Según resultados provisionales, si bien fueron los SDP (socialdemócratas) que llegaron en primer lugar con un 30% de las preferencias en Mecklemburgo-Antepomerania (nordeste), los cinco puntos que perdieron con respecto a las elecciones de 2011 fueron aprovechados por la formación de derecha antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD), que quedó en segundo lugar con 22%.
El partido nacido en 2013 adelantó a Merkel en su propio feudo y el partido de gobierno CDU quedó en tercer lugar con 19% de los votos.
La integración de un millón de solicitantes de asilo el año pasado fue el eje de la campaña electoral en este estado-región de la ex-RDA comunista, abonando el terreno para la formación populista.
Un antiguo profesor ahora jubilado, que no quiso identificarse, dijo que votó a AfD por el tema de los demandantes de asilo.
"La guinda del pastel es que dejamos a la CDU por detrás nuestro (...) quizá esto es incluso el principio del fin para la canciller Merkel", afirmó Leif-Erik Holm, jefe del partido populista en esta región.
El partido AfD convocó una conferencia de prensa el lunes a las 10H00 GMT.
Tres años después de su creación, la AfD refuerza de esa manera su posición en la escena nacional, al estar ese partido ahora representado en 9 de los 16 'Länder' con sus éxitos electorales en tres regiones en la pasada primavera (boreal), entre ellos su récord de 24% en Sajonia-Anhalt (este).
Los comicios del domingo, con el de Berlín el 18 de septiembre, ha sido como un ensayo general a un año de las legislativas.
El vicecanciller Sigmar Gabriel, del Partido Socialdemócrata (SPD), que forma parte de la coalición de gobierno, llamó a todos los partidos a preguntarse "cómo hacer para que la ira y las preocupaciones de la gente no tengan eco en el AfD".
Gabriel, ya había admitido que quizás la canciller había "subestimado" el alcance del desafío migratorio.
El secretario general de la CDU, Peter Tauber, reconoció una derrota "amarga" y calificó la votación a favor de AfD como un voto de "protesta".
"Ahora Alemania tiene lo que no había existido desde el final de la guerra (en 1945): un partido de extrema derecha", lamentó el domingo el diario Die Welt.
Hajo Funke, profesor de ciencias políticas de la Universidad Libre de Berlín, explicó que el avance del AfD actúa como un "mar de fondo" para el gobierno.
Más allá del tema de los refugiados, la AfD se nutre "de las dificultades del SPD y de la CDU para diferenciarse", explicó por su parte, Frieder Weinhold, candidato de la CDU en Wismar.
"Hay mucha gente que ya no se siente representada", admitió.
Merkel, que lleva 11 años en el poder, defendió el mes pasado su decisión de abrir las puertas de su país a los refugiados, a pesar de las críticas después de los atentados cometidos por solicitantes de asilo, pero desde entonces le ha dado un cariz más centrado en la seguridad a su política.
El partido nacido en 2013 adelantó a Merkel en su propio feudo y el partido de gobierno CDU quedó en tercer lugar con 19% de los votos.
La integración de un millón de solicitantes de asilo el año pasado fue el eje de la campaña electoral en este estado-región de la ex-RDA comunista, abonando el terreno para la formación populista.
Un antiguo profesor ahora jubilado, que no quiso identificarse, dijo que votó a AfD por el tema de los demandantes de asilo.
"La guinda del pastel es que dejamos a la CDU por detrás nuestro (...) quizá esto es incluso el principio del fin para la canciller Merkel", afirmó Leif-Erik Holm, jefe del partido populista en esta región.
El partido AfD convocó una conferencia de prensa el lunes a las 10H00 GMT.
Tres años después de su creación, la AfD refuerza de esa manera su posición en la escena nacional, al estar ese partido ahora representado en 9 de los 16 'Länder' con sus éxitos electorales en tres regiones en la pasada primavera (boreal), entre ellos su récord de 24% en Sajonia-Anhalt (este).
Los comicios del domingo, con el de Berlín el 18 de septiembre, ha sido como un ensayo general a un año de las legislativas.
- Voto de "protesta" -
El vicecanciller Sigmar Gabriel, del Partido Socialdemócrata (SPD), que forma parte de la coalición de gobierno, llamó a todos los partidos a preguntarse "cómo hacer para que la ira y las preocupaciones de la gente no tengan eco en el AfD".
Gabriel, ya había admitido que quizás la canciller había "subestimado" el alcance del desafío migratorio.
El secretario general de la CDU, Peter Tauber, reconoció una derrota "amarga" y calificó la votación a favor de AfD como un voto de "protesta".
"Ahora Alemania tiene lo que no había existido desde el final de la guerra (en 1945): un partido de extrema derecha", lamentó el domingo el diario Die Welt.
Hajo Funke, profesor de ciencias políticas de la Universidad Libre de Berlín, explicó que el avance del AfD actúa como un "mar de fondo" para el gobierno.
Más allá del tema de los refugiados, la AfD se nutre "de las dificultades del SPD y de la CDU para diferenciarse", explicó por su parte, Frieder Weinhold, candidato de la CDU en Wismar.
"Hay mucha gente que ya no se siente representada", admitió.
Merkel, que lleva 11 años en el poder, defendió el mes pasado su decisión de abrir las puertas de su país a los refugiados, a pesar de las críticas después de los atentados cometidos por solicitantes de asilo, pero desde entonces le ha dado un cariz más centrado en la seguridad a su política.