Géiser
Los géiseres, que escupen un agua caliente extremadamente rica en minerales y se sitúan 800 metros más profundo que los conocidos hasta ahora, fueron localizados por científicos de Southampton (sur de Inglaterra), que fueron de expedición en abril de 2010 a la fosa de las Caimán, entre las islas homónimas y Jamaica.
Allí, los expertos encontraron hasta 2.000 ejemplares por metro cuadrado de unos camarones pálidos apiñados alrededor de unas chimeneas de seis metros que forman el cráter de esos géiseres.
Estos camarones no tienen ojos en el sentido clásico del término, pero no por ello son ciegos. Poseen en el dorso un órgano sensible a la luz, que podría servirles para orientarse gracias a la ligera luminosidad de los géiseres.
Esta nueva especie de camarón ha sido bautizada por los investigadores como "Rimicaris hybisae", por el nombre del vehículo submarino utilizado para capturarlos, llamado "HyBIS".
"El estudio de las criaturas de esos géiseres y su comparación con especies procedentes de otros géiseres del mundo nos ayudará a comprender cómo se dispersan y evolucionan los animales en las profundidades marinas", indicó en un comunicado el doctor Jon Copley, de la Universidad de Southampton.
Los géiseres de la fosa de las Caimán despiden fluidos muy calientes inusualmente ricos en cobre, de un aspecto humeante y oscuro que les ha valido el sobrenombre de "fumadores negros".
Cerca de la fosa, los investigadores tuvieron también la "sorpresa" de encontrar tales géiseres en las faldas de una montaña submarina llamada Monte Diente. Esa montaña culmina tres kilómetros por encima del fondo marino, pero su cumbre está a más de 3.000 metros de la superficie del océano.
"Los géiseres calientes y ácidos nunca fueron vistos en zonas como ésa", explica el doctor Doug Connelly, del Centro Nacional de Oceanografía de Southampton.
Sin embargo, las montañas submarinas como el Monte Diente son relativamente frecuentes en los océanos, lo que podría significar que los géiseres están mucho más extendidos de lo que se creía hasta ahora.
En esos géiseres, los científicos que publicaron su trabajo en la revista Nature Communications hallaron los mismos camarones pálidos, así como algo parecido a un pez serpiente y especies hasta ahora desconocidas de caracoles y anfípodos.
"Uno de los principales misterios de los géiseres submarinos es saber cómo los animales que los pueblan son capaces de pasar de uno a otro, recorriendo las largas distancias que los separan", destaca el doctor Copley.
"Tal vez haya ahí abajo más géiseres de lo que pensamos", concluyó.
Allí, los expertos encontraron hasta 2.000 ejemplares por metro cuadrado de unos camarones pálidos apiñados alrededor de unas chimeneas de seis metros que forman el cráter de esos géiseres.
Estos camarones no tienen ojos en el sentido clásico del término, pero no por ello son ciegos. Poseen en el dorso un órgano sensible a la luz, que podría servirles para orientarse gracias a la ligera luminosidad de los géiseres.
Esta nueva especie de camarón ha sido bautizada por los investigadores como "Rimicaris hybisae", por el nombre del vehículo submarino utilizado para capturarlos, llamado "HyBIS".
"El estudio de las criaturas de esos géiseres y su comparación con especies procedentes de otros géiseres del mundo nos ayudará a comprender cómo se dispersan y evolucionan los animales en las profundidades marinas", indicó en un comunicado el doctor Jon Copley, de la Universidad de Southampton.
Los géiseres de la fosa de las Caimán despiden fluidos muy calientes inusualmente ricos en cobre, de un aspecto humeante y oscuro que les ha valido el sobrenombre de "fumadores negros".
Cerca de la fosa, los investigadores tuvieron también la "sorpresa" de encontrar tales géiseres en las faldas de una montaña submarina llamada Monte Diente. Esa montaña culmina tres kilómetros por encima del fondo marino, pero su cumbre está a más de 3.000 metros de la superficie del océano.
"Los géiseres calientes y ácidos nunca fueron vistos en zonas como ésa", explica el doctor Doug Connelly, del Centro Nacional de Oceanografía de Southampton.
Sin embargo, las montañas submarinas como el Monte Diente son relativamente frecuentes en los océanos, lo que podría significar que los géiseres están mucho más extendidos de lo que se creía hasta ahora.
En esos géiseres, los científicos que publicaron su trabajo en la revista Nature Communications hallaron los mismos camarones pálidos, así como algo parecido a un pez serpiente y especies hasta ahora desconocidas de caracoles y anfípodos.
"Uno de los principales misterios de los géiseres submarinos es saber cómo los animales que los pueblan son capaces de pasar de uno a otro, recorriendo las largas distancias que los separan", destaca el doctor Copley.
"Tal vez haya ahí abajo más géiseres de lo que pensamos", concluyó.