Meryl Streep habla con pasión de sus 35 años de carrera


BERLÍN. - La actriz Meryl Streep, que en la noche de este martes recibió en la Berlinale un Oso de Oro de honor por toda su carrera, presentó su filme "La dama de hierro" en el que interpreta el papel de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, y habló con pasión sobre sus 35 años de oficio.



Meryl Streep
Meryl Streep
Muy animada y sonriente se enfrentó a más de 500 periodistas del mundo entero. En la entrada del palacio de la Berlinale, en la alfombra roja, la multitud le gritaba "Meryl, Meryl, Meryl". A continuación algunas de sus frases: "¿Me piden que les hable con acento británico? 'No' (respondió con acento británico). En realidad 'no' es mi palabra favorita". "Cuando uno hace lo que le gusta nada es difícil. Te concentras y trabajas duro, eso es todo. Trabajar frente a un robot o con efectos especiales sí me parece difícil". "Mi desafío al interpretar a Margaret Thatcher era dar a la misma mujer, joven y vieja, encarnar esa parte de su vida en su intimidad, oculta para nosotros". "El maquillaje mío en esa película es extraordinario, impresionante. Desde hace 35 años trabajo con el mismo maquillador, Marese Langan, a quien se le unió el británico Roy Helland. Lo importante es que los otros actores te vean a ti y que no le presten atención al maquillaje". "Cuando interpreto un personaje trato de encontrar las cosas que tengo en común con él, en el caso de Margaret Thatcher... compartimos nuestra humanidad". "Aprendí muchas cosas interpretando su personaje. Tenía antes un prejuicio hacia ella, yo que soy una actriz izquierdosa. No me gustaba mucho que hubiese sido amiga de Ronald Reagan. Pensaba, como mujer, que tenía unos cabellos horribles. Las mujeres nos juzgamos por esas cosas. Ahora yo estoy del otro lado de la barrera y también ustedes pueden juzgar mis cabellos". "En cierto modo se puede decir que Margaret Thatcher era feminista. Cuando yo era una niña era inconcebible que una mujer ocupara altos cargos como lo hizo ella. Había un tope, puestos a los que una mujer jamás podía aspirar a ocupar. Ella se lanzó y logró llegar a primera ministra". "Margaret Thatcher sufrió muchos ataques, fue víctima del veneno del odio. Lo que nosotros hicimos en la película no es nada comparado con lo que ella tuvo que soportar. No podía juzgarla ni discriminarla como persona, porque no hubiese tenido objetividad para entrar en el personaje. "Para salir de mi personaje al final de la jornada mi realizadora, Phyllida Llyod, me daba un gin-tonic". "¿Qué precio debo pagar para ser actriz ? Por ejemplo: hay cuatro museos de arte en Berlín que no podré visitar. No me quejo mucho de mi vida como artista, pero sé que pierdo mucho arte". "Tras 35 años de carrera siento que debo sorprenderme a mi misma, sorprender a los demás. A veces pienso: deben estar hartos de mí. Cuando uno trabaja en una película está al tanto de todo, se da cuenta de las cosas buenas y las malas. Abordar la espera, cuando estás rodando, es difícil". "La gente puede intimidarse cuando vamos a rodar. El comienzo de un rodaje es lo más difícil. Uno tiene sus trucos para esconder su inseguridad. El miedo es importante como carburante, porque si no sientes miedo es que algo anda mal". "Cuando leo un guión que me gusta es porque me toca alguna fibra, y algo resuena en mí, entonces me digo: debo hacer esa película". "Con respecto a 'La decisión de Sophie' y al Holocausto tengo que contar que a los diez años mi mamá me dejó un día en una biblioteca. Agarré un libro, lo abrí y vi en una foto una enorme cantidad de muertos. Los zapatos sobre los cuerpos se parecían a los de mi mamá. Pensé que eso podía volver a ocurrir". "Me gustan los personajes de mujeres que son difíciles de comprender, por ejemplo la mujer en The Devil wears Prada (El diablo se viste a la moda)". "Crecí en Nueva Jersey, una ciudad de 10.000 habitantes. Y pensar que tantos años después iba a recibir un Oso de Oro de la Berlinale, el festival de cine más prestigioso del mundo, es un verdadero sueño". "El nivel de actuación de las actrices hoy en día es elevado, precioso, con mucho coraje. Hay gente que actúa de manera extraordinaria y ni siquiera ha sido nominada para el Oscar. Cada año nos centramos en el Oscar a causa de la maquinaria de la publicidad, pero ustedes los periodistas deben hacer que otras actrices, otras películas que no son tan publicitadas, sean conocidas". "Como actriz debo mirar siempre aquí y allá, ver lo que me gustaría, lo que me apasionaría hacer después. El artista no es como un científico que tiene un objetivo, por ejemplo encontrar un remedio contra el cáncer. En mi oficio no se puede planificar lo que haremos después de terminada una película. Cuando estamos trabajando nos concentramos en el presente, en el ahora. Eso es todo".
Martes, 14 de Febrero 2012
AFP (Agencia France-Presse)
           


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