Lula preso: tras dos días de tensión, dormirá en su celda en Curitiba


Sao Paulo/Curitiba/Río de Janeiro. - El drama que comenzó el jueves en Brasil llegó hoy a su epílogo, al menos por ahora: tras dos días recluido en un sindicato de Sao Paulo, el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se entregó a la Policía, quedó preso y pasará la noche en su celda en Curitiba.



Lula
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Tras pasar 26 horas en la sede del sindicato de los metalúrgicos, en la región metropolitana de Sao Paulo, el ex presidente dejó el lugar pasadas las 18:30 hora local (21:30 GMT) y se entregó a la Policía Federal (PF), que lo trasladó en carro hacia la Superintendencia de la ciudad y luego en helicóptero hacia el aeropuerto de Congonhas.
De Congonhas, Lula voló hacia Curitiba y a las 22:30 local llegó a la Superintendencia de la Policía local, en donde se encuentra la celda que le fue asignada y que cuenta con ciertas comodidades respecto a la de otros presos del lugar, tales como una mesa, una silla y baño propio.
Cuando Lula arribó a la Superintendencia lo esperaban manifestantes que querían demostrarle su apoyo. En cumplimiento de una medida emitida por la Justicia local, la PF los dispersó usando gas lacrimógeno, según informó la estatal Agencia Brasil.
En su decisión, el juez Ernani Mendes Silva Filho explica que la aglomeración de personas en el local podría causar "trastornos a los vecinos de la región y grave lesión al orden y la seguridad pública".
En la tarde y antes de entregarse a la PF, el político de 72 años ya había intentado marcharse del sindicato en un auto, pero los manifestantes que lo respaldaban habían bloqueado el paso del vehículo, en un intento desesperado de evitar que su líder comenzara a cumplir la condena de 12 años de prisión por corrupción que le fue dictada en enero.
El viernes, Lula había incumplido el plazo de tiempo que el juez Sérgio Moro le había otorgado un día antes para entregarse voluntariamente a las autoridades. A partir de esa decisión, las especulaciones sobre su situación se habían disparado, y se llegó a pensar que la Policía ingresaría a la sede del sindicato para detenerlo.
Sin embargo, y luego de varias horas de negociaciones entre su defensa y la fuerza pública, cargadas de incertidumbre y tensión, el propio Lula se encargó de despejar la incógnita. "Cumpliré mi mandado (de prisión)", manifestó ante miles de fieles que escuchaban uno de sus discursos más aguerridos.
Tras haber asistido a la misa en memoria de su fallecida mujer, Marisa Leticia, quien hubiera cumplido 68 años, el líder del PT reponsabilizó a varios medios de comunicación y al juez Moro, a cargo de la megacausa conocida como "Lava Jato", de ser los responsables de su encarcelamiento.
"El sueño de consumo de ellos es la fotografía de Lula preso. Me imagino la excitación de 'Veja' y de 'Globo', colocando una foto conmigo preso. Van a tener orgasmos múltiples", se refirió el presidente respectivamente a una revista y a un grupo de medios que considera contrarios a él.
Además, sobre Moro dijo: "No quiere a Lula de vuelta, porque, en su cabeza, los pobres no pueden tener derechos". Y agregó, en referencia a la Justicia brasileña: "El que quiera votar con base en la opinión pública, que largue la toga y se presente como candidato".
"No los perdono por haberle dicho a la sociedad que soy un ladrón", destacó a viva voz el ex líder sindical, al tiempo que manifestó que estaba con la conciencia tranquila. "Si el crimen que cometí fue colocar pobres y negros en la universidad, entonces quiero decirles que voy a continuar siendo un criminal", añadió.
Una vez terminado el discurso y vitoreado por sus seguidores, que incluso lo llevaron en andas entre la multitud, Lula almorzó con su familia y pasó su última tarde en libertad en el sindicato antes de entregarse a la Policía.
Ya con la fuerza pública, según Agencia Brasil, el ex líder sindical pasó por un examen de cuerpo del delito, una pericia legal que debe ser hecha por todos aquellos quienes ingresan al sistema penitenciario brasileño, antes de ser llevado rumbo a Congonhas.
Varias manifestaciones a favor y en contra de Lula se llevaron a cabo durante todo el día en el país. Cuando el helicóptero que lo llevaba a Congonhas despegó, varias personas contrarias a él le gritaron "Vete al infierno" o "Robó nuestro dinero". Al aterrizar el avión en Curitiba también hubo muestras de júbilo por su encarcelamiento.
Entre las protestas en apoyo al ex mandatario, las más importantes fueron las del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) que, por segundo día consecutivo, bloquearon rutas en todo el país.
Lula fue condenado en segunda instancia en enero por un caso de corrupción que incluía favores a una constructora en su trato con la estatal petrolera Petrobras. Su defensa interpuso varios recursos ante diferentes tribunales brasileños para evitar su arresto, pero no lo consiguió.
Pese a su condena y su detención, quien fuera presidente del país entre 2003 y 2010 continúa siendo el candidato del PT para las elecciones del 2018 y lidera todas las encuestas.
La viabilidad de su candidatura será juzgada por un tribunal electoral, presumiblemente en agosto. Se estima, de todas formas, que por la "Ley del Expediente limpio", que no permite a condenados en sentencia firme formar parte de la contienda, puede quedar fuera de la carrera.
Domingo, 8 de Abril 2018
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
           


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