La votación, aprobada por 179 de los 328 diputados y boicoteada por los kurdos, había sido solicitada por el Gobierno, informó una fuente parlamentaria sin dar detalles.
Sin embargo, Karim, kurdo, declaró "inválido" su despido. "El consejo provincial es el único que tiene poder para retirarme la confianza y destituirme", dijo a portal "Al Sumaria News".
Kirkuk es una región rica en petróleo que se ha situado en el centro de una larga disputa entre el Gobierno central de Bagdad y la región autónoma del Kurdistán, en el norte del país. La Constitución iraquí la sitúa bajo control de Bagdad, pero los kurdos la reclaman y controlan desde 2014, cuando sus fuerzas la ocuparon tras la retirada de las tropas iraquíes ante un ataque relámpago de la milicia terrorista Estado Islámico (EI).
El mes pasado, el consejo provincial decidió participar en el referéndum de independencia convocado por el Kurdistán para el próximo 25 de septiembre, una consulta no reconocida por el Gobierno de Bagdad, que la considera inconstitucional y que también fue rechazada por el Parlamento bagdadí hace dos días.
Hadi al Amiri, líder de la milicia chiita Badr, cercana al Gobierno, alertó hoy que la escalada de las tensiones por el referéndum sobre el Kurdistán podría desencadenar una guerra civil en el país.
El previsto referéndum ha levantado también las alarmas en vecinos de Irak como Turquía, Irán y Siria, que temen que tenga un efecto llamada para la población kurda de sus territorios.
Estados Unidos e Israel han apoyado a los dirigentes kurdos iraquíes desde 1991 con dinero y armas.
Sin embargo, Karim, kurdo, declaró "inválido" su despido. "El consejo provincial es el único que tiene poder para retirarme la confianza y destituirme", dijo a portal "Al Sumaria News".
Kirkuk es una región rica en petróleo que se ha situado en el centro de una larga disputa entre el Gobierno central de Bagdad y la región autónoma del Kurdistán, en el norte del país. La Constitución iraquí la sitúa bajo control de Bagdad, pero los kurdos la reclaman y controlan desde 2014, cuando sus fuerzas la ocuparon tras la retirada de las tropas iraquíes ante un ataque relámpago de la milicia terrorista Estado Islámico (EI).
El mes pasado, el consejo provincial decidió participar en el referéndum de independencia convocado por el Kurdistán para el próximo 25 de septiembre, una consulta no reconocida por el Gobierno de Bagdad, que la considera inconstitucional y que también fue rechazada por el Parlamento bagdadí hace dos días.
Hadi al Amiri, líder de la milicia chiita Badr, cercana al Gobierno, alertó hoy que la escalada de las tensiones por el referéndum sobre el Kurdistán podría desencadenar una guerra civil en el país.
El previsto referéndum ha levantado también las alarmas en vecinos de Irak como Turquía, Irán y Siria, que temen que tenga un efecto llamada para la población kurda de sus territorios.
Estados Unidos e Israel han apoyado a los dirigentes kurdos iraquíes desde 1991 con dinero y armas.