Miles de ciudadanos de la antigua URSS adhirieron a grupos yihadistas en Irak y Siria, en especial a la organización Estado Islámico (EI), a la que suministran los más importantes contingentes de combatientes extranjeros.
Entre ellos, unos 2.900 rusos, en su mayor parte originarios de inestables repúblicas rusas del Cáucaso, como Chechenia y Daguestán.
Junto al Cáucaso, que suministra tradicionalmente batallones de combatientes islamistas desde el inicio de los años 90 (en Bosnia, luego en Afganistán y en Pakistán antes de Irak y Siria), son los países pobres de Asia central los que aportan uno de los más importantes contingentes de yihadistas extranjeros. Entre 2.000 y 4.000 personas originarias de la región habrían adherido a los rangos del EI, según el círculo de reflexión International Crisis Group.
Según los expertos del Consejo ruso de Relaciones exteriores, los rangos de las organizaciones yihadistas en Siria y en Irak contaban ya entre sus tropas a fines de 2014 con más de 500 uzbekos, 360 turcomanos, 250 kazajos, 190 tayikos y un centenar de kirguises.
Luego de la segunda guerra de Chechenia a inicios de los años 2000, la rebelión chechena se islamizó progresivamente avanzando en el Cáucaso ruso.
Pero luego de haber fracasado en crear un emirato en la región, muchos combatientes comenzaron a partir de forma masiva hacia Siria en el verano de 2012, y los grupos restantes adhirieron al EI.
El más conocido de ellos es el llamado Omar al Shishani, varias veces dado por muerto por los estadounidenses. Originario de las Cañones de Pankisi, en Georgia, es considerado como uno de los más temibles comandantes del EI.
Medios de prensa turcos identificaron a un checheno llamado Akhmed Chataiev como el cerebro del atentado del aeropuerto turco. Sería el jefe del EI en Estambul y habría organizado también los ataques cerca de Taksim (en marzo) y Sultanahmet (enero).
En Tayikistán, la defección en mayo de 2015 de un exjefe de las fuerzas especiales para unirse al EI en Siria causó conmoción tras la difusión de un video en el que amenazaba a las autoridades y llamaba a sus compatriotas a tomar las armas.
Consciente del interés que suscita en la antigua Unión Soviética, la organización yihadista lanzó en mayo de 2015 una versión rusa de su revista oficial, titulado Istok ("La Fuente").
Vladimir Putin había, entre otras cosas, justificado su intervención a fines de septiembre en el conflicto sirio con su voluntad de adelantarse a los yihadistas antes de que regresaran a Rusia para cometer atentados.
Luego de más de cinco meses de bombardeos, el ministro ruso de Defensa Serguei Shoigu se vanaglorió de haber matado a unos 2.000 extremistas.
El Consejo ruso de Relaciones exteriores considera sin embargo que el regreso de los combatientes del EI a su patria es una de las principales amenazas para Rusia.
- ¿Cuántos son? -
Cerca de 7.000 personas originarias de países que pertenecieron a la Unión Soviética adhirieron a grupos yihadistas en Siria e Irak, según los servicios rusos de seguridad.Entre ellos, unos 2.900 rusos, en su mayor parte originarios de inestables repúblicas rusas del Cáucaso, como Chechenia y Daguestán.
Junto al Cáucaso, que suministra tradicionalmente batallones de combatientes islamistas desde el inicio de los años 90 (en Bosnia, luego en Afganistán y en Pakistán antes de Irak y Siria), son los países pobres de Asia central los que aportan uno de los más importantes contingentes de yihadistas extranjeros. Entre 2.000 y 4.000 personas originarias de la región habrían adherido a los rangos del EI, según el círculo de reflexión International Crisis Group.
Según los expertos del Consejo ruso de Relaciones exteriores, los rangos de las organizaciones yihadistas en Siria y en Irak contaban ya entre sus tropas a fines de 2014 con más de 500 uzbekos, 360 turcomanos, 250 kazajos, 190 tayikos y un centenar de kirguises.
- ¿Quiénes son ? -
El EI y el Frente Al Nosra, rama siria de Al Qaida, cuentan entre sus efectivos, a veces en posiciones importantes, a muchos chechenos.Luego de la segunda guerra de Chechenia a inicios de los años 2000, la rebelión chechena se islamizó progresivamente avanzando en el Cáucaso ruso.
Pero luego de haber fracasado en crear un emirato en la región, muchos combatientes comenzaron a partir de forma masiva hacia Siria en el verano de 2012, y los grupos restantes adhirieron al EI.
El más conocido de ellos es el llamado Omar al Shishani, varias veces dado por muerto por los estadounidenses. Originario de las Cañones de Pankisi, en Georgia, es considerado como uno de los más temibles comandantes del EI.
Medios de prensa turcos identificaron a un checheno llamado Akhmed Chataiev como el cerebro del atentado del aeropuerto turco. Sería el jefe del EI en Estambul y habría organizado también los ataques cerca de Taksim (en marzo) y Sultanahmet (enero).
En Tayikistán, la defección en mayo de 2015 de un exjefe de las fuerzas especiales para unirse al EI en Siria causó conmoción tras la difusión de un video en el que amenazaba a las autoridades y llamaba a sus compatriotas a tomar las armas.
Consciente del interés que suscita en la antigua Unión Soviética, la organización yihadista lanzó en mayo de 2015 una versión rusa de su revista oficial, titulado Istok ("La Fuente").
Vladimir Putin había, entre otras cosas, justificado su intervención a fines de septiembre en el conflicto sirio con su voluntad de adelantarse a los yihadistas antes de que regresaran a Rusia para cometer atentados.
Luego de más de cinco meses de bombardeos, el ministro ruso de Defensa Serguei Shoigu se vanaglorió de haber matado a unos 2.000 extremistas.
El Consejo ruso de Relaciones exteriores considera sin embargo que el regreso de los combatientes del EI a su patria es una de las principales amenazas para Rusia.