El bar la Cova Fumada
Además del chuletón leonés la lista recoge también las tapas del Cal Pep de Barcelona (plaza de les Olles, 8), las gambas de la Casa Bigote de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), el jamón de Casas en Aracena (Huelva), las patatas bomba del bar La Cova Fumada de Barcelona (Baluart, 56) y el cochinillo de restaurante Montimar de Estellencs (Mallorca).
El artículo elabora una lista que abarca desde las hamburguesas y macarrones hasta las suculentas ostras pasando por comida tradicional de África y Filipinas, y en la que se incluyen otros cinco platos de la geografía española.
"El filete perfecto"
El chuletón leonés se ubica en el undécimo puesto del ránking tras ser reconocido como "el filete perfecto" por la revista Time o asegurar la crítica Jeffrey Steingarten del Vogue estadounidense que éste era "probablemente el mejor filete que jamás había comido".
En concreto, el redactor del artículo de The Guardian, Killian Fox, describe este plato como un enorme chuletón tomado de la sección central de las costillas de un buey de 16 años, que se somete a una técnica de maduración durante noventa días y que se sirve en el comedor de una bodega rural llamada El Capricho, cerca de León en el noroeste de España.
El elemento que marca la distinción en este producto es la implicación del restaurante en la materia prima, ya que es el propio negocio quien selecciona animales por toda la península ibérica, escogiendo aquellos más nobles y mansos.
El artículo elabora una lista que abarca desde las hamburguesas y macarrones hasta las suculentas ostras pasando por comida tradicional de África y Filipinas, y en la que se incluyen otros cinco platos de la geografía española.
"El filete perfecto"
El chuletón leonés se ubica en el undécimo puesto del ránking tras ser reconocido como "el filete perfecto" por la revista Time o asegurar la crítica Jeffrey Steingarten del Vogue estadounidense que éste era "probablemente el mejor filete que jamás había comido".
En concreto, el redactor del artículo de The Guardian, Killian Fox, describe este plato como un enorme chuletón tomado de la sección central de las costillas de un buey de 16 años, que se somete a una técnica de maduración durante noventa días y que se sirve en el comedor de una bodega rural llamada El Capricho, cerca de León en el noroeste de España.
El elemento que marca la distinción en este producto es la implicación del restaurante en la materia prima, ya que es el propio negocio quien selecciona animales por toda la península ibérica, escogiendo aquellos más nobles y mansos.