El objetivo de estas negociaciones es encontrar una solución al conflicto de Yemen entre el gobierno del expresidente Abd Rabbo Mansur Hadi y Al Qaida, apoyados por Arabia Saudita, y los rebeldes, respaldados por Irán.
Los rebeldes hutíes y sus aliados no enviaron ninguna delegación a Kuwait como protesta por las "violaciones sauditas" del alto el fuego, en vigor desde el 10 de abril.
El gobierno de Hadi sí que envió a representantes a Kuwait, aunque también había acusado a los rebeldes de incumplir la tregua.
"Debido a los acontecimientos de las últimas horas, el inicio de las negociaciones de paz previstas para este lunes ha sido postergado", indicó el delegado de la ONU, Ismail Ould Cheij Ahmed, sin anunciar una nueva fecha para reanudarlas.
"Estamos trabajando para superar los últimos retos y pedimos a las delegaciones que muestren su buena fe (y) participen en las negociaciones para alcanzar una resolución de paz en la crisis de Yemen", insistió, agregando que "las próximas horas son cruciales".
El diplomático de la ONU quiso "agradecer a la delegación del gobierno de Yemen su compromiso y el haber llegado a tiempo" a Kuwait.
Al mismo tiempo, pidió a los rebeldes y sus aliados, las fuerzas fieles al expresidente Ali Abdalá Saleh, no "dejar pasar esta oportunidad que puede evitar que Yemen pierda más vidas".
Los medios controlados por los hutíes afirman que los ataques de la aviación saudita, que dirige una coalición árabe en apoyo al gobierno yemení reconocido por los saudíes y los estadounidenses, nunca cesaron desde la entrada en vigor de la tregua.
El viernes, el mediador de la ONU había confirmado ante el Consejo de Seguridad de la ONU que esta nueva ronda de negociaciones se llevaría a cabo a pesar de "ciertas violaciones" del alto el fuego.
Las anteriores tentativas de tregua y negociaciones, inclusive la última ronda de discusiones en diciembre en Suiza, fracasaron
El conflicto en Yemen opone las fuerzas progubernamentales, fieles al expresidente Abd Rabbo Mansur Hadi y a Al Qaida, a los rebeldes hutíes que lo expulsaron de la capital en septiembre de 2014, con la ayuda de las unidades del ejército vinculadas a Saleh.
La guerra sobrepasó las fronteras cuando, en marzo de 2015, Arabia Saudita lideró la coalición árabe-americano-israelí para evitar el avance de los rebeldes hutíes, vistos como "agentes del Irán".
Las fuerzas progubernamentales, ayudadas por la coalición, han ido recuperando terreno, sobre todo en el sur, pero el conflicto se ha arraigado y la población civil se ha convertido en su principal víctima.
Desde la intervención de la coalición, el conflicto ha causado 6.400 muertos, la mitad de ellos civiles, más de 30.500 heridos, y 2,8 millones de desplazados, según las estimaciones de la ONU.
El mediador de la ONU aseguró el viernes ante el Consejo de Seguridad que "nunca estuvimos tan cerca de la paz" en Yemen, aunque señaló que el éxito "dependerá de difíciles compromisos" entre las partes beligerantes.
Una de los puntos conflictivos del proceso es la resolución 2216 de la ONU, que prevé la retirada de los hutíes de las zonas ocupadas, entre ellas Saná, la devolución del armamento pesado robado al ejército y la reanudación del proceso político.
Según la ONU, las negociaciones de Kuwait tienen que abordar cinco grandes temas: "La retirada de las milicias y los grupos armados, la devolución del armamento pesado al Estado, acuerdos provisionales de seguridad, el restablecimiento de las instituciones del Estado y la reanudación de un diálogo político inclusivo, además de la creación de una comisión especial para los prisioneros y detenidos".
Los rebeldes hutíes y sus aliados no enviaron ninguna delegación a Kuwait como protesta por las "violaciones sauditas" del alto el fuego, en vigor desde el 10 de abril.
El gobierno de Hadi sí que envió a representantes a Kuwait, aunque también había acusado a los rebeldes de incumplir la tregua.
"Debido a los acontecimientos de las últimas horas, el inicio de las negociaciones de paz previstas para este lunes ha sido postergado", indicó el delegado de la ONU, Ismail Ould Cheij Ahmed, sin anunciar una nueva fecha para reanudarlas.
"Estamos trabajando para superar los últimos retos y pedimos a las delegaciones que muestren su buena fe (y) participen en las negociaciones para alcanzar una resolución de paz en la crisis de Yemen", insistió, agregando que "las próximas horas son cruciales".
- 'Oportunidad para salvar vidas' -
El diplomático de la ONU quiso "agradecer a la delegación del gobierno de Yemen su compromiso y el haber llegado a tiempo" a Kuwait.
Al mismo tiempo, pidió a los rebeldes y sus aliados, las fuerzas fieles al expresidente Ali Abdalá Saleh, no "dejar pasar esta oportunidad que puede evitar que Yemen pierda más vidas".
Los medios controlados por los hutíes afirman que los ataques de la aviación saudita, que dirige una coalición árabe en apoyo al gobierno yemení reconocido por los saudíes y los estadounidenses, nunca cesaron desde la entrada en vigor de la tregua.
El viernes, el mediador de la ONU había confirmado ante el Consejo de Seguridad de la ONU que esta nueva ronda de negociaciones se llevaría a cabo a pesar de "ciertas violaciones" del alto el fuego.
Las anteriores tentativas de tregua y negociaciones, inclusive la última ronda de discusiones en diciembre en Suiza, fracasaron
El conflicto en Yemen opone las fuerzas progubernamentales, fieles al expresidente Abd Rabbo Mansur Hadi y a Al Qaida, a los rebeldes hutíes que lo expulsaron de la capital en septiembre de 2014, con la ayuda de las unidades del ejército vinculadas a Saleh.
La guerra sobrepasó las fronteras cuando, en marzo de 2015, Arabia Saudita lideró la coalición árabe-americano-israelí para evitar el avance de los rebeldes hutíes, vistos como "agentes del Irán".
Las fuerzas progubernamentales, ayudadas por la coalición, han ido recuperando terreno, sobre todo en el sur, pero el conflicto se ha arraigado y la población civil se ha convertido en su principal víctima.
Desde la intervención de la coalición, el conflicto ha causado 6.400 muertos, la mitad de ellos civiles, más de 30.500 heridos, y 2,8 millones de desplazados, según las estimaciones de la ONU.
El mediador de la ONU aseguró el viernes ante el Consejo de Seguridad que "nunca estuvimos tan cerca de la paz" en Yemen, aunque señaló que el éxito "dependerá de difíciles compromisos" entre las partes beligerantes.
Una de los puntos conflictivos del proceso es la resolución 2216 de la ONU, que prevé la retirada de los hutíes de las zonas ocupadas, entre ellas Saná, la devolución del armamento pesado robado al ejército y la reanudación del proceso político.
Según la ONU, las negociaciones de Kuwait tienen que abordar cinco grandes temas: "La retirada de las milicias y los grupos armados, la devolución del armamento pesado al Estado, acuerdos provisionales de seguridad, el restablecimiento de las instituciones del Estado y la reanudación de un diálogo político inclusivo, además de la creación de una comisión especial para los prisioneros y detenidos".