Después de una serie de derrotas en la provincia limítrofe de Idleb, el ejército quiere a toda costa reforzar su red defensiva frente a un posible ataque rebelde contra la provincia de Latakia, bastión de la minoría alauita a la que pertenece el jefe del Estado.
Los militares atacaron posiciones de los insurgentes el jueves por la noche en el nordeste de la provincia de Latakia, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH). "Siete rebeldes y diez soldados y milicianos prorrégimen han muerto", añadió esta ONG con sede en Gran Bretaña, que cuenta con una red de fuentes militares, civiles y médicas en Siria.
Su director, Rami Abdel Rahman, precisó que "los combates se concentraron alrededor del observatorio de Nabi Yunes, una posición estratégica a 1.500 metros de altitud, situada en el extremo de las provincias de Idleb y de Hama".
"Para proteger Nabi Yunes, las fuerzas del régimen intentan expulsar a los rebeldes que se encuentran a los pies de la colina al oeste y al noroeste", dijo.
Si el ejército consigue avanzar podría intentar recuperar Jisr al Shughur, caída el sábado pasado en manos de los yihadistas del Frente al Nosra, aliado a otros rebeldes.
"Por el contrario, si los rebeldes toman el control de este observatorio, esto podría despejarles el camino hacia la región balnearia de Latakia", dijo.