Opuestos y sobrepuestos


Pintura y escultura Cuatro visiones artísticas distintas se juntan en la muestra ‘Turistas transitorios’. Leda Astorga, José Miguel Rojas, Francesca King y Florencia Urbina juegan a ser turistas que se encuentran en un sitio común; pero sus orígenes son diferentes.



Opuestos y sobrepuestos

Un ejercicio de diferencias a cuatro manos es lo que propone el FUMA (Florencia Urbina Museum of Art), espacio de exposiciones ubicado en el hotel Milvia (100 m al este, 100 m al norte y 100 m al este de Muñoz y Nanne, en San Pedro). A los artistas participantes en la muestra Turistas transitorios no los une ni el estilo ni el tema; por el contrario, hacen comunión en su diferencia.

La escultora Leda Astorga incursiona en la pintura, José Miguel Rojas llega con pinturas y dibujos, Francesca King ofrece ensamblajes, y Florencia Urbina brinda pintura y grabado.

“Quienes exponemos somos gente antagónica en cuanto a nuestras propuestas artísticas y a nuestra visión de vida. Esa era precisamente el propósito de la muestra: meter los toros en un redondel y ver cómo reaccionan”, afirma Urbina, curadora de la muestra.

La exposición tiene un valor evidente en sus obras individuales; no obstante, el reto del espectador es averiguar si la exposición se ve bien en su conjunto.

Gordos al plano. La escultora Leda Astorga (1957) lleva al lienzo sus conocidos personajes rollizos –o hermosotes , como diría una abuela–. Acostumbrado como está el espectador a mirar la redondez en tercera dimensión de las figuras de Astorga, encontrará poca disonancia en sus pinturas, las cuales también hacen un acento especial en los volúmenes de sus personajes.

Los sujetos de sus cuadros son arquetipos cotidianos. Una pintura como La tía , por ejemplo, muestra a una respingada dama de alta sociedad y tiene también su versión en la escultura policroma La tía #2 , la que ocupa un espacio en la sala.

“Leda se lanzó a la pintura en gran formato, lo cual fue un movimiento muy audaz; siento que no resultaría ver a sus personajes en chiquito”, afirma Urbina.

La curadora resalta particularmente la capacidad de Astorga para moldear la piel sobre la tela, la cual considera muy naturalista.

“Yo siento que, de tanto pintar esculturas, logra una gran exquisitez al incursionar en la pintura”, expresa Urbina.

Buscar el centro. En unas obras que tienen poco –o tal vez nada– que ver con lo exhibido por Astorga, Francesca King (1960), artista suiza residente en Costa Rica, ofrece once ensamblajes que fusionan tanto materiales como símbolos místicos de diversa procedencia.

Sus creaciones se inspiran en las mandalas, representaciones gráficas complejas de la tradición budista e hinduista que tienen una composición concéntrica.

“Las mandalas llevan la atención del espectador hacia el centro; al mirar hacia ese punto también se despierta el centro de la persona”, afirma la artista.

“New Age” sería una etiqueta fácil para las obras de King; no obstante, la autora suele sacudirse las etiquetas.

Sus ensamblajes mezclan elementos de varias tradiciones. La obra Be still… and… , por ejemplo, reúne figuras de la tradición católica, como Jesús, con otras budistas, como el propio Buda. En esta obra también se integra el símbolo de la vida de los antiguos egipcios y representaciones gráficas de las partículas subatómicas.

Ciertas obras, como Joya del ser , incorporan gráficas con ilusiones ópticas; mientras que otras, como Conciencia despierta , brindan figuras fractales.

Líneas sensuales. Las doce obras que presenta José Miguel Rojas (1959) se muestran en dos conjuntos: sus pinturas y sus dibujos. En cuanto a estos últimos, el autor presenta una colección de cuadros que forman parte de la Serie Balthus . Son dibujos de figuras humanas hechos a mano alzada con líneas muy sutiles y en los que predomina el blanco.

Sus pinturas también son retratos y, al igual que sus dibujos, encierran una sensualidad a veces latente y a veces manifiesta.

Por ejemplo, una obra en gran formato, Mishima, es un retrato en acrílico del escritor japonés Yukio Mishima. En la imagen está muy presente el dibujo al carboncillo cuyas líneas revelan al personaje en actitud confrontativa y seductora. Una actitud más sutil mantiene la figura del acrílico Akiho , la cual muestra un retrato de una mujer japonesa.

“A pesar de que en muchos de mis cuadros hay de cuerpos, mi obsesión es el rostro; me gusta jugar con esa cuestión psicológica que encierra”, afirma Rojas.

Anfitriona. Florencia Urbina (1964) presenta diez obras, pero están montadas en sitios poco llamativos de la galería. “Como anfitriona, me interesa más que los invitados sean quienes hablen”, reconoce.

La pintora presenta obras que ha mostrado anteriormente de sus series Bestiario y Faunática , las que tenían como tema la animalística. Además, para esta muestra, la artista presenta Turis/ticos , obra que se inscribe en la serie Los plásticos . Esta tal vez tenga cierta relación con las obras de Leda Astorga, en el sentido de que también presenta el retrato de arquetipos cotidianos.

Como se dijo antes, tal vez la tarea del espectador en esta exhibición sea la de esforzarse por encontrar las intersecciones entre artistas que gustan de divergir.

Viernes, 23 de Octubre 2009
La Nación, Costa Rica
           


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