Aunque la principal preocupación del aficionado siguen siendo los resultados deportivos, el prestigio de esta institución, que se reivindica a sí misma como "más que un club", corre el riesgo de quedar dañado, especialmente fuera de las fronteras españolas.
"El Barça ya no es virginal", resume Ramón Miravitllas, periodista y autor del libro "La función política del Barça".
"Esta imagen del Barça idílico, lleno de gente de buena voluntad, altruistas, filantrópicos" ha "sufrido un daño desde que Messi y su familia fueron encausados por la justicia y el paralelismo brutal con el caso Neymar", explica.
- Una imagen insostenible -
Admirada durante la época de Josep Guardiola como entrenador (2008-2012) por su elegante juego y sus éxitos deportivos, la institución, símbolo de resistencia durante la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), se labró una imagen integradora y solidaria participando en obras caritativas o luciendo el lema de Unicef en la camiseta, ahora sustituido por Qatar Airways.
Esta imagen parece ahora desfigurada tanto en el plano futbolístico, donde el nuevo técnico argentino Gerardo Martino está siendo cuestionado por un supuesto cambio de estilo del equipo, muy irregular este 2014, como en el institucional, donde se ha encontrado ante tres duros golpes judiciales.
En septiembre, Leo Messi declaró ante un juez por una presunta evasión fiscal; en enero, el presidente Sandro Rosell dimitió por una querella contra él por presuntas irregularidades en el fichaje de Neymar, y finalmente, la semana pasada, el propio club fue imputado en este caso por un presunto "delito contra la hacienda pública".
"Cosas como estas tiran abajo una imagen que resulta difícil de creer porque es imposible de sostener en el fútbol profesional de más alto nivel", dice el periodista Quique Peinado, autor del libro "Futbolistas de izquierdas".
Tanto en el caso Messi como en el escándalo Neymar, la reacción de los implicados ha sido intentar regularizar lo antes posible su situación con el fisco, aun defendiendo su inocencia.
Sospechoso de no haber pagado 9,1 millones de euros de impuestos por varias operaciones paralelas a la contratación del astro brasileño, el Barça ingresó el lunes 13,5 millones a Hacienda.
Sin embargo, muchos opinan que el caso Neymar solo es la punta del iceberg en un país donde la corrupción salpica incluso a la familia real y existe una elevada connivencia entre el poder político y los clubes de fútbol, que acumulan una deuda de 700 millones de euros con Hacienda.
- "Doble moral hacia la corrupción" -
"El fútbol español está podrido (...) Esto del Barça es espectacular y flipante pero me temo, y lo digo sin ninguna base de investigación, que no es el único club que tiene cosas que ocultar", asegura Peinado.
Según Miravitllas, en España existe "un recelo hacia todo lo que es el Estado y la fiscalidad" lo que genera una "especie de doble moral hacia los comportamientos de corrupción, incluso la corrupción futbolística con el dopaje o los fichajes".
"En un país normal, debería producirse una hecatombe. En España y Cataluña, donde los clubs son la niñita de los ojos de los políticos, permíteme dudarlo", añade.
Especialmente moderada ha sido la reacción entre la afición barcelonista, mucho más preocupada porque el equipo recupere el nivel futbolístico que le permitió alzarse con la Liga de Campeones en 2006, 2009 y 2011.
"Estas historias afectan sobre todo internacionalmente a la imagen del club", señala el periodista Xavi Campos, que sigue la actualidad azulgrana para la radio pública catalana.
"Pero el aficionado quiere que el equipo gane y está más preocupado por la derrota del otro día contra la Real Sociedad (3-1 en Liga, ndlr) que por estas historias", agrega.
Del rendimiento en el campo puede depender la continuidad de la nueva directiva presidida por el exmano derecha de Rosell, Josep Maria Bartomeu, señala Miravitllas.
Sin embargo, este advierte, "el Barça ahora es un equipo que puede ser moralmente cuestionable, este es un daño que ya no tiene remedio".