuerzas iraquíes controlan las partes sur y oeste del aeropuerto, indicó el comandante Kadhem, y añadió que los artificieros habían empezado a desactivar los artefactos explosivos dejados por los yihadistas.
Se ignora el número exacto de yihadistas presentes en el aeropuerto, pero según imágenes grabadas vía satélite habrían dañado la pista.
Según responsables estadounidenses, unos 2.000 combatientes siguen atrincherados en el oeste de Mosul. Su número estaba estimado en entre 5.000 y 7.000 hombres antes del inicio de la ofensiva contra la ciudad el 17 de octubre.
Desde el domingo, las fuerzas iraquíes habían reconquistado un importante puesto de control en la autopista que une Bagdad y Mosul por el sur, así como Al Buseif.
- Inquietud por los niños -
La batalla por el oeste de Mosul se anuncia muy dura, por lo que la ONU y las oenegés han mostrado su inquietud por las 750.000 personas que habitan en esa zona de la ciudad, de los cuales cerca de la mitad son niños. Sus condiciones de vida son cada vez más precarias en esa zona aislada del exterior y a la que no llegan aprovisionamientos.
El miércoles por la noche, un avión del ejército lanzó miles de cartas escritas por los habitantes de Mosul-Este destinadas a los civiles bloqueados en la ribera oeste del Tigris, el gran río que divide la ciudad.
"Sean pacientes y ayúdense unos a otros (...) El fin de la injusticia está cercano" se puede leer en una de ellas, firmada "Gente del lado este". "Permanezcan en sus casas, y cooperen con las fuerzas de seguridad. Son sus hermanos, han venido para liberarlos" se aconseja en otra carta.
Según fuentes médicas y habitantes de la ciudad, los más débiles empiezan a morir de desnutrición y por la falta de medicamentos.