Nacido hace 94 años en Río Caribe, estado Sucre, Cedeño siempre sostuvo que el caricaturista y, en general, el artista plástico, debe ser un luchador social y mantener un compromiso permanente con las causas de los más desposeídos.
Eso lo llevó a formar parte como ilustrador y caricaturista de los más importantes medios progresistas del país (y de los que fueron y ya no lo son).
Su trabajo más reconocido fue en el semanario Fantoches, en el periódico revolucionario Tribuna Popular, entre otros.
“No es casualidad que fuera víctima de la represión que contra los medios de comunicación protagonizaron los principales partidos de la IV República, Acción Democrática y Copei”, escribió la periodista Grecia Solórzano en un entrevista que concedió Cedeño a la revista cultural Encontrarte en el año 2005.
Una muestra de su compromiso político fue esta “perla” que soltó a Encontrarte: “En Venezuela los diarios sólo le dan cabida a los ilustradores con ideas políticas afines con los dueños de los medios. Los otros quedan fuera”.
Sus primeros trabajos fueron publicados en el semanario Fantoches, dirigido por Leoncio Martínez (Leo). Allí llegó a los 23 años como un principiante, sin formación de dibujante.
Cedeño confesó a Encontrarte que posteriormente, durante su estadía en el diario El Nacional, “presenció varias irregularidades que atentaban contra la libertad de expresión de los trabajadores”. Narró en esa oportunidad que una vez la empresa periodística decidió despedir a cuatro empleados: Luis Esteban Rey, Pedro Beroes, Sergio Antillano y Héctor Estrada, por una supuesta orden de la Seguridad Nacional.
El Sindicato de Trabajadores de la Prensa, cuyo secretario general era Cedeño (1946-1950), denunció el hecho, y descubrió que el periódico era un aliado de la Seguridad Nacional, lo que provocó un ambiente de trabajo hostil, llenó persecuciones, maltratos y amenazas.
Papel de la caricatura
“La caricatura es para orientar”, así lo afirmó a Encontrarte este luchador social, que toda su vida trabajó a través de su oficio por una sociedad más digna y menos pobre.
“Desde mi punto de vista este oficio debe mostrar lo que ocurre en el país, procurando que esté lo más ajustado a la verdad, como debe ser. El caricaturista debe ser un luchador social, tener sentimientos progresistas de solidaridad con los explotados, con los oprimidos que existen en la sociedad porque esa es la función desde que aparece la caricatura”.
Sin duda, nos dejó un artista revolucionario, un artista comprometido.
Sus restos serán velados este lunes en la Capilla Monumental del Cementerio del Este, en Caracas.
Eso lo llevó a formar parte como ilustrador y caricaturista de los más importantes medios progresistas del país (y de los que fueron y ya no lo son).
Su trabajo más reconocido fue en el semanario Fantoches, en el periódico revolucionario Tribuna Popular, entre otros.
“No es casualidad que fuera víctima de la represión que contra los medios de comunicación protagonizaron los principales partidos de la IV República, Acción Democrática y Copei”, escribió la periodista Grecia Solórzano en un entrevista que concedió Cedeño a la revista cultural Encontrarte en el año 2005.
Una muestra de su compromiso político fue esta “perla” que soltó a Encontrarte: “En Venezuela los diarios sólo le dan cabida a los ilustradores con ideas políticas afines con los dueños de los medios. Los otros quedan fuera”.
Sus primeros trabajos fueron publicados en el semanario Fantoches, dirigido por Leoncio Martínez (Leo). Allí llegó a los 23 años como un principiante, sin formación de dibujante.
Cedeño confesó a Encontrarte que posteriormente, durante su estadía en el diario El Nacional, “presenció varias irregularidades que atentaban contra la libertad de expresión de los trabajadores”. Narró en esa oportunidad que una vez la empresa periodística decidió despedir a cuatro empleados: Luis Esteban Rey, Pedro Beroes, Sergio Antillano y Héctor Estrada, por una supuesta orden de la Seguridad Nacional.
El Sindicato de Trabajadores de la Prensa, cuyo secretario general era Cedeño (1946-1950), denunció el hecho, y descubrió que el periódico era un aliado de la Seguridad Nacional, lo que provocó un ambiente de trabajo hostil, llenó persecuciones, maltratos y amenazas.
Papel de la caricatura
“La caricatura es para orientar”, así lo afirmó a Encontrarte este luchador social, que toda su vida trabajó a través de su oficio por una sociedad más digna y menos pobre.
“Desde mi punto de vista este oficio debe mostrar lo que ocurre en el país, procurando que esté lo más ajustado a la verdad, como debe ser. El caricaturista debe ser un luchador social, tener sentimientos progresistas de solidaridad con los explotados, con los oprimidos que existen en la sociedad porque esa es la función desde que aparece la caricatura”.
Sin duda, nos dejó un artista revolucionario, un artista comprometido.
Sus restos serán velados este lunes en la Capilla Monumental del Cementerio del Este, en Caracas.